Cuatro mareas se unen para protestar contra los recortes en los servicios públicos
Cuatro mareas han confluido este sábado en Madrid con colores diferentes pero con un objetivo común: defender los servicios públicos y de calidad. El lema de la manifestación lo dejaba claro: 'Sin educación no hay ciencia; sin ciencia no hay sanidad; sin educación, ciencia y sanidad no hay servicios sociales. Son tus derechos, no su negocio'.
Es la segunda vez que las mareas protestan contra los recortes y las privatizaciones juntas en la capital. La anterior fue en diciembre del pasado año, cuando recorrieron las calles las de sanidad, educación y ciencia. Blanco, verde y rojo respectivamente. Este sábado se unió también el color naranja de los servicios sociales.
Uno de sus portavoces, Luis Rodríguez, considera que “es el momento de unir luchas porque, al final, todo está conectado”. “Las luchas, cuando suman, suelen ser más eficaces”, justificaba Vicente Losada, de la marea blanca. “Estamos todos por lo mismo”, sentenciaba Piedad Sánchez, de la verde: “Los servicios públicos”.
Las reivindicaciones que se escucharon a lo largo de la marcha, que transcurrió sin incidentes desde Atocha hasta la Puerta del Sol, fueron las habituales de estos colectivos. Antonio Sánchez, trabajador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y uno de los portavoces de la marea roja lamentó los recortes en ciencias. Según la marea, es una de las ramas más castigadas en términos porcentuales. Un 40% menos de presupuesto del año 2009 al 2013.
“Grandes centros de investigación semi-privatizados han realizado EREs al faltar los fondos”, lamenta Sánches. Uno de ellos es el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) de Madrid. “La investigación pública española es básica para curar enfermedades”, afirma para denunciar que “los centros de investigación no renuevan los contratos a los jóvenes, hay una fuga de cerebros y recortes cuando comenzábamos a despuntar”.
“Hay fondos”
“Hay fondos, pero se derivan a la empresa privada”, finaliza el portavoz de la marea roja. Un punto en el que también coincide Lola Ruiz: “Si hay dinero: quieren construir dos nuevos colegios concertados, mientras no atienden las necesidades de los públicos”. En el caso de la educación la reivindicación principal ha sido la derogación de la LOMCE, una ley “reaccionaria, clasista y adoctrinadora”. “Se cierran centros y unidades, se recortan becas, se suben las tasas, se despide a personal, se aumenta el ratio de las clases”, enumeran Ruiz y Piedad Sánchez.
Los integrantes de la marea naranja han reclamado también el fin de los recortes y la inversión en su ámbito para que “los ciudadanos puedan desarrollarse como personas y vivir en sociedad”, sin caer en “la caridad y la beneficencia”. Así, han pedido que la constitución reconozca los servicios básicos como un derecho protegido por el Estado, para que no estén externalizados y que no se “mercantilicen”, y una renta básica.
En el caso de la marea blanca ya son 18 las veces que han recorrido las calles para exigir que finalicen las privatizaciones y externalizaciones, que se deshaga el camino andado en este sentido y que los recortes dejen de cebarse con el ministerio de Sanidad. Gracias a la presión social “se han notado resultados, aunque no tengamos el aval del BOE. Se ha paralizado la privatización de seis hospitales y 27 centros de salud y se ha forzado la dimisión del exconsejero de Sanidad, Javier Fernández-Lasquetty”, presumen Mari Nieves Lozano y Vicente Losada, vestidos de blanco.
Según los integrantes de las mareas, esta no será la última vez que veamos sus colores por las calles. “Seguiremos aquí”, afirmaban, porque, “a pesar de los recortes, la pública es la mejor opción”.