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Josefina estará en la huelga feminista

Josefina Samper.

Clara Alonso

Secretaria de Comunicación de IU y militante feminista —

Nos ha dejado Josefina. A ella se le llama sin apellidos. Como se nombra a una madre, a una hermana o a una compañera de lucha. Nos ha dejado Josefina y a muchas personas nos viene a la cabeza esa foto en la cocina, ese teléfono y ese jersey. Josefina representa, junto a Marcelino, el ejemplo de cientos de familias que lucharon para apagar la dictadura, que siguieron empujando para hacer más real la democracia y que hasta el último día trabajaron para construir una alternativa de vida digna y con derechos para la mayoría.

Josefina representa eso y mucho más. Ella representa a las mujeres que luchan, a las invisibles, a las que tienen varias vidas en una sola vida. A todas aquellas mujeres para las que, además del trabajo, fuera y dentro de casa, siempre quedaba algo de tiempo para acompañar en la pancarta o el acto, preparar un discurso y explicar una consigna. Josefina, sin saberlo, hizo algo imprescindible: nombrar. Nombrar a todas las mujeres que, siempre en segundo patriarcal plano, fueron el pilar central de la historia política de nuestro país.

Toca poner en valor eso, esa capacidad de representar, de ser por todas que ella tenía. Esa capacidad de recordarnos que el trabajo de las mujeres, todos los trabajos, son esenciales para que lo que pasa, pase. Que para ser dirigente político o sindical necesitas ser cuidado y que puedes cuidar y a la vez, ser dirigente política. Incluso a la inversa, aunque parezca un simple juego de palabras.

Para mí esa es la foto principal de Josefina, la que nos recuerda que ella tenía un valor incuestionable de por sí, pero también lo tenía para otros. Y eso es lo que la conecta con la huelga feminista. Uno de los objetivos centrales de esta huelga es poner luz sobre todos los trabajos que hacen las mujeres, y no solo para que se vean, sino para ponerlos en valor: el problema no es solo que haya trabajos que hacen las mujeres y trabajos que hacen los hombres, sino que el trabajo que hacen ellas vale menos, o no vale, según el valor que el mercado otorga a las cosas.

Nancy Fraser explica que el capitalismo actual es incompatible con la vida porque al mismo tiempo que necesita del trabajo reproductivo que hacen las mujeres, lo destruye. Por eso, en esa relación contradictoria entre necesidad y rechazo, surgen crisis como la de cuidados, que hace que las mujeres tengan que cuidar de los hijos de otras mujeres mientras nadie cuida de los suyos, o que enfermar o que alguien cercano enferme, te corte la vida.

Por eso las feministas llaman a una huelga laboral, pero también estudiantil, de cuidados y consumo. Porque nos dicen que además de trabajadoras precarias somos madres, hermanas, estudiantes, migrantes, que vienen o van, heteros, lesbianas o trans,  dependientes, mayores y jóvenes, y que, además, vivimos en un sistema económico loco que está acabando con el planeta. Y que si las mujeres paran, se para el mundo. ¿Hubiese llegado Marcelino donde llegó, sin Josefina?

La historia y la política, y la sociedad, y el tiempo, están llenos de josefinas anónimas que viene y van, y las feministas nos hablan en su nombre, como lo hizo nuestra Josefina cuando nombró sin saber que nombraba. Por eso esta huelga feminista significa tanto, por eso es tan importante: no se trata solo de movilizar, se trata al mismo tiempo de crear conciencia, de generar una nueva forma de ver la vida en la que miremos al lado, cuidando a quien nos acompaña, siempre antes de mirar de frente. Como hizo Josefina cada día con Marcelino, y con quien le acompañó.

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