Los hosteleros almerienses denuncian la falta de camareros para hacer frente al incremento de la demanda que supone la llegada del verano junto con la liberación de algunas restricciones sanitarias. Sin embargo, no todo el sector está de acuerdo con esta premisa y son muchas las opiniones, tanto de empresarios como de trabajadores, que se postulan a favor y en contra.
“No faltan camareros, sino ofertas con buenas condiciones”, replica Abel Carmona. Es gerente de varios bares en el municipio almeriense de La Mojonera, y esta frase la pronunció al leer el titular de La Voz de Almería de la semana pasada. Son muchas las personas que en redes sociales han mostrado su desacuerdo. Las críticas vienen dadas porque denuncian la precariedad laboral de la profesión, asegurando que es la esclavitud del siglo XXI, y los sueldos bajos a cambio de trabajar más horas de las que establece el convenio de trabajadores. Pero, ¿qué es lo que piensan los camareros titulados?
José Torrente, presidente de la Asociación de Cocineros y Reposteros de Almería, explica que “ni hay ni nunca ha habido una amplia oferta de profesionales para el sector de la hostelería” porque las condiciones de trabajo que se han ofrecido en los últimos años “han expulsado de este sector a muchos trabajadores que no han encontrado la recompensa esperada”.
J. A. C., titulado de técnico en cocina y gastronomía, afirma que cuando terminó sus estudios y se enfrentó al mundo laboral “todo lo aprendido y estudiando en Formación y Orientación Laboral no sirvió de nada”. Asegura que no ha trabajado nunca 8 horas al día tal y como establece el convenio de los trabajadores. “He tenido contratos de 20 horas a la semana en los que he trabajado 58 cobrando 1.000 euros y cotizando como ayudante de camarero siendo cocinero profesional”, expresa. “Y encima he tenido que dar las gracias por el trabajo que me ofrecían”, puntualiza con indignación este cocinero profesional del municipio de Sorbas que ha preferido preservar su anonimato.
Situaciones como la de este cocinero no son nuevas. Ya se vienen arrastrando desde hace años bajo el dicho de “la hostelería es así y si no, a la calle que hay más como tú”, aseguran camareros y camareras en activo. Es lo que los jefes de M. G. M., un camarero del puerto de Aguadulce (Roquetas de Mar), le decían cuando vio que sus derechos laborales se veían mermados. “Denuncié a mi jefe ante la inspección de trabajo porque me pusieron más horas a trabajar cobrando menos y al querer hablar de la situación me dijo que me fuera porque había mucha gente detrás que quería trabajar”, cuenta a este diario. Este trabajador asegura que le echaron sin previo aviso y sin darle su finiquito: “Para él las horas extras era tan solo un concepto, me decía que yo tenía que mirar por la empresa y que si solo echaba 40 horas a la semana yo era un vago que no quería trabajar”. “Así que no, en Almería no es que falten camareros, sino condiciones dignas sin llegar a los abusos haciendo de esto el esclavismo del siglo XXI”, manifiesta con rabia. “Y otra cosa, para pagarte menos te contratan como ayudante de camarero, que todavía después de tantos años no sé qué es eso ni a quién ayudo si lo hago todo yo”, ironiza. Este camarero ha querido reservar su identidad por temor a represalias, pues asegura que su anterior jefe le persigue en sus nuevos trabajos para difamar y cuestionar su profesionalidad.
La alternativa agroalimentaria
Francisco Salmerón, que lleva ocho años en hostelería y que estudió el oficio en la Escuela de Turismo y Hostelería Almeraya de Almería, afirma que “al verse mermados los puestos de trabajo en hostelería durante el parón por la pandemia, quienes no se pudieron beneficiar del ERTE o su situación económica era devastadora, la gente comenzó a buscar trabajo en el sector de agrícola como en almacenes hortofrutícolas”. En este tipo de empleos los trabajadores fichan y cobran por todas las horas que se trabaje y el contrato en regla al día siguiente, “entonces es normal que mucha gente ya no quiera volver a la vieja hostelería precaria y esclavista”.
Hay quienes volvieron a la hostelería, principalmente padres y madres con familia que no tienen cómo subsistir o encontrar otro empleo. “Te aseguran dos o cuatro horas al día pero trabajas 14, te dejan media hora para comer y te dan de comer porque por ley están en la obligación de ofrecer una comida al día, aunque he estado trabajando en restaurantes del centro de Almería en los que te hacen pagar lo que comes”, confiesa este profesional. “Todo esto si tienes el lujo de descansar dos horas”, puntualiza. Él hace hincapié en la mala gestión de algunos jefes, “que no hay mejor definición que explotadores, que se aprovechan de la gente a su antojo y sobre todo de aquellos que no tiene experiencia para pagarle lo mínimo o menos”.
Respecto a esta reclamación o queja del sector, responde que “no encuentran camareros profesionales porque los propios jefes no lo son, ya que prefieren pagar menos a ocho trabajadores sin contrato que a cuatro que saquen todo el trabajo en una jornada de ocho horas”. “Esta gente está dejando a la hostelería por los suelos, pero es cierto que no todos son iguales y también hay quienes lo hacen conforme la ley manda”, aclara.
