Del rechazo de los inversores a la cúpula de Intel: el ejemplo de Pilar Manchón
A Pilar Manchón no le faltan motivos para reír. La vida de esta sevillana afincada en San Francisco dio un vuelvo de 180 grados cuando el pasado año Intel compró Indisys, la 'startup' española dedicada al desarrollo de asistentes virtuales de la que es fundadora. Un cambio que no ha sido cuestión de suerte, sino fruto del esfuerzo y dedicación que esta emprendedora y sus compañeros han destinado a su proyecto.
Pilar Manchón es todo un ejemplo para todas esas mujeres europeas a las que ha picado el gusanillo del emprendimiento. A esta filóloga y lingüista computacional no se le ha subido el éxito a la cabeza. Así parecen indicarlo al menos las notas de humildad que se perciben en su voz al otro lado del teléfono.
“En muchas de las charlas que doy, cuento que nuestro proyecto estaba casi predestinado al fracaso. Hemos pasado por situaciones en las que yo diría que el 99,9% de las empresas se hundirían”.
El proyecto que ha salido airoso de tanto obstáculo, Indisys, está basado en una idea que tuvo, allá por 2003, el grupo de investigación de la Universidad de Sevilla del que Manchón formaba parte. El desarrollo de asistentes virtuales que entendieran el lenguaje natural, la forma en la que hablan normalmente las personas, gracias a la inteligencia artificial, atrajo a grandes empresas, como El Corte Inglés, BBVA o Mapfre.
Más de diez años después, la actual directora de operaciones de Intel señala que las claves de su triunfo no han sido otra que la insistencia y la determinación. Unos requisitos que, a su juicio, debería reunir toda mujer emprendedora.
“Las personas que realmente saben seguir una pasión o una ilusión con mucha fuerza, y apostando todo lo que haya que apostar, poniendo toda la carne en el asador, son las que tienen más probabilidad de éxito”, asegura. “Por supuesto que hay muchas cualidades que son importantes en un emprendedor, pero si yo tuviera que destacar alguna, primaría la pasión, la paciencia y la determinación”.
En septiembre hará un año desde que se dio a conocer la noticia de la compra de Intel. Una adquisición que se veía venir porque la multinacional de origen estadounidense ya era propietaria del 40% de la empresa. Aquella inversión, en su momento, trajo consigo 3,2 millones de euros y la esperanza de que el proyecto seguiría adelante.
Porque, precisamente, la financiación siempre ha sido uno de los dolores de cabeza de Manchón y su equipo, y en donde el hecho de ser mujer parece que tuvo cierta repercusión. “Cuando estaba buscando capital, se dio la circunstancia de que además me estaba divorciando, y cuando me preguntaron por mi vida personal y les conté que estaba divorciándome y que, en consecuencia, no habría un marido, la respuesta fue '¿cómo podemos invertir en una mujer que se está divorciando?'”
Superando dificultades
Según los últimos datos de la Comisión Europea, sólo un 10% de las mujeres del continente son emprendedoras. Además, diversos estudios también citados por la institución señalan que existen notables diferencias entre hombres y mujeres a la hora de emprender, y ponen un ejemplo: la mujer tiende a ser más reacia a asumir riesgos.
Una visión que comparte Carmen Bermejo, CEO de la escuela de 'startups'. “Las mujeres normalmente, y yo creo que es una cosa cultural”, afirma. “Suelen estar en un segundo plano montando cosas entre bambalinas. Los hombres suelen ser los que van buscando estar en primera línea”.
“No se vive de la misma manera que siendo un hombre”, corrobora Manchón. “Te encuentras con otro tipo de retos. Supongo que también con otro tipo de ventajas, pero sí hay diferencias significativas y hechos y circunstancias que así lo demuestran”.
Su fortaleza le ha permitido superar tales desavenencias y sacar un par de enseñanzas por el camino. La principal, “que aprendes quién eres. Aprendes mucho sobre ti mismo y sobre las personas que componen el resto del equipo”.
Un reto, el ser emprendedora, que podría haberse complicado con su labor de madre. Orgullosa de un “guapísimo” niño de ocho años, más que enredar la ecuación, “ha sido casi todo lo contrario. Te ayuda a centrarte, a trabajar más duro, a no rendirte, y a convertirte, si es posible, en un orgullo para que tu hijo o tu hija, en el futuro, mire para atrás y sepa quién eres”.
Porque no importa si estás casada, soltera, divorciada o si eres madre de tres hijos. Lo importante, según Manchón, es la vocación, y si eres una de las miles de mujeres europeas que tienen una idea y temen ponerla en marcha, destierra tus miedos. “Si hay algo de lo que te arrepientes a la hora de morirte, según dicen los que ha tenido experiencias cercanas a la muerte, son las cosas que no has hecho”.
--------------------------------
Las imágenes de este reportaje son propiedad, por orden de aparición, de Gananzia, Premsa Ajuntament de Torrent,Phill and Pam Gradwell, Luciano Meirelles y Carbon Tippy Toes