Dos contenedores con más de 1.400 kilos de tierra radioactiva “de baja intensidad” fueron enviados de vuelta desde Madrid hasta Palomares, en Cuevas de Almanzora (Almería), de donde habían sido trasladados años atrás para ser sometidos a evaluación. El Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT) admite que realizó esos envíos a Palomares y que lo hizo sin avisar a las autoridades locales.
La devolución de este material, adelantada por La Voz de Almería, se produjo hace dos años, y fue tan discreta que había pasado desapercibida hasta ahora. El CIEMAT hizo el primer envío, de 796 kilos, el 10 de mayo de 2016, y el segundo, de 670 kilos, el 29 de noviembre del mismo año. Nunca informó de ello al alcalde de Cuevas de Almanzora, municipio en el que se integra la pedanía de Palomares, donde en 1966 impactaron dos bombas con material termonuclear de la fuerza área de Estados Unidos.
Pese a que las bombas de hidrógeno no llegaron a estallar, evitándose la reacción en cadena de una explosión nuclear, la deflagración del explosivo convencional y el impacto contra el suelo liberaron un material radioactivo que acabó depositándose. Varias zonas siguen valladas y sujetas a vigilancia del CIEMAT por estar contaminadas con estos residuos.
El CIEMAT asegura que la tierra devuelta, que permanece en dos contenedores en una zona acotada y controlada, no supone riesgo alguno. Como es tierra no contaminada, no sería necesario trasladarla a un almacén de residuos nucleares. “Palomares es su destino natural ya que proceden de allí, y debido a sus características radiológicas no genera ningún problema ni incompatibilidad con las tierras de Palomares. En ningún caso este tipo de muestras es susceptible de ser gestionado en un ATC”, explica una fuente oficial a eldiario.es Andalucía. Según el centro, se trata de tierra con “la misma composición físico-química y radiológica” que la ya almacenada en contenedores en Palomares.
La directora del departamento de Medio Ambiente del CIEMAT, Yolanda Benito, matizó en declaraciones a Europa Press que se trata de material de “baja intensidad” compuesto de “tierras y cenizas”. Sin embargo, se almacena en “contenedores con medidas especiales”.
Antonio Fernández, alcalde de Cuevas de Almanzora, asegura que no recibió aviso alguno de que parte de la tierra tomada como muestra durante décadas, y enviada a las instalaciones del CIEMAT, iba a regresar a Palomares. “La reivindicación histórica de Cuevas es que se lleven la tierra contaminada y que no traigan más, y menos todavía sin ni siquiera decirnos nada. Nadie dijo nada. La subdelegación de gobierno no sabe nada y nadie sabe nada”, lamenta el alcalde, que este jueves mantendrá una reunión en Madrid con los responsables del centro.
Según el CIEMAT, ni siquiera era preceptivo avisar al municipio de que esa tierra le sería devuelta. “Dadas las características del material enviado no era necesario informar de este traslado”, asegura el centro.
Consejo de Seguridad Nuclear: “La solución definitiva es la retirada del suelo contaminado”
Cuevas de Almanzora lleva décadas pidiendo una limpieza completa e integral de la zona afectada por dos de las cuatro bombas termonucleares que transportaba un bombardero B-52, que impactó con un avión nodriza durante una maniobra de repostaje. En 2015, 49 años después del accidente, el secretario de Estado de EEUU, John Kerry, y el ministro de Exteriores español, José Manuel García-Margallo, firmaron una declaración de intenciones para la limpieza de Palomares, cuyo coste estimado rondaría los 640 millones de euros.
La posición histórica de España es que la “única solución definitiva es la retirada del suelo contaminado”, tal y como consta en los documentos del Consejo de Seguridad Nuclear. El Plan de rehabilitación, supuestamente preliminar, sigue siendo confidencial, según trasladó la Abogacía del Estado a la Audiencia Nacional en el marco de un procedimiento contencioso-administrativo iniciado por Ecologistas en Acción para instar a la limpieza de la zona.
La devolución de este material a la zona de la catástrofe provocó este miércoles que la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, anunciase que el Gobierno andaluz pedirá explicaciones al Consejo de Seguridad Nuclear.