La carrera espacial ha comenzado. El Gobierno dio el pistoletazo de salida este martes, aprobando en el Consejo de Ministros el procedimiento para elegir la sede de la Agencia Espacial Española, y apenas un día después media decena ciudades presentaron su precandidatura en la tercera edición del encuentro de Turismo Espacial Sutus, organizado en la sede que la Escuela Internacional Les Roches tiene en Marbella. Hay prisa por resolver el proceso: se cuenta con acortar los plazos habituales y designar la sede antes de que termine noviembre.
La agencia, que debería estar operativa en el primer trimestre de 2023, está incluida en el Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (Perte) Aeroespacial, una iniciativa de impulso al I+D+i con la que aspira a movilizar unos 4.500 millones de euros hasta 2025, aprovechando fondos europeos. De ahí la urgencia. El Gobierno también quiere que la futura agencia participe del proceso de descentralización de los nuevos organismos públicos, por lo que ha descartado las candidaturas procedentes de la Comunidad de Madrid.
Esto ha generado la primera bronca política, protagonizada por Isabel Díaz Ayuso, porque deja fuera la propuesta de Tres Cantos. “No sabe donde irá, lo que sí, que ha de perjudicar a Madrid. Aquí está el ecosistema de empresas, universidad y FP en torno a esta industria. Es como descomponer la maquinaria de un reloj: descapitalizar Madrid es una barbaridad”, dijo la presidenta de la Comunidad en junio.
En torno a 500 millones de euros de presupuesto anual
A la carrera le restan metros para entrar en la fase decisiva. Por ahora, no se conocen los criterios objetivos sobre los que se tomará la decisión. Será la Comisión de Política Territorial quien los defina en una reunión que se celebrará esta semana, pero Miguel Belló, comisionado para el PERTE aeroespacial, ha avanzado en SUTUS que podría valorarse que las candidatas tengan instalaciones listas para entrar a usarlas cuanto antes. También, las facilidades que las ciudades ofrezcan para el desplazamiento de los trabajadores e investigadores de la futura agencia, ahora mismo dispersos en diversos ministerios o centros de investigación. “Ayudas para esos desplazamientos serán un parámetro a tener en cuenta”.
El Gobierno ha declarado de urgencia el procedimiento, con el objetivo de acortar los plazos de elección a dos meses, menos de la mitad de lo habitual. Cuando se publiquen los criterios, habrá 30 días para formalizar candidatura. Belló estima que se presentarán unas veinte. Después, los ministerios de Ciencia, por un lado, y de Defensa, por otro, emitirán sendos informes, previos al dictamen de la Comisión de Política Territorial, que será el que reciba el Consejo de Ministros, que tomará la decisión final. “El objetivo es que a fin de noviembre se tenga elegida la sede, para que empiece a funcionar a comienzos del año próximo”.
La agencia agrupará bajo un mismo paraguas a departamentos, instituciones y agencias hasta ahora dispersos. Su creación, por tanto, se hace a coste cero, pero pasará a gestionar un presupuesto que, sumando las partidas actuales, es de unos 500 millones de euros. A esto se sumará la ejecución de una parte del presupuesto de la Agencia Espacial Europea, de 16.000 millones de euros.
Las bondades de cada candidatura, de Sevilla a Teruel
A pesar de que Diana Morant, ministra de Ciencia, declaró este lunes que le parece “poco democrático y cretino” que Madrid albergue la agencia, en SUTUS pudo escucharse al alcalde de Tres Cantos defendiendo las bondades de su candidatura. También se escucharon las propuestas de Sevilla, Huelva, Tenerife y Teruel. Puertollano (Ciudad Real), León o Cebreros (Ávila) también estarán en la carrera.
El punto fuerte de Sevilla es el de su histórica vinculación con la industria aeronáutica. El emblema es Airbus, alrededor de la cual se ha generado un ecosistema de empresas que se complementa con el parque tecnológico. “Hay una presencia privada que es condición sine que non”, subrayó el alcalde Antonio Muñoz. Sevilla también esgrime el Centro Común de Investigación de la Comisión Europea, uno de los seis que existen en la Unión.
La vinculación con el sector privado es también el punto fuerte de la precandidatura de Tres Cantos, donde se concentra una parte sustancial de la industria aeronáutica española. El 70% del tejido empresarial de la Comunidad de Madrid, que a su vez representa el 95% nacional, según Jesús Moreno, alcalde del municipio. Entre ellas, GMV (que tiene un papel clave para el control en tierra del satélite Galileo), Thales Alenia (que acaba de ganar un concurso para el lanzamiento de dos satélites del ministerio de Defensa) o Airbus. “Si hay objetivos políticos o territoriales, como luchar contra la despoblación, tendrán que definirlos”, ha advertido el regidor, que ha aventurado que las empresas no se moverán para estar cerca de la futura agencia.