Siendo él un profesional indica a este medio que es partidario de dar oportunidades a gente sin experiencia “porque nadie nace sabiendo para ningún trabajo, todo es práctica, dedicación, tiempo y paciencia, porque no todos pueden tener la suerte de estudiar”. “Son muchos factores que te valorizan y tú sabes lo que vales, pero nadie te paga realmente por lo que sabes ni por lo que vales y los camareros en Almería en los últimos años son moneda de cambio”, reflexiona.
Asimismo, Luis García, camarero de un conocido pub de El Ejido defiende que el empresario hace eso ahora porque no tienen dinero por todo lo que se ha ido arrastrando por la crisis del coronavirus: “Ahora esto les sirve de excusa porque ellos siempre han fastidiado al camarero”, matiza. “En estos momentos sí que entiendo que quieran recortar en los sueldos de los trabajadores por todo lo que han padecido, que lo hicieran antes, no”, asevera el camarero. Luis cuenta cómo fue testigo del despido de dos compañeros de su trabajo por pedir mejoras en las condiciones laborales; él se calló y aceptó lo que tenía.
Si hay vacantes ¿por qué tantos parados?
Según los datos del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), paro registrado en mayo de 2021 baja en todas las Comunidades Autónomas con caídas que superan los 10.000 desempleados como es el caso de Andalucía (-28.561). En cuanto a las provincias, el desempleo registrado baja en todas con la única excepción de Almería que se incrementa en 481 parados, al tiempo que desciende vertiginosamente en el resto de provincias andaluzas.
Los datos consultados en el SEPE revelan que más de la mitad de los asalariados de Almería, en torno a 150.000 personas, están cobrando menos de 750 euros al mes, por debajo del SMI. Pero es que 75.000 de ellos cobran menos de 450 euros mensuales por esos contratos temporales, por días o incluso por horas (no todos del sector de la hostelería).
La duda que suscita ante estos datos es clara: si hay tantos trabajadores en la provincia de Almería en la cola del paro, ¿por qué la patronal afirmaba que buscaban con urgencia camareros porque les costaba encontrarlos? ¿Cómo se puede explicar que en Almería haya 70.000 personas cobrando prestaciones, de las cuales entre 4.000 o 5.000 son de hostelería, y que sea tan complicado encontrar personas? Son las cuestiones más repetidas entre empresarios y patronales hosteleros.
Emilio Gallego, secretario general de la Confederación Empresarial de Hostelería de España (CEHE), detalla que “el problema de la falta de profesionales es complejo y estructural”. “El sector lo venía padeciendo de antes, pero la Covid-19 ha agravado la situación”, añade. Para Gallego, las zonas turísticas se han visto más afectadas por esta carencia de personal, ya que los empleados suelen ser de otras partes de España y acuden para las temporadas estivales. “Se han tenido que volver a sus lugares de origen. Llevaban más de quince meses sin trabajar”, aclara. “Hay un desajuste en las políticas activas que no permiten programas para ayudar a la movilidad geográfica en las zonas del interior del país”, sentencia gallego.
Con “experiencia”
Desde la Asociación de Hostelería de Almería (ASHAL) han hecho públicos los problemas que están teniendo los bares, restaurantes y hoteles de la provincia para cubrir sus necesidades de personal. Recalcan que es especialmente complicado encontrar a trabajadores que ya cuentan con experiencia en el oficio. Isabel de Juan, gerente de ASHAL, destaca que “directamente no los hay, ni ahora ni en los últimos años, lo que se ha vuelto una situación muy preocupante”.
Desde la patronal se muestran sorprendidos de que sea tan difícil cubrir las vacantes. Apuntan, que tras la escasez de empleados cualificados se puedan esconder casos de fraude en los que las personas están cobrando el paro y siguen trabajando de forma irregular.
Abel Carmona achaca el problema a que “los camareros se queman por la falta de flexibilidad para trabajar los fines de semana y festivos”. Explica que en su caso para no agobiar a sus empleados con la carga de trabajo hace turnos rotativos “y así tienen fines de semana libres, cosa que en hostelería ocurre pocas veces”, asegura. “Hay gente que tiene plantilla suficiente para hacer esto y no lo hacen”, apostilla el empresario. “Lógicamente, si pagas 800€ para que te trabajen 14 horas al día y sin darles de alta a la Seguridad Social, normal que no encuentres a nadie”, razona. Afirma que “no faltan camareros, sino ofertas con buenas condiciones”. De hecho, el empresario presume de que el empleado que menos tiempo está trabajando para él lleva cuatro años en su empresa “y eso verlo en la hostelería que la gente salta de un lado a otro es muy raro”.
“Derivado de los ERTE”
Asimismo, José Capel, encargado de una la coctelería Canta la Gallina situada en el centro de la ciudad de Almería, afirma que “todo viene derivado de los ERTE, ya que mucha gente prefiere cobrar unos 800€ antes que la inestabilidad”. El sector de la hostelería es el que más trabajadores tiene en esta situación. En mayo había 263.387, de los cuales 167.162 son de restauración y 96.225 del sector del alojamiento. En el mes de mayo habían vuelto a trabajar 43.000 empleados, según datos del Ministerio de trabajo.
Por su parte, los sindicatos UGT y Comisiones Obreras afirman en un comunicado que es preciso reordenar este sector, “que los servicios de inspección entren en este asunto y que se persigan las prácticas abusivas”. De hecho reclaman a la patronal de la hostelería que se ponga al frente para buscar soluciones “porque al final los empresarios más irregulares juegan con ventaja respecto a los que cumplen las reglas de juego y aplican los convenios”.