Pintorescos y llenos de historia: los siete pueblos marineros más bonitos de Galicia que visitar esta Semana Santa

Mugardos, A Coruña (Galicia).

Roberto Ruiz

Con casi 1.500 km de longitud y atravesada por numerosas rías, la costa de Galicia está salpicada por multitud de pueblos llenos de encanto. Tantos, que es difícil quedarse con solo unos pocos. A salvo de las olas pero estrechamente ligados al océano, estos pequeños municipios costeros se lo deben todo a sus puertos, a su tradición y a su gente, que sigue manteniendo viva una identidad propia.

Recorreremos paseos marítimos, nos asomaremos al Atlántico, caminaremos entre casas de colores, buscaremos cruceiros y atravesaremos estrechas calles adoquinadas antes de sentarnos a disfrutar de una gastronomía llena de tradición con vistas a pequeñas barcas pesqueras. Porque de Combarro a Mugardos, pasando por Cambados, Fisterra, O Barqueiro, Muros y Muxía, vamos a viajar por algunos de los pueblos marineros más bonitos de Galicia.

Combarro, en Pontevedra

Combarro es un pueblo pesquero con un encanto único. Es famoso por la estrechez de sus calles adoquinadas, por su arquitectura popular, por sus cruceiros y por su ambiente marinero, pero sobre todo por sus hórreos, las típicas construcciones de almacenamiento de grano elevadas sobre el suelo. Con 20 de ellos, cuenta con la mayor concentración de hórreos de toda Galicia y muchos de ellos están 'en primera línea de ría'. Además, la iglesia parroquial de San Roque, barroca del siglo XVIII y ubicada en el corazón del pueblo, tampoco hay que pasarla por alto porque alberga una impresionante colección de arte religioso.

El ambiente es pintoresco y acogedor, lo que hace que los visitantes llenen sus callejuelas en verano y que disponga de un gran número de restaurantes especializados en gastronomía tradicional donde no falta el pescado fresco, el marisco, el pulpo, las empanadas o el caldo gallego. Además, muchos establecimientos ofrecen menús degustación que permiten probar una variedad de platos típicos gallegos.

Cambados, en Pontevedra

Cambados es uno de los pueblos más bonitos de las Rías Baixas y es, indiscutiblemente, la capital del Albariño. Goza de un centro histórico monumental, donde el Pazo y la Plaza de Fefiñáns hacen de punto de partida para todo el que quiera conocer este municipio. Sus calles estrechas y empedradas nos llevarán a conocer edificios históricos como la iglesia de San Benito y el Arco Puente, para así continuar hasta llegar al barrio de San Tomé, una pintoresca villa marinera hoy integrada en el resto del municipio. Una vez allí ya tendremos cerca la Torre de San Sadurniño, un antiguo bastión defensivo hoy en ruinas.

La tradición vitivinícola de la zona hace que Cambados sea el lugar perfecto para conocer la D.O. Rías Baixas, por lo que una de las opciones más demandadas por los visitantes es la de acercarse a alguna bodega que ofrezca visitas guiadas e incluso alguna cata. 

Fisterra, en A Coruña

Conocido como el 'fin del mundo' en la antigüedad, Fisterra es un pintoresco pueblo costero situado en el extremo occidental de Galicia. Sin lugar a dudas su famoso faro es su principal atractivo y ni siquiera los peregrinos que llegan andando desde Santiago se lo quieren perder. Para muchos, desde él las puestas de sol sobre el océano se vuelven un recuerdo inolvidable tras haber recorrido el Camino.

Fisterra creció a partir de su puerto y no hay nada más que ver cómo sus casas de galerías blancas lo rodean, sin quitar ojo al mar, creando una especie de anfiteatro que sube hacia el interior. Antes de buscar un restaurante en el propio puerto para degustar las delicias de las costas gallegas, puede resultar muy interesante visitar la lonja y presenciar las pujas y los precios a los que se vende el pescado cada día, pues además de su función comercial también es un importante atractivo para visitantes.

