“Desgraciadamente hemos tardado mucho en actuar en Manilva”. El diputado por Málaga de Izquierda Unida, Alberto Garzón, ha hecho autocrítica en clave interna de la coalición a la hora de referirse este lunes a la situación de la localidad malagueña, tras la baja de militancia de la alcaldesa, Antonia Muñoz, y sus seis ediles. Todo ello a raíz de los casos de enchufismo y presunta corrupción municipal que se encuentran en los tribunales.
Garzón, que ha comparecido en Marbella junto a los concejales marbellíes de la federación de izquierdas, Enrique Monterroso y Miguel Díaz, para presentar la nueva campaña de IU: 'Hay Alternativa. Rajoy Dimisión', cree que la clave a partir de ahora es “la presión social” para que los siete munícipes manilveños renuncien a sus actas, tal y como les exigió la dirección provincial.
Tras reconocer que su organización política ha tardado “mucho” en actuar para atajar la situación en el Ayuntamiento de Manilva, Garzón considera que “ahora lo que podemos hacer es felicitarnos de que, por lo menos, no están bajo un paraguas que tiene que ser el reflejo de la transformación”, ha dicho en alusión al proyecto que para él representa IU.
Al ser preguntado sobre si las actuaciones seguidas por la regidora y sus seis ediles pueden ser consideradas como transfuguismo político, el diputado nacional cree que “así puede ser entendido, desde el punto de vista de que llegaron a esas posiciones públicas a través de una lista de Izquierda Unida”.
Ahora, tras la pirueta protagonizada por los “tránsfugas” de Manilva, éstos seguirán en el equipo de Gobierno gracias a la continuidad del pacto alcanzado al comienzo de la legislatura con los dos concejales de la ASM, una escisión del PSOE en el municipio liderada por el exalcalde socialista Emilio López Berenguer. Precisamente este lunes está previsto que el secretario de Política Municipal del PSOE-A, Francisco Conejo, se reúna con sus cuatro ediles manilveños en la localidad para analizar la crisis institucional desatada en la Corporación. En la oposición también está el PP, con cuatro ediles. Ambos suman ocho y son superados en uno por los actuales gobernantes.
“Desgraciadamente en la medida en que no hay vinculación legal no existe la capacidad de obligar a estas personas a dejar el acta”, ha reconocido Garzón en cuanto al escaso margen de maniobra que tiene la federación de izquierdas con respecto a sus excompañeros díscolos.
En cuanto a si se planteaba el escenario actual, de la alcaldesa y los seis concejales restantes pasándose al Grupo Mixto para seguir gobernando desde dicha posición, Garzón ha dicho que no: “Lo que hubiera deseado es que mucho antes de estas circunstancias estas personas hubieran dejado no sólo el acta, sino también su pertenencia a Izquierda Unida”.
“Cualquier persona que tenga sobre sí misma la sospecha de haber medrado y haber utilizado las instituciones públicas para ese beneficio privado debería dimitir y dejar el acta por motivos éticos”, ha expuesto el diputado ante los periodistas durante el acto celebrado en Marbella. “Creo que no debe haber nadie en IU que tenga sobre sí sospechas de corrupción, de prevaricación, o de cualquier generación de redes clientelares”, ha sentenciado Garzón.
Lo cierto es que una vez consumada la salida de la alcaldesa, Antonia Muñoz, y todos sus ediles de la disciplina de la federación de IU-CA, en la opinión pública de la Costa del Sol queda la sensación de una actuación tardía.
En las redes sociales surgen los comentarios sobre que la coalición prescinde ahora de Muñoz cuando podía haberlo hecho antes de que las televisiones nacionales se hicieran eco de los graves casos de enchufismo protagonizados por la regidora manilveña, conocidos en el ámbito regional andaluz por el propio Diego Valderas, así como por el coordinador provincial, José Antonio Castro.