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Sobre este blog

Periodista. Entre rebote y rebote 'cambió' el baloncesto por la actualidad.

El Gipuzkoa Basket querría fichar a Pau Gasol

Igor Marín

Tranquilos. No nos hemos vuelto locos. Al menos no más de lo que estábamos ayer. Es que, según lo que ha sucedido en Bizkaia entre Gorka Arrinda y José Luis Bilbao, parece que estamos en época de caprichos y oye, al equipo guipuzcoano no le vendría mal fichar a la megaestrella de los Lakers para sacar el pie y tres cuartos que tiene en la profunda LEB oro. O, traducido para quienes nos les gusta el baloncesto (que hay gente para todo), para no bajar de la primera división del balón naranja a un abismo de segunda categoría.

Y es que claro, los vecinos donostiarras tienen que estar que echan chispas. Ellos, tan fieles, tan serenos, tan constantes, pues resulta que han hecho un equipo modesto, acorde a sus posibilidades presupuestarias y, vaya por dios, entre que el deporte no es una ciencia exacta y que la suerte no ha llegado a los marcadores, están a punto de descender. Qué ojalá no. Pero, vaya por donde, nadie les había dicho que se despreocupasen de la deuda, o del patrocinador, o del coste de la plantilla, que fichasen a diestro y siniestro que luego la mamá Diputación premiaría la gestión con un rescate tipo Chipre, aunque en este caso no son los hombres de negro los que rescatan si no los rescatados. Así que, por si la veda sigue abierta, aconsejo a los del club de Illumbe que pidan a Martín Garitano un adelanto a cuenta para fichar a Gasol, que se lleva a matar con su entrenador y que, entre la pasta que ponemos entre todos y los placeres que depara nuestra tierra, dudo y mucho que pueda resistirse y vendrá a salvar al equipo de la quema.

La cosa podría tener gracia. Porque en el deporte profesional parece que todo vale. Pero no. Soy un firme defensor del apoyo al deporte. Y creo, de verdad, que puede ser un vehículo para promocionar marca de país o determinados valores educativos. Pero de ahí al escandoloso trato preferente que reciben algunos clubes por parte de nuestras intituciones media un abismo. Lo del Bilbao Basket es de traca. Dos patrocinadores se van en un año y la culpa siempre es de otros. Y la Diputación, en vez valorar la mala gestión, mira a otro lado y adelanta dinero público para un proyecto que se basa en una única persona de la que mejor hoy no vamos a hablar.

José Luís Bilbao dijo hace unos días en la Cadena SER que este año no habría dinero para el deporte profesional. Y vaya si lo hay. Concretamente, en el caso del Bilbao Basket, el de este año, el del que viene y el siguiente. Todo de golpe. Y sucede mientras el futuro de los astilleros está en el aire por recibir ayudas públicas presuntamente ilegales. Pero bueno, en la industria naval solo trabajan en Euskadi unas 14.000 personas. Y esos solo llenan Miribilla una vez.

Ojalá se salve el Gipuzkoa Basket y ojalá el Bilbao Basket juegue muchas más finales europeas. Ojalá que el Baskonia llegué este año a la Final Four de la Euroleague. Pero, sobre todo, ojalá el dinero de todos se destine a las necesidades de la mayoría.

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