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La gestora encuentra más obstáculos de los que esperaba en el camino a la abstención del PSOE

Javier Fernández se ve obligado a cambiar sus planes.

Irene Castro

Javier Fernández está encontrando más dificultades de las que esperaba para encaminar al PSOE hacia la abstención, según reconocen fuentes socialistas. El rechazo de destacados dirigentes, entre ellos varios barones y Patxi López, del PSC y el movimiento de las bases en contra de facilitar la investidura de Mariano Rajoy ha enfriado las aspiraciones de Fernández y otros presidentes autonómicos, como Susana Díaz, que bajo el paraguas de evitar terceras elecciones son proclives a dejar que el PP siga en el Gobierno.

La gestora está apurando los plazos para celebrar el decisivo Comité Federal del que saldrá la postura final de los socialistas. Javier Fernández le comunicará esa decisión, que tomarán previsiblemente el 23 de octubre, al rey el martes 25 de este mes y, en función de ella, el presidente en funciones se someterá a la confianza de la Cámara o no esa misma semana.

El PSOE se encuentra dividido sobre qué debe hacer: mantenerse en el no o abstenerse. Hasta ahora nadie usa la palabra abstención sino que se camufla en el eufemismo de evitar terceras elecciones. De hecho, dirigentes socialistas temen que la intención de Fernández sea plantear en el Comité Federal una votación en la que haya que responder sí o no a unos terceros comicios.

“Sería un pucherazo. Cuando no les gusta la respuesta, cambian la pregunta”, asegura un dirigente madrileño ante esa posibilidad. “Podría salir el no y que de allí interpretáramos que el PSOE debe intentar un Gobierno alternativo”, ironiza un diputado.

Además, recelan de que esta vez traten de que la votación sea secreta. Precisamente los promotores de la caída de Pedro Sánchez que ahora abogan por permitir que gobierne Rajoy se negaron a que el voto fuera secreto en la última reunión de ese órgano en la que Sánchez acabó dimitiendo. “Son capaces”, dice un dirigente territorial.

Sin cónclave de barones

Fernández ha encontrado una gran reticencia en un importante número de barones. Ocho federaciones siguen manteniéndose firmes en el no frente a las tres que se abren a la abstención (Andalucía, Asturias y Extremadura). Entre los dirigentes que forzaron la marcha de Sánchez hay división sobre cuál debe ser la postura en la investidura porque Ximo Puig, Emiliano García-Page y Javier Lambán se muestran partidarios de ir a terceras elecciones con otro candidato.

Fuentes socialistas achacan a esa división la decisión de Fernández de no convocar el Consejo Político Federal, tal y como anunció inicialmente. “Sabe que no tiene mayoría”, dice uno de los barones contrarios a la abstención. “Ese órgano se convocaba cada vez que Susana Díaz [que lo preside] quería ponerle una zancadilla a Pedro Sánchez. Como ahora no les interesa, no tienen intención de convocarlo”, recrimina un dirigente próximo al exsecretario general.

El presidente de la gestora tiene planeado conversar con los barones de forma bilateral, pero aún no ha desvelado el formato. Los alejados de la gestora consideran que no le va a interesar las “reuniones de confesionario” para evitar que hasta ocho barones paseen ante Ferraz mostrando su rechazo a la abstención. “Nos acabará llamando por teléfono porque no quiere ruido”, dice ese mismo barón, con quien Fernández no se ha puesto en contacto tras tomar posesión al frente de la gestora.

Todos los contrarios a la postura de Fernández, no obstante, ya lo han dejado claro a través de los medios de comunicación. La presidenta balear, Francina Armengol, aprovechó la recepción en Palacio Real con motivo del 12 de octubre para decírselo directamente a su homólogo asturiano y presidente de la gestora. “Tengo la sensación de que me entienden más fuera que dentro”, dijo después Fernández en una conversación informal con periodistas.

En juego el PSC

“No han medido bien. Pensaban que teniendo al consejo editorial de El País de su parte se iban a calmar las aguas y se han dado cuenta de que no es así”, reflexiona un dirigente. En Ferraz ha caído como un jarro de agua fría la entrevista de Patxi López en El Correo, en la que se muestra partidario de mantener el rechazo a Rajoy aunque los socialistas tengan que pasar por el “mal rato” de unas terceras elecciones. El exlehendakari siempre ha estado en las quinielas para encabezar a los socialistas.

Fenández también se juega la relación con el PSC. Los socialistas catalanes, que son un partido independiente pero hermanado con el PSOE, aseguran que sus ocho diputados mantendrán el no en la investidura. Ambas partes han amenazado con llegar a replantearse su relación si los socialistas optan por abstenerse y el PSC rompe con la disciplina de voto.

Además, un grupo de militantes, liderados públicamente por el alcalde de Jun, en Granada, han iniciado una campaña de recogida de firmas para forzar la convocatoria inminente de un congreso en el que se renueve el liderazgo. La iniciativa la han secundado, según los impulsores, 73.000 personas, aunque no está contrastado que todos sean afiliados al PSOE, una premisa necesaria para que tengan validez en el caso de alcanzar la cifra de la mitad más uno de la militancia que serviría para convocar el congreso.

La medida, más allá de conseguir las más de 90.000 firmas necesarias para forzar el congreso, persigue “mostrar que esa es la voluntad de los militantes”, explica Eva Maldonado, una de las impulsoras.

Mientras tanto, los presidentes que se conjuraron contra Sánchez, entre ellos Díaz y García-Page, se muestran convencidos de que el Comité Federal logrará una “mayoría sólida” y una solución que evite unos nuevos comicios.

Un ojo en el banquillo de Gürtel

La presión sobre la gestora se ha incrementado también el juicio del caso Gürtel que tiene sentados en el banquillo a Francisco Correa, Luis Bárcenas y empresarios que están admitiendo mordidas para el PP a cambio de adjudicaciones. La corrupción acreditada en la Audiencia Nacional complica el relato a los socialistas, a pesar de que Fernández ha pedido “no levantar barricadas éticas contra el PP” y hacer “pedagogía” entre los militantes para convencerles del mantra que reitera desde julio: es mejor un Gobierno en minoría del PP que uno en mayoría. Su predicción es que los conservadores mejorarían en una nueva contienda electoral.

Fernández tiene contestación incluso en el reducido grupo que forma la gestora. Los miembros de La Rioja y Baleares se muestran contrarios a facilitar el camino a Rajoy. Para muchos dirigentes socialistas, sería la “rendición” del PSOE y un suicidio: “el nuevo 135”.

Sánchez llegó a plantearse la abstención si Rajoy conseguía el apoyo de Ciudadanos. Pero sus colaboradores reconocen que la apertura del juicio de Gürtel le reafirmó en el no. El nuevo portavoz socialista en el Parlamento Europeo, Ramón Jáuregui, calificó esa defensa del Sánchez de “radicalidad”: “La firmeza con la que se expresó la posición no ha permitido que expliquemos algo como que si no ves un Gobierno alternativo tienes que jugar con las ventajas de ser oposición de Gobierno minoritario, el mejor escenario para ser oposición. Esto no se ha discutido”.

Ahora los dirigentes que se mantienen en el rechazo a Rajoy emplazan a los partidarios de la abstención a defenderla públicamente y a hacerlo en el Comité Federal sin usar el eufemismo de las terceras elecciones. “Nadie declara una Tercera Guerra Mundial para luego no rematar”, sentencia un barón.

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