“Vi La diligencia y para mí John Ford se convirtió en Homero”. Esto era el cine. Esto era Hollywood en su época dorada. Los good old days de los que hablábamos hace unos días. Y el que lo dice es Bernardo Bertolucci, apasionado de aquel western filmado en el año 39, meses antes de que él mismo naciera. Cuenta que más tarde, “estaba delante de un espejo de cuerpo entero y al que estaba viendo con doce años no era a mí, era a John Wayne”.
El séptimo arte ha acompañado al director de El último tango en París durante toda su vida, pero hoy, a los 73 años, se muestra escéptico con el devenir de lo que en su momento le apasionó. En un homenaje recibido en la Academia Americana en Roma, declaró que el Hollywood que un día le emocionó, ahora le deprime. “Las películas estadounidenses que me gustan ahora no proceden de los estudios de Hollywood sino de las series, como Mad Men, Breaking Bad, The Americans...”. Producciones que, asegura, tienen mejor reparto y están mejor dirigidas que la mayoría de cintas para la gran pantalla. “Me gusta cuando duran trece episodios, pero entonces hay una nueva serie que llega con otros trece”, dijo entre risas, comparando estas series con las novelas que se imprimían por entregas en los periódicos del siglo XIX. Porque en el fondo, tenemos una nostalgia que nos empapa hasta el tuétano.