Puede ser un oxímoron, pero en boca del actor Leo Bassi se convierte en un acto de rebeldía e inconformismo. El sábado pasado inauguró en el barrio madrileño de Lavapiés la Iglesia Patólica, el primer local de culto dedicado al ateísmo cuyo dios monoteísta es un pato de goma amarillo. El jueves 27 la presentó ante la prensa ataviado con un disfraz de obispo, diseñado por su hija Lizia, y al calor de una verdad fundamental: “El hecho de hacer reír es un acto santo. Quiero santificar la comicidad, ya que inducir a la risa es uno de los grandes valores de la humanidad. La risa es algo divino”, según aseguró ante un escudo religioso en el que se puede leer la máxima en latín “Donde hay duda, hay libertad”. La Duda contra totalitarismos y supersticiones.
Presentación Iglesia Patólica from Culturactiva on Vimeo.
La idea de esta iglesia Patólica creció en Bassi después de los altercados, incluso violentos —el actor no olvida la bomba que le puso un grupo de fundamentalistas católicos el 1 de marzo de 2006 en el Teatro Alfil de Madrid— que sufrió porque supuestamente “había ofendido a su dios en alguno de mis espectáculos, lo que yo considero una debilidad, puesto que si es un dios tan poderoso no se va a ofender por un cómico”, reflexionaba Bassi. Así, amparado por la educación cristiana que había recibido de niño, comenzó a leer textos de la teología cristiana con el afán de conocer más esta religión “y poder criticarla”. “Me di cuenta de que el catolicismo es una suplantación política del imperio romano a otras religiones, y que aún quedan sustratos del paganismo en nuestra sociedad. Lo podemos ver con el día de los Santos Inocentes. Para el catolicismo recuerda a la masacre de los primogénitos que llevó a cabo Herodes, pero en todas las culturas mediterráneas es un día de carnaval y de decir chorradas, y esto es porque antes del catolicismo este día se celebraba de esta manera. Y es algo que ha quedado, lo que ocurre es que a la Iglesia católica no le gusta que la gente se divierta. Mi alma de bufón se rebela ante esto”, señaló.
Un pato de goma como dios
El pato de goma amarillo de gesto simpático que lidera esta Iglesia nació en los años sesenta. “De alguna manera son hijos de los hippies, y esa es la expresión del mundo del que yo vengo. El ateísmo es también hijo del sentido del humor. Y por eso esta Iglesia nace también al calor de la crisis económica. Es una reivindicación de la vida, la esperanza y la humanidad que quiere trascender”, aseguró Bassi.
El Consulado General del Paticano, como se llama esta iglesia que se encuentra en la Travesía de la Primavera y que anteriormente fue un almacén de reparación de cafeteras y muchas cosas más, fue alquilado por el actor en enero de este año y en febrero comenzaron a trabajar en darle forma. Ahora, quien entre allí se encontrará con retratos de filósofos, científicos y cómicos como Albert Einstein, Séneca, Diógenes, Comte, Maimónides o Groucho Marx. También hallarán una bola de discoteca, un tapiz comunista y un altar donde se esconden reliquias como un hueso de dinosaurio, un pedazo de la antigua Ágora de Atenas, recogido por Bassi en los años setenta, y un volumen del Pantagruel, de Rabelais, uno de los primeros textos anticlericales publicado por primera vez en 1789. Y todo rodeado de pequeños patitos de goma amarillos.
Entre las actividades, Bassi pretende que se impartan talleres de ateísmo para niños y que se pasen películas como Ágora, de Alejandro Amenábar, sobre la vida de la filósofa Hipatia. La idea de esta Asociación Cultural es “tener un espacio que llene de espiritualidad y donde se fomenten los valores de la Ilustración y la humanidad”, afirmó el actor. También habrá misas e incluso se oficiarán bodas. La primera será el próximo 11 de enero y será zoofílica y lésbica: una mujer se casará con su perra. Están todos ustedes invitados.