Barcelona, 6 jul (EFE).- El Hospital del Mar ha puesto en marcha una prueba piloto para evaluar los beneficios de la marcha nórdica en pacientes con secuelas por la covid-19 que, de momento, está probando con profesionales del propio centro sanitario y con personal del resto de centros del Parc Salut Mar.
Según ha explicado la jefa del Servicio de Salud Laboral del Hospital del Mar, Consol Serra, la marcha nórdica es una actividad completa que permite mover casi toda la musculatura del cuerpo de forma no agresiva y, a la vez, facilita la socialización de las personas que la practican.
La iniciativa ha partido del Servicio de Salud Laboral del Hospital del Mar, en colaboración con la Unidad Post-covid del centro, que quieren evaluar la idoneidad y los beneficios de hacer marcha nórdica en personas que han superado la covid-19, pero que todavía arrastran secuelas físicas y psicológicas.
La marcha nórdica “tiene muchos beneficios, no solo a nivel físico sino también a nivel anímico, y el Hospital del Mar tiene una larga experiencia en la promoción de esta actividad”, ha recordado Serra.
Los médicos quieren probar si la marcha nórdica ayuda a superar la fatiga o astenia crónica provocada por la covid, que puede empeorar por una falta de estímulos y de ejercicio y que se retroalimenta a sí misma.
Según Judit Villar, adjunta del Servicio de Enfermedades Infecciosas y una de las coordinadoras de la Unidad Post-covid, “aunque todavía se desconocen los mecanismos por los que se originan síntomas persistentes como fatiga, dolores musculares o articulares en el post-covid, algunos estudios han demostrado que fisioterapia y ejercicio físico mejoran los síntomas, además de no haber ninguna contraindicación para practicarla una vez superada la fase aguda”.
Estos problemas derivados de la infección “afectan aproximadamente un 10 % de los pacientes que han sufrido covid e incluye a un perfil de pacientes muy heterogéneo”, ha añadido Diana Badenes, médica adjunta del Servicio de Neumología.
En el caso de los profesionales sanitarios a los que se les diagnosticó fatiga crónica, dolor osteomuscular y problemas anímicos, han seleccionado dos grupos de diez personas para llevar a cabo la prueba piloto con la marcha nórdica.
Los promotores consideran que este ejercicio “es ideal para ellos, ya que la marcha nórdica es un deporte de bajo impacto, actúa sobre la coordinación, el equilibrio, la fuerza y la flexibilidad, y se hace al aire libre”, ha explicado el instructor encargado del proyecto, Antonio Brieba.
Los participantes harán una sesión de 90 minutos de marcha nórdica dirigida a la semana durante dos meses, y tendrán un seguimiento personalizado.
En caso de que la evaluación valide la idoneidad de la propuesta para mejorar del estado de los pacientes, estudiarán extenderlo a más afectados.
Además, han previsto complementar esta actividad con talleres de 'mindfulness' para trabajar la estabilidad emocional.
La marcha nórdica nació en Finlandia como una forma de entrenamiento para los esquiadores de fondo fuera de la temporada de nieve y utiliza dos bastones que sirven para caminar e impulsar el cuerpo con una técnica específica.