Una constructora destruye un acueducto de Almería del siglo XIX para levantar un complejo residencial

Álvaro López

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El acueducto de “Las Cumbres”, en el término municipal de Huércal de Almería, ya no existe. De hecho, es literalmente historia. Una empresa constructora lo ha derruido para construir una zona residencial y ha puesto en pie de guerra a la sociedad civil de la zona que está representada por la Plataforma Ciudadana en Defensa del Canal de San Indalecio y la Cultura del Agua en Almería. Denuncian que la destrucción de este canal es un ataque frontal contra el patrimonio almeriense porque acaba con un acueducto de 150 años de historia que estaba “desprotegido por la parálisis de la Administración”.

Este conducto para el agua fue levantado a finales del siglo XIX como parte del conocido como Canal de San Indalecio que se abrió en 1876 y que era la suma de varias estructuras hídricas que permitían llevar agua potable hasta Almería capital, una de las zonas más áridas de España. Aunque, como la mayor parte de San Indalecio, estaba en desuso, su importancia histórica lo había convertido en un lugar de referencia en Huércal de Almería. Sin embargo, desde este lunes ya no existe porque en su lugar se construirán viviendas, después de que el Ayuntamiento aprobase el 30 de junio un proyecto de urbanización que lleva provocando más de una década de polémicas.

Según fuentes de la plataforma ciudadana, “el acueducto de Las Cumbres es una de las obras de mayor envergadura, atribuida a uno de los tres más importantes arquitectos de la historia de la provincia, Enrique López Rull (diseñador del Teatro Cervantes)”. En una zona con problemas de lluvias, este tipo de infraestructuras fueron vitales en el momento de su construcción. “La importancia del agua era extrema pues la economía de la provincia (pasada la época minera del plomo y otros) se basaba en las extensiones de parrales para la uva de exportación a todos los mercados europeos y a Estados Unidos”.

“Una fe de erratas”

Pese a su relevancia, este elemento patrimonial ha estado desprotegido por la Administración. En 2015, la Junta de Andalucía catalogó todos los elementos que formaban parte del Canal de San Indalecio, incluyendo al desaparecido acueducto. Pero de forma repentina, Las Cumbres desapareció de esta clasificación. “Sin explicación, solo como una fe de erratas”. Un cambio que levantó sospechas porque no parecía razonable, según fuentes de la plataforma ciudadana. Según explican, el alcalde de Huércal de Almería, Ismael Torres (PP), reconoce que el acueducto fue eliminado del catálogo porque el constructor que ahora está levantando el residencial puso una alegación sobre el terreno en el que estaba ubicado.

Al respecto, desde el Ayuntamiento argumentan que el problema es que en 2008 el anterior Gobierno municipal de Izquierda Unida y PSOE aprobó un plan parcial y en 2010 un proyecto de reparcelación que dejaba al acueducto sin protección y en manos del propietario privado de los terrenos sobre los que se asentaba. Sin embargo, fuentes de Izquierda Unida niegan tal circunstancia. María Jesús Amate, concejal de IU en el Consistorio de Huércal de Almería, sostiene que el partido “sí tramitó la protección de este elemento a través del Plan de ordenación del territorio de la aglomeración urbana de Almería (POTAUA)”. Es más, como la plataforma, recuerda que “el acueducto fue Bien de Interés Cultural (BIC) y nadie sabe explicar por qué se descatalogó”.

A pesar de la madeja de cuestiones burocráticas sobre la protección de este elemento patrimonial de la provincia de Almería, ha habido varios intentos en los últimos años por evitar que se destruyera el acueducto. El último fue el pasado miércoles cuando la Plataforma del Canal de San Indalecio interpuso alegaciones para lograr salvarlo. “Tras presentarlo se han dado mucha prisa en derribarlo. Creemos que para evitar medidas cautelares y que les pararan la urbanización”, dice María Jesús Amate de IU. La política y la organización civil coinciden en una misma cuestión: el Ayuntamiento de Huércal echa balones fuera y no asume su responsabilidad.“”La culpa es de los demás“.

El Ayuntamiento se defiende

Precisamente en esa línea se pronuncia el alcalde de la localidad en elDiario.es Andalucía. Ismael Torres (PP) asegura que no pueden hacer nada porque con la ley en la mano, si no tramitara este proyecto “estaría cometiendo prevaricación”. Insiste en que “no se protegió cuando se debía proteger” y aclara que el acueducto no pertenece al Canal de San Indalecio sino que es “un tramo privado que una finca hizo para el riego particular”. Sin embargo, y a pesar de eso, sostiene que tanto la constructora como miembros de la plataforma llegaron a un acuerdo para que se “reconstruyese parte del acueducto en otro lugar”. Así quedó plasmado en un documento fechado en marzo y al que ha tenido acceso este medio.

“No entiendo muy bien a qué viene este revuelo, porque a nosotros también nos habría gustado salvarlo, pero no se hizo cuando había que hacerlo”. Niega que la demolición se haya hecho con tanta velocidad para evitar que se pudiesen adoptar medidas cautelares tras las alegaciones presentadas por la defensa ciudadana, porque dice que “cuando el proyecto se hizo público, en lugar de dar diez días se expuso durante más de mes y medio para que hubiese margen de sobra para que quien quisiera emitiera sus recursos. Se presentaron, se contestaron y el proyecto se llevó a aprobación definitiva”.

Desde la Plataforma en Defensa del Canal de San Indalecio consideran que este ejemplo no es más que otro de tantos en los que “el patrimonio de Almería sufre una tropelía detrás de otra”. Desmienten tajantemente que hubiesen llegado a ningún acuerdo para reconstruir el acueducto, sino que se habló “de respetarlo y que se pudiera mantener de acuerdo a su entorno”. “El Ayuntamiento prefiere quitarse su responsabilidad como si en 15 años no hubiesen tenido margen para hacer nada”. En la plataforma lamentan que la desidia y la falta de interés haya borrado un acueducto importante a nivel patrimonial y cuyos elementos arquitectónicos “podrían ser muy interesantes para ser estudiados ya que algunos proceden de la época en la que Almería tuvo una gran actividad minera”.

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