Los fisioterapeutas andaluces están molestos con el Ejecutivo regional por la nueva cartera de servicios que ha aprobado para estos profesionales en la sanidad pública. Según denuncian a diferentes niveles, se les recortan competencias y se les sitúa en una posición de agravio comparativo con respecto a otras especialidades y a las funciones que pueden desarrollar en la sanidad privada. En concreto, señalan que la nueva distribución de funciones ignora la legislación vigente hasta el punto de que se les pretende relegar a la figura de meros técnicos y no dotarles de las capacidades de diagnóstico y tratamiento para las que se han formado. El Servicio Andaluz de Salud (SAS) ya ha mantenido reuniones sectoriales durante el mes de marzo para tratar el asunto.
El principal problema al que se enfrentan los fisioterapeutas de Andalucía con la cartera de servicios que se plantea es que se ignora por completo la posibilidad de que realicen valoración y diagnóstico de pacientes. Por el contrario, Salud asume que estos profesionales solo tienen atribuida la función de tratar al paciente después de haber recibido el encargo por parte del especialista intermedio que suele ser un médico rehabilitador. Un proceso tedioso que alarga el tiempo de espera del ciudadano que necesita tratamiento y que sobre todo ignora que los fisioterapeutas tienen formación para la valoración y el diagnóstico y que esto viene recogido tanto en la Ley 44/2003 de ordenación de profesiones sanitarias, así como en los propios estatutos del Colegio de Fisioterapeutas.
Arancha Jiménez, portavoz de sanidad pública en el Colegio Profesional de Fisioterapeutas de Andalucía, afirma que, para su sorpresa, se han encontrado con multitud de problemas en esta nueva cartera de servicios: “La valoración y el diagnóstico no aparecen. Nosotros, antes de tratar a un paciente, debemos hacer una valoración y un diagnóstico que vienen recogidos en la normativa vigente”. De hecho, el “diagnóstico de fisioterapia” está recogido en la legislación que regula esta profesión con dicha denominación. Un asunto que causa inquietud entre estos especialistas al sentir que sus funciones quedan claramente limitadas a una labor de simple tratamiento, teniendo que asumir las injerencias de otras especialidades que hagan la valoración antes de derivar al paciente.
Sin diagnóstico ni valoración
“Hemos echado muchas cosas en falta en esta cartera de servicios”, explica Jiménez. Otra de esas cuestiones que no aparece es el llamado ejercicio terapéutico. Algo que es básico en todas las modalidades de fisioterapeutas porque se estudia en la formación universitaria y es un pilar fundamental de esta especialidad sanitaria. El ejercicio terapéutico es el que está enfocado a que el paciente pueda ejecutar un plan de movimientos corporales y actividades físicas que le ayuden a corregir alteraciones físicas y mejorar su salud. Sin embargo, en esta cartera de servicios no aparece reflejado. “Tampoco aparece recogido el control del dolor del que nosotros formamos parte como especialistas”, añade la portavoz de sanidad pública del Colegio de Fisioterapeutas de Andalucía.
“El colmo de los colmos es que hay ciertos procedimientos como la termoterapia o la crioterapia que se dice que se necesita mediante prescripción del facultativo cuando son competencias nuestras”. Arancha Jiménez recuerda que los fisioterapeutas son “independientes en ese sentido” y no necesitan, porque tienen formación para ello, que ningún especialista intermedio tenga que derivarles a los pacientes pudiendo cumplir con ese cometido cualquier fisioterapeuta que esté formado. “No vemos lógico lo que ha pasado con esta cartera de servicios. Queremos que se actualice porque hace falta, pero para ello lo mejor sería contar con el Colegio de Fisioterapeutas porque quién mejor que nosotros para saber lo que necesitamos. La fisioterapia no se prescribe, al fisioterapeuta de deriva”, sentencia.
Además del colegio profesional, los fisioterapeutas también están mostrando su descontento de forma individual. Este es el caso de Manuel García que trabaja en esta especialidad en la sanidad pública de Jaén. Sostiene que esta cartera de servicios lo que hace es “abrir las competencias de hace 25 años cuando la realidad de la profesión es distinta”. “Si yo tengo que tratar un paciente dentro del SAS y quiero aplicarle un tipo de tratamiento, necesitaré una prescripción médica, cuando si alguien va un fisio privado, no sería necesario. Ahora, en el SAS, no podremos hacer lo que hacemos en el entorno privado, supeditados al médico rehabilitador”.
De hecho, como además de trabajar en la sanidad pública cuenta con su clínica privada, García sabe muy bien cómo se ralentiza el proceso de tratar a un paciente si se lleva a cabo esta cartera de servicios. “En mi clínica sí puedo dar de alta al paciente si hace falta, pero en el SAS no por lo que esto atenta sobre la autonomía de la profesión. Somos una profesión autónoma y reconocida, pero sentimos que el SAS nos lo quita. Está claro que se ha hecho así porque no se ha contado con nosotros y lo ha decidido alguien que no es especialista en nuestro ámbito”. Como el colegio profesional, la sensación que tienen los fisioterapeutas es que se ha hablado de sus competencias sin preguntarles. “Los médicos de rehabilitación y los terapeutas ocupacionales sí estaban representados, pero nosotros no”.
Exigencias del sector sanitario
En ese sentido, la figura del médico rehabilitador es la que lastra las posibilidades de los fisioterapeutas, según alertan. “Con el paso del tiempo los médicos rehabilitadores tienen menos sentido porque al nacer la figura del fisioterapeuta en principio se nos asociaba desde el punto de vista más técnico, pero ahora tenemos formación completa en diagnóstico y valoración. Sin embargo, los rehabilitadores a nivel del SAS como colectivo tienen mucha fuerza y le estamos cogiendo esas atribuciones, por lo que tenemos la sensación de que eso está causando malestar”, aseguran fuentes del sector. Un aspecto que podría explicar por qué sus competencias están recortadas.
Por su parte, los sindicatos ya han solicitado al SAS que tome nota de estos problemas y busque el modo de solucionarlo. José Sánchez, portavoz del Sindicato de Enfermería SATSE, el mayoritario entre los fisioterapeutas, pone su mirada en la ausencia del diagnóstico y la valoración en esta cartera de servicios: “Ambos procedimientos son fundamentales dentro del abordaje de Fisioterapia con el paciente. Tienen las competencias y las capacidades suficientes y están recogidas tanto en la Orden CIN 2135/2008, de 3 de julio, por la que se establecen los requisitos para la verificación de los títulos universitarios oficiales que habiliten para el ejercicio de la profesión de Fisioterapeuta, en la ley 44/2003, de 21 de noviembre de ordenación de las profesiones sanitarias”. Y al mismo tiempo recuerda que son trabajadores esenciales en la sanidad pública.
“Esta profesión cuenta con el nivel máximo de evidencia científica de cara a mejorar la condición física de los pacientes, a través del ejercicio terapéutico. Sin embargo, no se encuentra ni siquiera referencia a la intervención del fisioterapeuta, siendo los únicos que reciben formación real y específica sobre este abordaje durante la formación de grado”, dice Sánchez. Una postura que comparten desde CSIF, UGT y CCOO quienes además piden que se aumente el número de profesionales de la especialidad. Insisten también en que la independencia de los fisios para gestionar su cartera de servicios debe ser una cuestión inaplazable. Todo ello ya ha sido trasladado al SAS para que se tome en consideración.
Fuentes oficiales de Salud lo confirman y sostienen que ya se ha derivado a la dirección general de personal para que se trabaje en una solución.