Ha hecho falta un año y medio de negociaciones y trámites para que la Diputación Provincial de Almería formalice la adquisición del Cortijo del Fraile y las casi nueve hectáreas de superficie para su rehabilitación y puesta en uso. Es el cortijo más grande y espectacular del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar y ha servido de inspiración a poetas, escritores, pintores, fotógrafos y cineastas. Pero este elemento tan emblemático, sin lugar a dudas, ha pasado a la historia por ser el escenario donde se produjo el 'Crimen de Níjar' en 1928 que años después inspiró a Federico García Lorca para su universal obra Bodas de sangre, así como a la escritora almeriense Carmen de Burgos (Colombine) para su novela Puñal de claveles.
Eso sí, la adquisición se ha hecho después de que la Junta de Gobierno diera el visto bueno definitivo a una compra que finalmente se ha tasado en 1.950.000 euros a la mercantil Agrícola Mar Menor. Se ha financiado con fondos propios de la Diputación y cierra así un expediente que se iniciaba el 16 de septiembre de 2021, que ha salvado cerca de una treintena de trámites administrativos hasta la compra, y que se cerrará definitivamente con la firma de las escrituras. Con esto se quiere garantizar la salvación de este edificio declarado como Bien de Interés Cultural (BIC) construido en el siglo XVIII y que está en ruina técnica desde 2011.
Réplica exacta
Desde la institución provincial dejan claro que “lo que no pueda mantenerse, será replicado con exactitud”. Es decir, son conscientes de que este escenario lorquiano “es uno de los principales atractivos que tiene su propia imagen, esa que tienen todos los almerienses en el imaginario colectivo y que ha pasado a la historia a través del celuloide”. Es por ello que “nadie plantea ningún cambio en él”. No obstante, el presidente de la Diputación, Javier Aureliano, adelanta que “el primer paso será una actuación de consolidación del edificio” porque se encuentra muy deteriorado ante la falta de mantenimiento que ha sufrido. Principalmente, es “salvar la capilla porque es el elemento más emblemático con el que cuenta el cortijo”, y lo que de verdad queda en pie.
Y, a partir de ahí, “intentar recuperar todo lo que se pueda”, pero bien es cierto que todo dependerá de lo que dictaminen los técnicos una vez que se pueda acceder. Alfredo Garrido, el arquitecto de Diputación elegido para el proyecto de rehabilitación del Hospital Provincial y que sigue siendo el que vive a pie de obra su transformación en el Museo del Realismo Español, será el encargado de trazar el rescate de este inmueble.
El peso de Bodas de Sangre
Precisamente la capilla es el corazón del Cortijo, el sitio en el que se tenían que casar Casimiro y Paca la Coja, los novios de la boda más famosa de la literatura española. Ella plantó al novio en el altar, se fugó con su primo y la cosa acabó en tragedia. Real y literaria, porque el suceso derivó en libros de leyenda como García Lorca o Carmen de Burgos. El peso de estas resonancias literarias en la construcción del mito y el icono del Cortijo del Fraile es evidente. “Si no existiera ‘Bodas de Sangre’, no habría tema”, así de contundente se muestra Andrés Sánchez Picón, catedrático en Historia Económica de la Universidad de Almería (UAL). “Hay muchos cortijos en el campo de Níjar que fueron relevantes en su momento y que han desaparecido entre sus propias ruinas”, pero socialmente el Cortijo del Fraile cobró importancia por la obra archiconocida de Lorca.
Esta compra supone un paso más en la apuesta por el Patrimonio de la Diputación Provincial de Almería. “Si ha sido ilusionante la recuperación del Antiguo Hospital para su próxima apertura como Museo del Realismo, recuperar este icono cultural de la provincia y la conservación de este BIC, es uno de los máximos retos a los que nos enfrentamos”, manifiesta Fernando Giménez, vicepresidente de esta institución provincial.
Un edificio con historia y escenario de historias
El Cortijo del Fraile es el máximo icono de la vida del siglo XIX y XX de la Comarca de Níjar. Fue construido por los frailes dominicos en el siglo XVIII y debe su nombre a quienes lo levantaron. En la desamortización de Mendizábal, en 1836, fue confiscado por el Estado y pasó a manos privadas.
Es un conjunto edificado de planta trapezoidal, con una superficie de parcela de más de tres mil metros cuadrados. El conjunto arquitectónico cuenta con una vivienda principal, de los aparceros y del pastor, además de oratorio, corrales, cuadra y corrales. En su interior, concretamente, en su patio central, podemos encontrar el campanario, la cripta funeraria, la capilla, las cuadras, los hornos y el aljibe.
“La relevancia de este cortijo también recae en su posición geográfica, pues se construyó cerca de las explotaciones mineras de extracción de oro de Rodalquilar”, según explica Rodolfo Caparrós, geógrafo y urbanista. En paralelo a su decrepitud física, el cortijo ha ido creciendo simbólicamente por la reivindicación de colectivos sociales que, de una manera persistente, “han venido reclamando la atención de las administraciones públicas”, asegura Caparrós. “Diferentes manifiestos, reclamaciones, movilizaciones, manifestaciones, acciones reivindicativas se han sucedido, y forman parte de un escenario melancólico”, puntualiza.
Además, el mágico entorno del Cortijo del Fraile ha sido localización de diferentes rodajes y fue el escenario de algunos de los westerns más legendarios como 'La Muerte tenía un precio' y 'El bueno, el feo y el malo'. Además, se han grabado en él algunas series de televisión. Cómo olvidar aquella fatídica boda entre Sarita y Lucas en el final de la sexta temporada de 'Los Hombres de Paco' con su peculiar homenaje a la obra lorquiana.
Menos trágica fue Colombine en su Puñal de claveles porque ella deja la puerta abierta a la esperanza. Los dos enamorados superan el fatal final al que les sometía el inmovilismo rural y logran escapar.
Por eso, Giménez declara a elDiario.es Andalucía que cuando encaren el proyecto de conservación y recuperación de este edificio “va a estar muy presente su historia y también todo lo acontecido” allí. “Está claro que Lorca, Colombine y el cine tendrán mucho que aportar para esta joya patrimonial”, concluye.