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El 'tesoro' de la Edad de Hierro descubierto por un operario del servicio de aguas en Cavandi (Asturias)

Segundo torque áureo hallado en Cavandi.

Pilar Campo

Oviedo —

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Sergio Narciandi es un ávido lector al que le gusta la historia, de la que llegó a estudiar algunas asignaturas a través de la UNED por “satisfacción personal”. Trabaja como operario en la empresa de aguas contratada por el Ayuntamiento de Peñamellera Baja, en la zona oriental asturiana. El pasado 29 de agosto, mientras rastreaba la traída de agua para el pueblo de Cavandi, encontró unas piezas y se dio cuenta enseguida de que se hallaba ante lo que su hija de cuatro años ha denominado “un tesoro”.

Se trataba de dos torques áureos, una especie de collares rígidos, abiertos en su parte anterior; una de las joyas más representativas de la orfebrería de la Edad del Hierro que en la Península Ibérica se data, aproximadamente, entre los siglos IX y II antes de Cristo.

Este vecino de la localidad asturiana de Pimiango acababa de descubrir que tenía ante sus ojos un hallazgo de gran trascendencia y lo primero que se le pasó por su cabeza fue contactar con las autoridades para que se hicieran cargo de las piezas porque sabía que debían ser expuestas en un museo.

“Nunca me planteé no entregarlas. Seré 'probe' pero sabía que era un descubrimiento muy importante. Era consciente de que era una pieza de un museo para disfrutarlo con mis hijas”, explica.

Tuve un comportamiento cívico y normal. Sabía que tenía que comunicar el hallazgo para que las piezas fueras examinadas y valoradas

Sergio Narciandi Vecino de Pimiango que descubrió las piezas

Sergio considera que su comportamiento fue algo “cívico y normal” y no dudó que los primeros pasos que debía dar era comunicar su hallazgo para que las piezas fueras examinadas y valoradas. Contactó con Pablo Arias Cabal, catedrático de Prehistoria de la Universidad de Cantabria, quien comunicó la aparición de un torque áureo en las proximidades de Panes al Gobierno asturiano.

Ese mismo día por la tarde, él mismo acompañó al catedrático y al personal del museo hasta la zona donde había localizado la primera pieza. Durante la prospección superficial del lugar exacto donde se había producido el hallazgo se encontraron cuatro fragmentos pertenecientes a un segundo torque.

Las piezas fueron recuperadas en superficie, sobre los materiales procedentes de un corrimiento de tierras producido sobre una ladera con pronunciada pendiente.

La Dirección General de Patrimonio Cultural y el Museo Arqueológico promovieron una intervención urgente que permitió recuperar, hasta completarlo, las partes restantes del segundo torque.

Cultura resalta el “extraordinario interés histórico y arqueológico”

La viceconsejería de Cultura, Política Llingüística y Deporte del Principado hacía público el pasado 10 de septiembre el valor de las piezas recuperadas. A través de un comunicado oficial, asegura que son de un extraordinario interés histórico y arqueológico por su elevada calidad técnica y la riqueza y diversidad de motivos decorativos.

Además, reconocía que el descubrimiento permitía abrir una ventana hasta ahora cerrada al estudio del tipo de joya más representativo de la orfebrería de la Edad del Hierro.

Sergio comenta que él lee mucho sobre temas de historia y otra de las cosas que hizo fue mirar en internet con un objetivo claro: saber cómo tenía que actuar para que las piezas fueran recuperadas en su estado original, sin contaminar.

“Mi hija de cuatro años lo llama el tesoro de papá”

Este trabajador de Asturagua no quiere protagonismos. No espera reconocimientos públicos y aunque aún las piezas no están expuestas en las vitrinas del Museo Arqueológico de Asturias, en Oviedo, para su contemplación por el público sabe que él irá a verlas con su hija Lara, de cuatro años, su mujer Verónica y la hija de ésta, Natalia, de 12 años.

¿Qué le han dicho las niñas?, le preguntamos. Y él responde: “Que es el tesoro de papá”.

El hallazgo también fue motivo de estudio en el colegio de Colombres donde estudian. Sergio explica que su hija llevó el artículo donde se exponía su descubrimiento y lo leyeron en clase, debatieron sobre el tema y fue motivo de estudio también a otro nivel.

Aún se muestra sorprendido de que un medio de comunicación contacte con él porque, según indica, “ya lo ha dicho todo”. Su acción ha captado también la atención de medios internacionales y afirma que incluso la noticia salió en el canal de televisión CNN, en Alemania e Italia entre otros países.

Aunque se sigue mostrando muy humilde, admite que también fue felicitado por Asturagua: “me llamaron los jefes de arriba porque mi comportamiento fue reconocido como valores importantes para la empresa”, corrobora.

Las principales características de los torques áureos

El primero de los ejemplares, el que localizó Sergio, es un collar rígido de superficie dorada que puede asimilarse al conjunto de torques denominados de manera genérica como astur-norgalaico, caracterizados por varillas con remates en doble escocia y decoraciones que desarrollan motivos ornamentales geométricos.

