El papel de Andalucía como nacionalidad histórica ha vuelto a jugar una mala pasada en Madrid, y si hace un par de meses la polémica era contra el líder del PSOE, Pedro Sánchez, quien olvidó mencionarla en este club y se limitó a señalar a “Cataluña, Galicia y Euskadi”, con el consiguiente rapapolvo de los suyos en el sur, esta vez el asunto le ha rebotado a Pablo Iglesias. Y en su caso llueve sobre mojado.
Sus manifestaciones el pasado miércoles durante la presentación de un libro han sido interpretadas rápidamente por sus rivales políticos y se han colado este jueves en el Debate del Estado de la Comunidad en el Parlamento de Andalucía para recriminarle que “tergiversa” el pasado de este territorio, como ha comentado el portavoz del PSOE, Mario Jiménez, encargado de abrir la sesión.
En este caso depende cómo se lea lo que dijo y por qué orden. Primero apuntó, entendiéndolo dentro de un discurso donde habla de proceso constituyente y para hablar de la “complejidad” de España, que existen “cuatro nacionalidades que comparten estado”: la española, la catalana, la vasca y la gallega. Luego agregó que fue la movilización de Andalucía en la calle (el 4 de diciembre de 1977) la que “propició que se cambiara la Ley de Referéndum para que se convirtiese en una nacionalidad” también. “En Andalucía, incluso el Estatuto de Autonomía habla de realidad nacional, aunque no haya un sentimiento mayoritario de nación”, remachó, como puede verse en el vídeo desde el minuto 25.
Pero para la líder del PSOE de Andalucía, Susana Díaz, a la que le gusta contar con munición contra la oposición y para la que Podemos nunca ha sido un aliado potencial, ha sido suficiente la primera parte de lo dicho por Pablo Iglesias para sacarlo en el Debate del Estado de la Comunidad contra los respectivos líderes de Podemos e IU, Teresa Rodríguez y Antonio Maíllo. “Estoy en absoluto desacuerdo con lo que dijo Pablo Iglesias. Y lo estaré lo diga quien lo diga”, ha remarcado la presidenta de la Junta de Andalucía.
Con la inminente celebración del 40 aniversario del 4D, una fecha que el PSOE ha puesto históricamente en un segundo plano frente a la del 28 de febrero de 1980, los socialistas aprovechan cualquier desliz -o no- de Podemos para que no patrimonialice esta efemérides. La reclamación de la memoria de Manuel José García Caparrós, asesinado en dichas movilizaciones en Málaga y en la que IU y Podemos han tomado la iniciativa frente a los socialistas son ejemplo de ello.
En esta línea, exigiendo a los diputados de Podemos en Andalucía, y a sus socios de IU, que se “aclaren”, ha acusado a Pablo Iglesias de querer volver a la fórmula en la que había “tres autonomías de primera” y luego estaba el resto, “un modelo que rompió el 4D”, cuando los andaluces salieron a la calle “para reclamar autogobierno e igualdad” culminando con el referéndum del 28 de febrero de 1980.
El equipo de Pablo Iglesias se ha apresurado en difundir el vídeo de la intervención de su líder, quien a su vez ha reaccionado y vía Twitter, para expresar claramente que “sin Andalucía no se entiende la plurinacionalidad de España”.
La coordinadora general de la formación en Andalucía, en un comentario que ha sido también compartido por su líder como apostilla, ha recordado igualmente vía Twitter que está convencida de que es una “realidad nacional”:
Tampoco Antonio Maíllo, por la parte que le tocó, se ha callado, y ha acusado tanto a Susana Díaz como a Mario Jiménez de “mentir a sabiendas sobre lo que dijo Pablo Iglesias sobre Andalucía”. De hecho, ha adjuntado el comentario en su totalidad para que cada uno interprete lo que quiera.
El problema es que no es la primera vez. La más sonada fue cuando, en el debate a cuatro de Antena 3 en vísperas de las elecciones generales del 20 de diciembre de 2015, Pablo Iglesias puso el 4D de Andalucía como ejemplo de la solución que Podemos plantea para Catalunya. Hubo interpretaciones desde Andalucía que aseguraban que fue equivocado decir que los andaluces salieron a la calle a decidir si querían o no seguir en España. Eso le obligó a matizarse reiteradamente y todavía Teresa Rodríguez tiene que soportar que Susana Díaz se lo recuerde cada vez que debaten en sesión de control.