La candidatura de Teruel ha resaltado que sus méritos son objetivos, más allá de ser paradigma de la despoblación. Hace ya 18 meses que le escribieron al entonces ministro Pedro Duque, ofreciendo la candidatura. En Teruel está el Centro de Estudios de Física del Cosmos (con el Observatorio de Javalambre), que trabaja en proyectos internacionales como la Misión Euclides de la Agencia Espacial Europea (ESA), con la que se pretende profundizar en el conocimiento de la materia oscura. La plataforma aeroportuaria de Teruel sirve de banco de pruebas a PLD Space, la primera empresa española fabricante de cohetes espaciales para lanzamiento de pequeños satélites. Y la provincia, donde recientemente se ha abierto el Centro de Difusión y Práctica de la Astronomía (Galactica), será también la base europea de los vuelos estratosféricos de Sceye, que prevé invertir 35 millones.
Canarias esgrime su historia, vinculada al espacio desde que el Centro Espacial de Maspalomas, que antes era de la NASA, participó en las misiones Gemini, Mercury y Apollo en los años 60. Cabo Cañaveral está en el mismo paralelo y Canarias apela también a su bonanza climática, su fiscalidad y el Instituto de Astrofísica.
Por último, Gabriel Cruz, alcalde de Huelva, recordó que el Centro de Experimentación de El Arenosillo es, según una Orden Ministerial de 1968, el parque de lanzamiento de cohetes por defecto. Desde 1966 se han lanzado decenas de ingenios espaciales y prototipos desarrollados por el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial, que tiene su sede en Huelva. La zona cuenta también con la cuenca del Río Tinto, donde la NASA, en colaboración con el Centro de Astrobiología, desarrolla el proyecto Marte en la Tierra, por las similitudes de sus materiales con el planeta rojo. Huelva está a punto de estrenar su CEUS, acrónimo de Centro de Ensayos para Sistemas No Tripulados, donde se probará Destinus, un avión hipersónico que volará a mach 15 y 60 kilómetros de altura.
La importancia de la inversión en tecnología espacial
España es uno de los pocos países europeos que no dispone de una agencia espacial, una anomalía, según la ministra. En todo el mundo existen unas 75, veinte de ellas relativamente recientes. “España ha sido siempre un miembro valioso de la ESA, pero creemos que este paso es fundamental, porque refuerza la posición de España a nivel internacional. Y hará que la gente sea consciente de en qué consiste la tecnología espacial y sus ventajas”, ha destacado este miércoles Pascale Ehrenfreund, profesora de la Universidad Internacional del Espacio.
“Es importante crear agencias que produzcan nuevas tecnologías y oportunidades. Se van a generar beneficios para navegación, comerciales, turísticas y deben explorarse los valores humanistas”, ha señalado Bernard Foing, que fue director ejecutivo del Grupo de Exploración Lunar de la ESA.
Boris Otter, Presidente y Fundador de Swiss Space Tourism, ha recomendado que sea permeable para que la sociedad civil pueda conocer su trabajo. “Cosmos [la agencia espacial rusa] permite usar las instalaciones del centro Yuri Gagarin, donde se puede trabajar en la simulación de la comunicación entre una Soyuz y la estación espacial internacional. Hay que pagar, claro. Pude ponerme el traje espacial Sokol”. En cambio, en la Agencia Europea “puedes ver, pero no tocar”, “porque lo pagan los contribuyentes”. Y la NASA ofrece un “gran espectáculo”.
Sin embargo, los proyectos espaciales siguen siendo vistos con recelo por un sector de la población por la alta inversión que requieren. Falta divulgación. “La gente no es consciente de que España es una potencia, y hay veinte empresas punteras, y de que cuando se habla de una misión a Saturno probablemente haya tecnología española”, ha lamentado el comisionado.
“Son actividades con impacto directo en el día a día”, ha insistido luego: “Si no tenemos satélites meteorológicos no podemos alertar de una gota fría o del impacto del huracán en Canarias. Los satélites salvan vidas. El sistema de posicionamiento Galileo genera millones de puestos de trabajo y la información de dónde iba la lava del volcán de la lava la daba Copernicus. Los satélites permiten llevar servicios a zonas rurales donde no llega el cable. Si sabemos algo de lo que está ocurriendo en Ucrania, o cuando hubo que evacuar Kabul, es por los satélites”.