Luis de Guindos: “El Gobierno ya ha ayudado bastante a Abengoa en los últimos años”

El Gobierno esperó al turno de preguntas de la rueda de prensa posterior al último Consejo de Ministros del mes de noviembre para explicar, por boca de su ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, cuál es la postura del gabinete Rajoy sobre la crisis de la multinacional sevillana Abengoa.

Guindos sólo ofreció a Abengoa evasivas y buenas palabras, defraudando así las expectativas creadas a primera hora de la mañana por el líder de UGT, Cándido Méndez, que anunció que tras hablar con el ministro de Industria había sacado la conclusión de que el Gobierno anunciaría medidas concretas para apoyar a Abengoa. Llegada la hora de la verdad, el Gobierno sólo ha ofrecido evasivas y buenas palabras.

Toda la intervención del ministro pareció dirigida a echar fuera el mayor número de balones posible, para llegar a la conclusión de que hay que esperar: “Lo primero es saber cuál es la situación real”, afirmó.

En su estudiado discurso para evitar compromisos y responsabilidades, el ministro empezó, sin embargo describiendo la actual situación de la multinacional andaluza como la de una empresa más foránea que española: “Es una empresa muy importante, tanto cuantitativamente como cualitativamente”, dijo, para a continuación añadir que “cerca del 90% de sus ingresos vienen del exterior”.

Un dato que el ministro aprovechó inmediatamente para ofrecer una disculpa no pedida: “Sus ingresos en España sólo llegan al 12% del total. Por lo tanto los ajustes que se hicieron en el régimen tarifario no son la causa de la problemática de Abengoa”.

Después explicó que sus problemas vienen de “un endeudamiento muy elevado”, y aprovechó, otra vez, para decir que “la exposición pública” española a ese endeudamiento de Abengoa es pequeña, y, por tanto, dejaría al Gobierno escaso margen de maniobra. Así, según explicó, Abengoa le debe al Instituto de Crédito Oficial (ICO) 130 millones de euros, a Cofides (financia la inversión exterior y la exportación) 75 millones, y a Cesce (asegura las exportaciones) más de 210 millones de euros. “Esa es la exposición”.

También habló de Bankia, pero no reveló cual es la cifra de su exposición a Abengoa. Se limitó a señalar el ministro que aunque el Estado posee el 64% de su capital, “Bankia se guía exclusivamente por criterios de mercado, como si fuera una empresa privada”.

Por lo tanto, dijo, “ahora se abre un periodo de tres meses en el que es muy importante que haya un acuerdo entre los diferentes acreedores. El ICO va a tener un papel constructivo, pero el ICO tiene 130 millones de euros de exposición a un endeudamiento que está en las decenas de miles de millones. Es decir, que es un papel relativamente limitado”.

Y por si no hubiera quedado claro que estaba sentando las bases de la no implicación directa del Gobierno en la resolución de la crisis de Abengoa, el ministro, tras repetir una vez más que “lo primero es saber cuál es la situación real”, volvió a repetir también el mensaje de su poca capacidad de influencia envuelta en buena voluntad: “La actuación del ICO, y del Gobierno, va ser constructiva, teniendo en cuenta también que existen limitaciones en la normativa europea de ayudas de Estado”.

Eso sí, el ministro afirmó que el Gobierno cree que el “proyecto empresarial” de Abengoa “es viable”, que “hay que hacer un esfuerzo para que continúe”, también para “que se corrijan los errores del pasado, especialmente en cuanto al endeudamiento”.

Y para terminar de dejarlo claro, concluyo afirmando: “Teniendo en cuenta que el Gobierno ya ha ayudado bastante a Abengoa en los últimos años, pues continuará cooperando con los acreedores privados”. E inmediatamente aclaró: “Se habla mucho de la banca española, la banca española, la banca española … Bueno, la banca española solamente tiene el 40% del total de la deuda bancaria, y aparte (de ésta) existen emisiones en los mercados de capitales y una deuda importantísima con proveedores. Por tanto vamos a ponerlo todo en un contexto” .

Y ese contexto, como se ve, es el de que Abengoa es española sólo a medias, tanto por sus ingresos como por sus vías de financiación, por lo que el Gobierno se ve atado de pies y manos para influir decisivamente en la solución de lo que Guindos llama su “problemática”.

Eso sí, el Ministro aseguró que el presidente del Gobierno Mariano Rajoy tuvo tiempo de hablar ayer con la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz. Y que él hará el esfuerzo de buscar un hueco en su agenda para hablar, no dijo cuándo, con su homólogo el consejero de Economía andaluz.