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Tres historias de aprendizaje para encontrar un empleo

Marca personal, autoconocimiento, competencia, empatía… Esas palabras van y vienen constantemente en las conversaciones con los participantes en la lanzadera de Baeza (Jaén). Ya solo quedan en ella 7 de los 20 que empezaron. Los que faltan han ido integrándose en un empleo, en cursos de formación o en másteres. Ese era el objetivo, explica la coordinadora, María Ángeles Rodríguez, “un empleo o mejorar su situación para mejorar la búsqueda de empleo”.

En esa situación ya están casi el 70% por de los integrantes, los 13 que han conseguido un contrato o que han encontrado la opción para formarse que mejorará sus oportunidades. Una de ellas –hay igual número de hombres y mujeres pero entre los insertados hay más mujeres que hombres- es María José Gallego. Con 24 años y sin haber tenido nunca un empleo, llevaba dos meses en el programa cuando la llamaron para una entrevista de trabajo.

El currículum lo había presentado antes, pero la entrevista la preparó en el centro donde tiene su sede el programa, el Centro de Apoyo al Desarrollo Empresarial (CADE) de Andalucía Emprende en Baeza. “Me dieron consejos preparar un guión, para prever posibles preguntas que te pueden hacer, para diferenciar mi marca personal y mi experiencia”. En esa entrevista obtuvo su primer empleo como asistente domiciliaria. Es un trabajo temporal pero María José ve en él una puerta abierta.

Tiene un grado medio de FP de Auxiliar Administrativo y uno superior en Educación Infantil. Dice que en la lanzadera “he crecido como persona y me ha ayudado a desenvolverme mejor”. Sus planes son seguir con un curso que ya ha iniciado de Dirección y Coordinación de Actividades de Tiempo Libre. “Un paso más para seguir obteniendo formación, creciendo como persona y alimentar mi currículum”.

Una marca personal

El currículum de Belén Moreno (35 años) decía, antes de la lanzadera, que es licenciada en Dirección y Administración de Empresas, con experiencia en sectores como medios de comunicación o turístico. Un embarazo y la crisis la llevaron directamente al desempleo. Hace más de tres años que no trabaja y su paso por el programa le ha ayudado a descubrir que en su currículum no aparecen cosas que son apreciadas en el mercado laboral. “Trabajo muy bien en equipo, soy empática y tengo capacidad de adaptación”, dice, “hasta he trabajado haciendo encuestas para el INE”. Todo eso le ha ayudado a configurar una marca personal para “diferenciarme de otros aspirantes” con la misma formación.

Ha aprendido que tiene más opciones de las que pensaba. De momento busca empleo por cuenta ajena –ha participado en un par de entrevistas colectivas planificadas desde la lanzadera- pero no descarta el autoempleo “en el futuro”. Esa opción sí que la barajan algunos de sus compañeros. El que lo tiene más definido es José María López (31 años). Aunque no ha dejado de hacer chapuzas o echar jornales cuando ha sido posible, hace más de tres años que no tiene un empleo estable.

Cuenta con un grado medio de mantenimiento de instalaciones de Formación Profesional y carné de instalador. Está capacitado para realizar instalaciones eléctricas y mantenimiento de edificios, lo que incluye la fontanería. Quiere empezar su proyecto de autoempleo “antes de que acabe este mes”. Eso lo convierte en el miembro número 14 de la lanzadera de Baeza que se inserta en un empleo o una acción formativa.

Llegó en octubre con su idea de hacerse autónomo pero entonces tenía “más miedo que ilusión”. Se marcha con una idea de negocio “mucha ilusión y muchas ganas de trabajar”. Asegura que la Lanzadera le ha mostrado que ser autónomo le dará visibilidad, le permitirá publicitarse e incluso optar a contratos públicos o privados, con lo que ha ganado confianza frente a la inseguridad de iniciar un proyecto que pudiera fracasar.

Tiene potenciales clientes entre quienes contrataron los servicios de la empresa para la que trabajó durante nueve años, así que “viendo lo visto, he decidido tirarme al barro y salir”. Además de su experiencia y la formación, que ha revalorizado en su paso por la lanzadera, José María valora “el trabajo en equipo”, que todos los integrantes del programa hayan ayudado a construir la experiencia del resto, porque “hay cosas que crees que no sabes hacer y aquí te demuestran que sabes y que puedes hacerlas”.

 

Marca personal, autoconocimiento, competencia, empatía… Esas palabras van y vienen constantemente en las conversaciones con los participantes en la lanzadera de Baeza (Jaén). Ya solo quedan en ella 7 de los 20 que empezaron. Los que faltan han ido integrándose en un empleo, en cursos de formación o en másteres. Ese era el objetivo, explica la coordinadora, María Ángeles Rodríguez, “un empleo o mejorar su situación para mejorar la búsqueda de empleo”.

En esa situación ya están casi el 70% por de los integrantes, los 13 que han conseguido un contrato o que han encontrado la opción para formarse que mejorará sus oportunidades. Una de ellas –hay igual número de hombres y mujeres pero entre los insertados hay más mujeres que hombres- es María José Gallego. Con 24 años y sin haber tenido nunca un empleo, llevaba dos meses en el programa cuando la llamaron para una entrevista de trabajo.