O Barqueiro, en A Coruña

O Barqueiro da nombre a la propia ría en la que se encuentra. Aquí, y a resguardo del cabo de Estaca de Bares, el punto más septentrional de la península y donde el Atlántico y el Cantábrico se encuentran, este pintoresco pueblo marinero contagia a quien lo visita con su tranquilidad y su ritmo apacible. Sus llamativas casas de colores, surgidas en torno al puerto, nos hacen acordarnos incluso de Cudillero mientras suben por las laderas de las montañas que rodean al pueblo. 

O Barqueiro mantiene viva su tradición marinera y no hay más que pasear tranquilamente por el puerto para observar cómo allí descansan tras horas de trabajo decenas de pequeñas embarcaciones al resguardo de la marea. Desde aquí nunca está de más acercarse a conocer lugares cercanos como el Cabo Ortegal y la playa de Esteiro. ¿Su nombre? Un recuerdo al tradicional barquero (barqueiro) que ayudaba a cruzar la ría hasta la construcción en 1901 del puente metálico.

Muros, en A Coruña

Muros es un pueblo cargado de historia y sin duda uno de los enclaves con más encanto de la ría de Muros e Noia. Su origen medieval no pasa desapercibido como tampoco lo hace su ferviente tradición pesquera. El pueblo cuenta con la denominación de Conjunto Histórico-Artístico y no es por casualidad, pues las pequeñas callejuelas empedradas, los numerosos cruceiros y edificios patrimoniales tan importantes como la colegiata de Santa María están ahí para justificar la visita.

Si lo que buscamos es esencia marinera entonces nuestros pasos nos deberán llevar hasta el mercado de abastos, la lonja y el puerto, pues la actividad y los productos del mar nos darán una buena idea del festín que podemos encontrar en sus restaurantes más tradicionales. Para empaparnos bien de su ambiente no hay nada como recorrer su paseo marítimo o tomarnos algo en alguna de sus concurridas plazas, porque no hay ninguna que no merezca la pena.

Muxía, en A Coruña

Muxía combina belleza natural y patrimonio cultural. Se encuentra en la Costa da Morte, zona de tradición marinera por excelencia, y si no has estado quizá te suene porque le tocó vivir en primera persona la catástrofe medioambiental del petrolero Prestige hace ya más de dos décadas. Muxía, además de por su propio atractivo marinero, es un excelente punto de partida para visitar lugares cercanos como el cabo Touriñán y el faro de mismo nombre.

Sin duda, entre casas coloridas y calles estrechas, el santuario de Virxe da Barca es lo que más nos puede llamar la atención, pues su iglesia es una de las más famosas de la región. Mirando al océano y vinculada a leyendas y tradiciones populares, se dice que las cuatro piedras que la rodean son restos de la barca en la que llegó la Virgen para dar ánimos al apóstol Santiago. Recorrer el paseo marítimo nos permitirá disfrutar de unas impresionantes vistas hacia los acantilados, fuertemente azotados por el Atlántico.

Mugardos, en A Coruña

En plena ría de Ferrol encontramos Mugardos, considerado también uno de los pueblos marineros más bonitos de Galicia. Su pintoresco puerto y su cuidado casco histórico son perfectos para dar un paseo y sumergirse en la paz de sus callejuelas. Arquitectónicamente, Mugardos llama la atención por combinar relucientes casas de colores, galerías acristaladas al estilo coruñés y majestuosas casas de indianos que nos hablan de un pasado de esplendor. 

El Castillo de La Palma no pasa desapercibido y domina el paisaje. Esta fortaleza del siglo XVI ofrece unas impresionantes vistas panorámicas sobre la ría, justo enfrente del Castillo de San Felipe de Ferrol, y tiene la peculiaridad de haber sido la cárcel militar en la que fue recluido Antonio Tejero tras su intento golpista del 23-F. Pero si buscamos auténticos monumentos, entonces no podemos pasar de largo platos como el pulpo a la mugardesa, una especialidad que cuenta con su propia festividad, la Festa do Polbo cada mes de julio.

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