Ni miles de firmas. Ni miles de personas en la calle. Ni escritos. Nada. A la Junta de Castilla y León, presidida por Juan Vicente Herrera, uno de los barones de Mariano Rajoy, nada ni nadie la mueve. Tiene en sus manos la posibilidad de frenar lo que muchos, cientos o miles de personas, consideran una barbarie, pero decide seguir adelante. El Toro de la Vega, la fiesta que consiste en matar con lanzas a un toro a pie o a caballo en una pradera del municipio vallisoletano de Tordesillas, será una realidad, un año más, con el beneplácito del Gobierno de Castilla y León.
Sin embargo, ayer mismo el Ejecutivo regional recibió un nuevo escrito, en esta ocasión de la Asociación Nacional para la Protección y el Bienestar de los Animales (Anpba) en el que se exigía el cambio del reglamento de Espectáculos Taurinos Tradicionales para eliminar festejos como el Toro de la Vega.
En concreto, esta asociación nacional reclama que se deroguen los artículos 28 al 31 del Reglamento de Espectáculos Taurinos Populares de Castilla y León, “lo que ilegalizaría tanto el Toro de Vega como los toros y vacas enmaromados o los toros de fuego” de otras provincias de esta región.
Los festejos a los que se refiere este escrito serían el Toro de la Vega o los toros enmaromados de Benavente (Zamora) y Astudillo (Palencia), y las vacas enmaromadas de Palazuelo de Vedija y Villafrechós (Valladolid). La Asociación Nacional para la Protección y el Bienestar de los Animales también afirma que para ella estos festejos tradicionales “son una rémora de espectáculos anacrónicos, crueles e insufribles, que suponen un lastre de medievalidad” para Castilla y León y “deberían estar perseguidos y sancionados. Por ello se propone en el escrito remitido al presidente de la Junta de Castilla y León ”ilegalizarlos“ a través de la modificación del reglamento.
Esta asociación nacional también recuerda un auto de la Audiencia Provincial de Palencia, del año 2005, en el que se decía que enmaromar toros “supone un maltrato evidente para un animal de raza bovina”, ya que esa ‘tradición’ consiste en “atar a los astados por los cuernos y obligarles a recorrer las calles de los pueblos en contra de su voluntad”.
Entre las exigencias de Anpba se incluye la prohibición de los toros de fuego como el Toro Júbilo de Medinaceli (Soria), en el que se ensoga a un animal, se le ata a un palo y se le coloca en la cabeza unas bolas con sustancias inflamables a las que se prende fuego, unos animales que según una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Madrid del año 2000, esos “toros embolados” con fuego “sufren anímicamente”.
Por otra parte, Silvia Barquero, presidenta del Partido Animalista, PACMA, apuntó el domingo pasado tras la celebración de una manifestación masiva contra el Toro de la Vega que “tienen una estrategia legal para intentar impedir que celebren” este festejo en Tordesillas.
Sin embargo, desde la Subdelegación del Gobierno de Valladolid se reconoció que la Guardia Civil destinará 121 efectivos a Tordesillas para garantizar que el Toro de la Vega transcurra con total normalidad. Esas 121 unidades se distribuyen entre los servicios de Seguridad Ciudadana, del Grupo de Reserva y Seguridad (GRS), del Subsector de Tráfico, una unidad helitransportada y una de Caballos.
