Los propios vecinos de Mira, en Cuenca, rescatan a una veintena de personas haciendo agujeros en sus viviendas
Durante toda la madrugada de este miércoles varios grupos de vecinos y vecinas de Mira, en Cuenca, han estado rescatando a personas atrapadas en sus casas debido a la inundación del pueblo por el desbordamiento de su río.
Carlos, que regenta un bar y restaurante en una zona elevada al este del pueblo, ha contado a elDiario.es Castilla-La Mancha que desde el momento en que comenzaron las lluvias torrenciales, los seis empleados del local vieron cómo la riada comenzaba a arrasar todo el pueblo. De hecho, el dueño del establecimiento afirma que todos sus empleados y empleadas “se han quedado sin casa”.
Pese a ello, relata que un grupo de personas se organizó para empezar a sacar gente atrapada en sus viviendas en las inmediaciones del restaurante. Lo hicieron realizando agujeros y butrones en las paredes, y también orientándoles para que fueran trasladándose de balcón a balcón hasta encontrar un hueco por el que salir que no estuviera anegado de agua.
En esos momentos, cuenta Carlos, todavía no había efectivos de rescate en esa zona y todo lo realizaron con sus propios medios. En total, rescataron a una veintena de personas, entre ellos bebés, niños, familias enteras y personas mayores. A la mayoría de ellos se les condujo al bar, donde se les ha ofrecido “todo lo que necesitaban”. En este establecimiento de momento hay agua y luz.
Después, ya por la mañana, pudieron grabar como los efectivos llegaban en helicóptero y comenzaban a sacar a más gente de sus casas:
Algunos vecinos y vecinas permanecen en el restaurante a la espera de que Protección Civil, los bomberos o la UME les indican dónde pueden acudir a alojarse. En las inmediaciones de este restaurante ya se puede transitar con vehículos especiales como todoterrenos, pero todas las entradas y salidas están “imposibles”, afirma Carlos muy afectado.
“Esto es una tragedia, cómo ha podido pasar algo así”, comenta a este medio otra vecina, Carmen, a la que localizamos en su casa. Al vivir también en una zona alta del pueblo, su familia y ella han podido limpiar algo los accesos de la vivienda, de dos plantas, y no están atrapados, pero avisa de que debe haber mucha gente en peor situación en la parte baja del municipio.
Esta vecina afirma que conoce a la mujer de 88 años que ha fallecido por la inundación, que vivía en un bajo, donde quedó atrapada. Confía en que no haya más fallecidos y suplica que todas las administraciones aceleren los rescates y “hagan todo lo posible” para que las ayudas no se retrasen.
De momento, tanto Carlos como Carmen y su familia, siguen ayudando a otros vecinos y vecinas con víveres, mantas y todo tipo de materiales sanitarios, sobre todo en las casas donde no hay luz ni agua, mientras dan indicaciones y orientan a los servicios de rescate.
Otros habitantes de la localidad han contado a este medio cómo muchos de los rescates se están realizando en barcas, con tractores y con todos aquellos vehículos que puedan atravesar las enormes balsas de agua y el acumulamiento de barro y lodo con el que ha quedado cubierto todo el pueblo.
“Tengo 85 años y nunca he visto nada como esto”, ha señalado por su parte Valentín, otro vecino de la localidad. La planta baja de la casa de sus hijos ha quedado anegada y afortunadamente les dio tiempo a trasladarse a un piso que tienen en la parte alta del pueblo. Además, una de sus hijas que tiene una ganadería no ha podido acceder, por lo que no sabe en qué estado estarán sus animales.
Otra de las vecinas afectadas es P.P.V., que vive en lo que ella ha denominado como “el pozo negro” de Mira, a escasos 40 metros del Centro de Salud. Su vivienda es una de las afectadas y ella ha sido una de las 40 personas rescatadas por la Unidad Militar de Emergencia (UME).
“Han tenido que bordear parte del pueblo para poder llegar a mi casa, aunque he preferido que sacaran antes a personas mayores y personas con movilidad reducida”, relata. Para ella las últimas horas han sido de “pánico” porque contra su vivienda chocaron coches que terminaron por amontonarse. “Esto hizo tapón”, subraya. Para ella fueron horas críticas, pero estaba relativamente tranquila al ser una vivienda de dos plantas. “Me subí a lo más alto y aguanté”, recuerda.
Tanto el Ayuntamiento como el dispositivo de emergencia que integran el Consorcio Provincial de Bomberos de Cuenca, Bomberos Forestales, Bomberos de Requena (Valencia), un helicóptero de la Guardia Civil, efectivos de la Benemérita y de la Unidad Militar de Emergencias (UME), que se han retirado a primera hora de la tarde, han prestado especial atención a aquellos vecinos incomunicados que necesitaban de atención médica.
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