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Se acaba el tiempo del saqueo

Panorámica de la Puerta del Sol en la "Marcha del Cambio" de Podemos \ Marta Jara

Luis Alegre / Pablo Padilla

Luis Alegre es secretario de Participación Interna de Podemos y candidato a la Secretaría General de Podemos en la Comunidad de Madrid

Pablo Padilla es candidato de Claro que Podemos al Consejo Ciudadano de la Comunidad de Madrid

En la Comunidad de Madrid, al igual que en el resto del país, llevamos décadas asistiendo a un saqueo organizado por parte de las élites políticas y económicas. Las mismas élites que nos daban lecciones de ética y moral, las mismas que nos instaban a apretarnos el cinturón mientras vivían a todo tren.

Ahora que los cimientos del Régimen del 78 se tambalean y comienzan a cuestionarse algunos de los consensos sobre los que se sostiene, afloran innumerables casos de corrupción, tráfico de influencias y obscenos privilegios. Pese a lo que algunos pretenden hacernos creer, no nos encontramos ante casos aislados, manzanas podridas u ovejas negras. Durante los últimos 40 años, la corrupción ha sido la forma de gobierno en nuestro país y no se trata de un partido en exclusiva sino de una coalición de intereses que han usurpado la soberanía a la población.

Hay quien puede pensar que esto es pura retórica de la que nos valemos en Podemos para hacer campaña, ojalá fuera así, pero por desgracia hace demasiado tiempo que unos pocos decidieron poner a funcionar las instituciones al servicio de sus cuentas corrientes y las de sus amigotes.

Para el Partido Popular (PP), Madrid ha sido un laboratorio donde poner en marcha este tipo de políticas, que además de injustas se han demostrado ineficaces, para posteriormente extenderlas al resto de España. Basta con vivir en esta Comunidad para saber que han arrasado con todo: desde la televisión, utilizándola como herramienta de propaganda partidista, hasta el Canal de Isabel II, consiguiendo que el agua, y su gestión, deje de ser un motivo de orgullo para los madrileños y se convierta en un burdo negocio.

No se trata únicamente del desmantelamiento de servicios públicos básicos para el bienestar de nuestra sociedad, como ha ocurrido con la universidad madrileña a la que Esperanza Aguirre recortó cerca de un 10% del presupuesto entre 2009 y 2012 o con la Sanidad que han estrangulado recortando fondos y reduciendo el personal sanitario. La lógica del saqueo va mucho más allá: al deterioro premeditado de lo público, le acompaña la privatización, el tráfico de sobres, el intercambio de favores, las puertas giratorias y la venta del país, a precio de saldo, a entidades en las que tienen innegables intereses personales.

Para saber quiénes son los perjudicados y beneficiarios de este saqueo basta con fijarse en la vivienda pública en Madrid. Tanto la EMV (municipal) como el IVIMA (autonómico) tienen entre sus funciones la provisión de vivienda social dirigida a los sectores más desfavorecidos. Sin embargo, quienes están al mando han decidido vender gran parte del parque inmobiliario, destinado a esta función, a fondos buitres. No les preocupa que centenares de familias sin recursos y sin solución habitacional sean desahuciadas. No les importa porque esos fondos buitres que hacen negocio con nuestros derechos están gestionados por ellos mismos.

Otro elemento crucial para entender el saqueo que estamos sufriendo es la impunidad con la que han estado operando estos esquilmadores profesionales. Impunidad que se refleja en los correos que se intercambiaban los portadores de las tarjetas black de Caja Madrid o la ridícula multa impuesta al cártel de las basuras (FCC, Ferrovial, ACS, Sacyr) por pactar las licitaciones de residuos y limpieza viaria del Ayuntamiento.

Algunos quieren hacernos creer que este panorama, mucho más amplio si nos fijamos en AENA, en el caso Bankia o en el fondo de reserva de pensiones, es irremediable, consustancial a la política y la economía española. Pero en Podemos estamos convencidos de que el saqueo no es inevitable, sabemos que la economía y las instituciones pueden ponerse a trabajar al servicio de la gente. Sólo hace falta gente preparada, ilusión, eficacia, ganas de trabajar y voluntad política. Ingredientes presentes en cada uno de los miembros del equipo de Claro que Podemos que nos presentamos al Consejo Ciudadano de la Comunidad de Madrid. Porque el tiempo de la Casta, el tiempo de utilizar las instituciones públicas en beneficio de uno mismo llega a su fin. Se acaba el tiempo del saqueo, llega el tiempo de la gente.

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