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Cifuentes quiere ya el voto telemático para suplir una baja que la deja sin mayoría

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes.

Marcos Pinheiro

Cristina Cifuentes quiere que la Asamblea apruebe el voto telemático cuanto antes. Es una propuesta que se discute desde hace tiempo y estaba previsto que se abordase con la reforma del reglamento. Pero a la presidenta de la Comunidad de Madrid le han entrado las prisas por la baja de una de sus diputadas, lo que le impide sacar adelante las leyes con el único apoyo de Ciudadanos. Quiere que se discuta en la primera Junta de Portavoces del año.

El debate sobre el voto telemático que ahora se aborda en Madrid ya se ha discutido en multitud de parlamentos autonómicos, y muchos lo regularon hace años. Ha sido un caso individual el que ha abierto el debate en la Comunidad de Madrid. Elena González-Moñux lleva dos meses sin acudir a votar a la Asamblea. Está de baja por depresión, después de haber acusado al portavoz del grupo popular, Enrique Ossorio, de acoso laboral. Lo que en principio era una denuncia verbal se transformó en denuncia judicial a finales de noviembre.

Sin su voto, el PP no es capaz de aprobar iniciativas con el apoyo de Ciudadanos, porque empata con PSOE y Podemos. Hasta ahora esta situación ha impedido sacar adelante algunas normas, pero ahora ha obligado a Cifuentes a prorrogar los presupuestos de 2016. González-Moñux ya avisó de que, por el momento, no tenía previsto regresar a su puesto de trabajo.

La posibilidad de implantar el voto telemático lleva discutiéndose desde hace tiempo en la Asamblea de Madrid. A principios de este año, Ciudadanos propuso que se implantase con la reforma del reglamento que tienen pendiente los partidos, una cuestión en la que hay consenso. Pero Cifuentes quiere adelantar esa medida e implantarla ya, antes de la reforma de la normativa interna de la Asamblea.

En el Congreso, vigente desde 2012

El voto telemático está aprobado en el Congreso desde 2012. Un acuerdo de la Mesa autorizó esta posibilidad para casos de “maternidad, paternidad o enfermedad grave”, y depende de cada parlamentario pedir la contraseña que le habilita para votar a distancia.

En el caso de la Cámara Baja, el diputado debe ejercer su voto unas horas antes de que se celebre el Pleno. Lo hace a través de la intranet del Congreso y necesita un certificado de firma digital para ello. Cuando ha votado, desde Presidencia se ponen en contacto con el parlamentario por teléfono, para comprobar que realmente ha sido él quien ha emitido el voto y para asegurar el sentido de este. Antes de cada votación, se anuncia cuántos votos se han emitido mediante este sistema.

En Andalucía el voto telemático está vigente desde 2009 para casos de maternidad, paternidad y enfermedad prolongada. Galicia y Castilla y León solo lo contemplan para casos de maternidad y paternidad. En el caso de Euskadi o Cataluña, no hay voto telemático, pero recogen la posibilidad de delegar el voto al portavoz del grupo o a otro parlamentario.  

Otros parlamentos lo han ido aprobando en los últimos años, como Cantabria, Baleares, Extremadura, La Rioja o Valencia. En Asturias, Canarias y Aragón no se ha implantado, en Murcia hay acuerdo para para hacerlo y en Castilla-La Mancha se debate desde hace meses, pero aún no hay consenso.

Lo que tienen el común el Congreso y los parlamentos autonómicos que han puesto en marcha esta medida es que dejan a merced del parlamentario solicitarla. Es el diputado quien debe pedir autorización para ejercer el voto de manera telemática o delegarlo, justificando sus motivos.

González-Moñux dejó claro hace tiempo que su última preocupación son las votaciones, y más recientemente ha asegurado que no tenía ninguna prisa por reincorporarse para votar los presupuestos. En principio, aunque se apruebe el voto telemático, no parece dispuesta a realizar los trámites para ejercerlo.

Además, este requisito le eximiría de enfrentarse a una multa por romper la disciplina de voto, que el PP aplica a quienes no siguen las direcciones del partido en las votaciones. Así le ocurrió a los parlamentarios autonómicos que no apoyaron la ley contra la LGTBIfobia. A González-Moñux le bastaría con no pedir la autorización.

Los ayuntamientos tienen problemas para instaurarlo

A diferencia de los parlamentos, los ayuntamientos tienen más problemas para instaurar el voto telemático. La Ley Reguladora de las Bases de Régimen Local, que rige el funcionamiento de estas entidades, establece que el voto en los Plenos requiere la presencia física de los ediles.

A pesar de este requisito, algunos ayuntamientos han intentando sortearlo para aprobar el voto a distancia. Es el caso del de Zamora o Huelva, y más recientemente, el de Madrid, que el pasado 23 de diciembre aprobó el voto telemático después de una larga discusión entre los grupos sobre su legalidad.

La primera vez que se llevó esta propuesta al Pleno, Ciudadanos y PP advirtieron de que al ser contrario a la ley, podría derivar en la impugnación de todas las votaciones que saliesen adelante con este sistema. Finalmente se aprobó la posibilidad de votar mediante videoconferencia, que según Ahora Madrid garantiza “la plena participación en el debate y en la votación de los asuntos”.

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