La avalancha de escritores que anuncian en público que dejan de escribir preocupa a los medios de comunicación y a las autoridades. Tras Philip Roth vino el húngaro Imre Kertész y ni siquiera Lucía Etxebarria perdió la oportunidad de amenazar con su dimisión fulminante e irrevocable. Algunos medios han manifestado su incomodidad ante la situación: “Están acaparando demasiados titulares: hay que hacerles caso cuando escriben algo y ahora también cuando dejan de escribirlo”, declara un periodista cultural que prefiere mantener el anonimato y que define la situación como “un auténtico sin vivir”. “A veces el mismo escritor juega con las dos barajas, como Javier Marías, tan campante: hubo que sacarle cuando anunció que no escribiría más novelas y al poco tiempo otra vez porque había escrito otra”. Fuentes del Gobierno han anunciado un próximo decreto ley que ponga orden y regularice los trámites para que los escritores anuncien lo que no van a hacer. La oposición reclama “un consenso, un gran pacto de Estado que defina cuánto caso estamos dispuestos a hacerle a estos tipos”. Según los expertos, el principal escollo jurídico serían los arrepentimientos, como el célebre “caso Marías”: “De alguna forma habrá que penalizar en el futuro el incumplimiento de anuncio a bombo y platillo, pero se debe estudiar también una amnistía para ciertos casos puntuales”, matizan desde el Gobierno.