En este caso, se reproduce una distribución ornamental muy similar a la del conocido como Torques de Langreo, hoy depositado en el Museo Instituto Valencia de Don Juan, en Madrid. Un aro cuyo tramo central es recorrido por seis falsos cordones con decoración incisa que flanquean sendas espirales interpuestas entre los tramos distales decorados con revestimiento de alambre. Remata en sendos cabezales de doble escocia.

La segunda pieza, que se localizó fragmentada en seis partes, ha podido ser remontada provisionalmente en el Museo Arqueológico, y se ha comprobado que está completa. Se trata de un collar rígido de superficie dorada con aro de sección rectangular rematada en cabezales de sección en doble escocia. La decoración mantiene una distribución clásica con motivos sogueados en los discos, tramo central liso y acanaladuras en su desarrollo lateral.

Cultura subraya que el primer torque puede considerarse, por la calidad de sus dimensiones, acabado y factura técnica, una obra singular en el conjunto de la orfebrería propia del noroeste peninsular durante la Edad del Hierro. Junto con la segunda pieza ambas componen un conjunto excepcional como primer caso de collares rígidos áureos de los que se dispone de referencia precisa del lugar y circunstancias del descubrimiento.

El contexto cultural

La fabricación de objetos de oro en la historia de Asturias está documentada desde comienzos de la Edad del Bronce, hace unos 4.500 años. El anillo recuperado en un dolmen de la Sierra del Aramo o los discos de aire irlandés y procedencia incierta son las primeras piezas en nuestra orfebrería prehistórica.

En épocas posteriores, fundamentalmente durante la Edad del Hierro, el repertorio de joyas se amplía, pero su estudio se ha visto limitado por la carencia endémica de referencias relativas al origen y circunstancias en que se produjeron los descubrimientos.

En su mayor parte constituyen un inventario no demasiado extenso en el que, según advierte Cultura, los hallazgos carecen de todo contexto que permita determinar una fecha más o menos precisa para la fabricación de los objetos o el momento de su depósito.

Los elementos recuperados como consecuencia de la investigación arqueológica son una excepción, pero se trata, principalmente, de piezas relacionadas con la manipulación y transformación de metales preciosos y alguna joya menuda. En todo caso, suponen un conjunto del que están ausentes los torques, que son el objeto más característico en la orfebrería de la Edad del Hierro, no sólo de Asturias sino de toda la Europa atlántica.

El estudio de los torques de Cavandi se integra en una línea de investigación avanzada sobre la orfebrería antigua en Asturias

Viceconsejería de Cultura Principado de Asturias

El descubrimiento y recuperación de los torques de Cavandi son un hecho extraordinario, ya que según la Viceconsejería de Cultura, señala por primera vez con absoluta precisión el espacio geográfico de procedencia. Por tanto, estas dos piezas facilitarán un estudio pormenorizado del espacio en el que fueron depositadas y el conocimiento de las circunstancias históricas en las que se produjo.

Ambas piezas son fruto de un experto trabajo artesanal, resuelto con aplicación de elaboradas técnicas de orfebrería y conforme a patrones estéticos que, aunque reconocidos en otras joyas coetáneas, se combinan aquí de forma magistral para ofrecer un resultado que Cultura califica como “sorprendente”. 

El análisis no destructivo y la revisión topográfica de ambas piezas aportará nuevos datos sobre la tecnología de fabricación, asunto en el que los estudios realizados por el Instituto de Historia del CSIC en colaboración con el Museo Arqueológico de Asturias no dejan de ofrecer novedades de enorme interés en torno a la composición, el empleo de plata, las técnicas de dorado o los cambios tecnológicos advertidos tras la conquista romana.

El estudio de los torques de Cavandi se integra en una línea de investigación avanzada sobre la orfebrería antigua en Asturias. Además, su estudio permitirá contrastar algunas de las hipótesis hasta ahora planteadas a la luz de nueva información arqueométrica y avanzar en la resolución de cuestiones relativas a la antigüedad, pervivencia y progresiva transformación de la orfebrería local tras su incorporación al mundo romano.

La Viceconsejería de Cultura considera que el descubrimiento de los torques de Cavandi puede calificarse de un acontecimiento de extrema relevancia. Y ha destacado especialmente “el comportamiento ejemplar de la persona que identificó el primero de las piezas y dio aviso a las autoridades competentes, tal como determina la Ley de Patrimonio Cultural”.

Los restos y objetos de interés descubiertos fortuitamente tienen la consideración de bienes de dominio público y su depósito se realizará obligatoriamente en el Museo Arqueológico de Asturias

Su artículo 67 establece que, en el caso de objetos descubiertos por azar, quien los halle deberá comunicarlo a la consejería competente en materia de patrimonio cultural en el plazo de 48 horas, sin que se pueda dar conocimiento público antes de haber informado a la administración.

Los restos y objetos de interés descubiertos fortuitamente tienen la consideración de bienes de dominio público y su depósito se realizará obligatoriamente en el Museo Arqueológico de Asturias.

Además, es un acontecimiento extraordinario por la calidad y maestría de los artesanos que la confeccionaron y, sobre todo, por abrir una ventana hasta ahora cerrada al estudio y conocimiento del tipo de joya más representativa de la orfebrería de la Edad del Hierro.

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