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La autenticidad de un reflejo

Búsqueda de polémica o paranoia. En el blog de The Hacker Factor lanzaban la “noticia” de que la foto ganadora del premio World Press Photo era un montaje. La acusación se amparaba en un análisis que Neal Krawetz llevó a cabo sobre la fotografía de Paul Hansen (tomada en Gaza el 20 de noviembre de 2012). El resultado concluía que, de acuerdo a la normativa del concurso, las modificaciones que realizó Hansen digitalmente no se adherían a los estándares de periodismo aceptados en Reuters, Getty Images o la Asociación Nacional de Fotógrafos de Prensa. Así que desde el blog estaban seguros: solo había que darle tiempo al tiempo para que a Hansen se le retirase el premio.

La fundación World Press Photo, con la contrariedad que todo el asunto le supuso, confirma tras varias pruebas la autenticidad de la imagen. A través de un comunicado han explicado que el tono general de la foto fue retocado, hay “cierta postproducción sobre la imagen”, pero en ningún caso esta ha afectado a la composición. Y concluyen: “las acusaciones de manipulación en la foto son falsas”. Incluso sobre el fotoperiodismo, testimonio de la realidad, se cierne ahora la sombra de la duda. ¿A dónde han ido las certezas?