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Ruidos que nos aturden y nos matan

Casi no se habla de eso, pero el ruido es el segundo factor de estrés ambiental más dañino en Europa, detrás de la contaminación del aire por partículas finas. Según la Agencia Medioambiental Europea (AME), mueren prematuramente al año unas 16.600 personas, casi 32 millones sufren de estrés y otros 13, problemas de sueño. En España el ruido ambiental provoca al menos 1.100 muertes prematuras y 4.100 hospitalizaciones al año. Además, alrededor de 2,3 millones de personas tienen problemas para dormir. Entre la población más afectada están los grupos más vulnerables, especialmente los ancianos, niños, embarazadas, las personas de bajos recursos y aquellas con enfermedades previas.

Los efectos perjudiciales del ruido surgen principalmente de las reacciones de estrés que causa en el cuerpo. Estos pueden conducir, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), a muerte prematura, enfermedad cardiovascular, respiratoria, deterioro cognitivo, trastornos del sueño, hipertensión y, al menos, molestia. El ruido está relacionado con enfermedades de alteración hormonal como la diabetes y con alteraciones del feto, malformaciones y partos prematuros en mujeres embarazadas.

El tráfico, principalmente en las áreas urbanas, es, de lejos, la principal fuente de contaminación acústica en Europa. Las otras fuentes son los ferrocarriles, el tráfico aéreo y la industria. Según la AME, que agrupa 33 países, alrededor de 100 millones de personas están expuestas al ruido del tráfico en carreteras por encima de 55 decibelios (dB). 

La OMS recomienda que durante la noche la exposición al ruido no traspase los 40 dB.  La Unión Europea tiene como objetivo llegar a los niveles propuestos por la OMS, y en este camino asume como objetivo a corto plazo los 55 dB. Sin embargo, la normativa europea no define un límite y deja esta decisión a cada Estado miembro. Así, en España se definieron unos límites más altos, de 65 dB en zonas residenciales.

Por encima del límite

En el plan europeo para bajar los niveles de ruido, la primera medida fue la sistematización de datos en las ciudades de más de 100.000 habitantes de los países miembro. En España se han entregado los datos de 2012, pero solo algunas han proporcionado los que debían entregar en 2017. Según los datos de 2012 (los de 2017 no se tienen), Barcelona capital y la primera corona del Baix Llobregat aparecen como sitios donde el 100% de la población tiene que soportar ruidos por encima de los 55 Db, es decir, el límite propuesto por Europa. Una vez tomados en cuenta los límites de la normativa española, el porcentaje de personas afectadas baja al 50% en Barcelona, y al 35% en el Baix Llobregat (ver gráfico). En Madrid capital, el 40% de la población sufre la contaminación ambiental, según el límite europeo, y baja al 8% con el índice español (datos de 2017). Los alrededores, rodeados de autopistas, no cuentan con tanta suerte. Por ejemplo, en Móstoles, el 96% de la población sufre ruido según el índice europeo, y el 42% según el límite español. A Coruña, Granada y Jerez de la Frontera son también de las ciudades con más ruido, junto con otras que rondan el 90% de ruido (55 dB).

El informe de revisión de la aplicación de la normativa medioambiental de la UE 2019, de la Dirección General de Medio Ambiente de la Comisión Europea, explica que España no ha hecho los deberes correspondientes para bajar la cantidad de ruido. “De acuerdo con la información más reciente susceptible de ser analizada (es decir, la correspondiente a 2012 en el caso de los mapas de ruido y a 2013 en el de los planes de acción), todavía no se ha completado el cartografiado del ruido respecto a las aglomeraciones urbanas, las carreteras y los ferrocarriles”, dice el informe. “Tampoco se ha aprobado casi ninguno de los planes de acción correspondientes a las aglomeraciones, los aeropuertos y la mayor parte de los grandes ejes viarios y grandes ejes ferroviarios. Esos instrumentos, cuya aprobación intervino tras una consulta pública, deberían incluir medidas para mantener el ruido en niveles bajos o reducirlo”.

Por su parte, el Ministerio para la Transición Ecológica explica: “Se han elaborado, aprobado y actualizado mapas estratégicos de ruido y planes de acción en ciudades con más de 100.000 habitantes, y en el entorno de grandes ejes viarios, ferroviarios y grandes aeropuertos (…). Por otra parte, en estos momentos se está trabajando, dentro del Comité de Regulación del Ruido, de la Comisión Europea en la modificación del Anexo III de la Directiva 2002/49/CEE, sobre métodos de evaluación de los efectos nocivos del ruido ambiental, que se espera entre en vigor en el año 2021”.

Mortalidad

Sobre la mortalidad y los problemas de salud relacionados con el ruido en España, para el Ministerio, “no se tiene constancia de que se hayan elaborado estos cálculos por la autoridad sanitaria”. Sin embargo, los datos sí están disponibles en el último informe de la AME, así como en el informe del mismo organismo sobre grupos vulnerables Exposición desigual e impactos desiguales: vulnerabilidad social a la contaminación del aire, ruido y temperaturas extremas en Europa.

“Aunque la responsabilidad de la elaboración de los mapas de ruido y planes de acción recae generalmente en los Ayuntamientos, la recopilación de los mismos se hace a nivel estatal. Por ello, se echa en falta una labor de supervisión y coordinación estatal para perseguir el cumplimiento de entrega y revisión de su correcta elaboración, más aún cuando España ya ha recibido un toque de atención por la Comisión Europea por este motivo”, dice Jimena Martínez, portavoz de Ecologistas en Acción en temas de contaminación acústica.

Lo que sí se han tomado son medidas municipales en algunas ciudades como Madrid, Vitoria y Pontevedra. Según Ecologistas en Acción, “desde hace años están empeñadas en una política de movilidad sostenible que reduce de forma muy importante el número de vehículos de motor en circulación por sus calles”. 

[Este artículo ha sido publicado en el número 70 de la revista Alternativas Económicas. Ayúdanos a sostener este proyecto de periodismo independiente con una suscripción]

Casi no se habla de eso, pero el ruido es el segundo factor de estrés ambiental más dañino en Europa, detrás de la contaminación del aire por partículas finas. Según la Agencia Medioambiental Europea (AME), mueren prematuramente al año unas 16.600 personas, casi 32 millones sufren de estrés y otros 13, problemas de sueño. En España el ruido ambiental provoca al menos 1.100 muertes prematuras y 4.100 hospitalizaciones al año. Además, alrededor de 2,3 millones de personas tienen problemas para dormir. Entre la población más afectada están los grupos más vulnerables, especialmente los ancianos, niños, embarazadas, las personas de bajos recursos y aquellas con enfermedades previas.

Los efectos perjudiciales del ruido surgen principalmente de las reacciones de estrés que causa en el cuerpo. Estos pueden conducir, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), a muerte prematura, enfermedad cardiovascular, respiratoria, deterioro cognitivo, trastornos del sueño, hipertensión y, al menos, molestia. El ruido está relacionado con enfermedades de alteración hormonal como la diabetes y con alteraciones del feto, malformaciones y partos prematuros en mujeres embarazadas.