¿Cómo influyó la identidad andaluza en la reivindicación de la autonomía de Andalucía? ¿Y en qué grado lo hizo el periodo de transición a la democracia? A éstas, y otras preguntas, responde un proyecto de investigación seleccionado por el Centro de Estudios Andaluces. Un trabajo que suma factores clave de este proceso identitario, caso de contexto, ciudadanía y partidos políticos, al análisis de la propia edificación de esa conciencia cívica. Para desvelar, al cabo, qué es Andalucía.
La identidad andaluza como identidad cívica durante la construcción de la autonomía (1975-1982). Es el nombre del estudio, que acaba de ver la luz, desarrollado por tres investigadores de la Universidad Pablo de Olavide (Sevilla), David Soto, Inmaculada Villa y Juan Infante, y por Santiago Jaén, de la Universidad de Jaén. En ese periodo, sostienen, surgió una identificación entre democracia, autogobierno y búsqueda de solución a los problemas sociales y económicos. Y esa conjunción de elementos jugó el papel de “poderoso instrumento movilizador”. Que ayudó, precisan, a conquistar una emancipación de la región “con las máximas cotas competenciales”.
El proceso autonómico andaluz fue uno de los acontecimientos más significativos de la transición a la democracia en España. Las movilizaciones en reivindicación de una autonomía que tuviera un mismo tratamiento que las nacionalidades históricas que culminaron en el referéndum del 28 de febrero de 1980 tuvieron impacto más allá de Andalucía. Logró alterar, afirman los expertos, el modelo de articulación territorial en el conjunto del Estado que había diseñado la Constitución de 1978.
El 4-D y la explosión de la identidad andaluza
Todo este trayecto catártico no se entiende “sin las movilizaciones sociales”. El 4 de diciembre de 1977 aparece así como “el momento de emergencia, a modo de ciclogénesis explosiva, de una identidad andaluza con una fuerza política insospechada”. “Sin una lengua propia, sin un nacionalismo de base étnica comparable al catalán, vasco o incluso al gallego”, emerge esta dimensión regional.
El informe supone de esta forma una aproximación al proceso de construcción de la identidad andaluza y un análisis de su influencia como conciencia cívica. Al hilo de la reivindicación autonómica, concluyen los investigadores, se configura un consenso básico entre los partidos de izquierda en torno al significado de Andalucía. También sobre el sentido que debe tener el autogobierno, un ingrediente “capaz de empatizar razonablemente bien con la percepción que los propios andaluces tenían de sí mismos”.
Hay una distinción entre nacionalismo cívico y étnico, entre identidad cívica y étnica por tanto. Aunque esto no significa, en el caso andaluz, “la existencia de rasgos culturales” diferenciales. La investigación editada por el Centro de Estudios Andaluces muestra, en este sentido, que los modelos de nacionalización de masas y la identidad política se construyen y no solo se adquieren.
Para articular este tipo de identidad “escasamente fundamentada en elementos étnicos” aparece un discurso que interpretaba la situación del pueblo andaluz y de la propia región como “de subdesarrollo respecto al resto del Estado”. Que entendía, además, que la solución a estos problemas llegaría de la mano “de la autonomía y la democracia”.
La investigación, como objetivo, analiza los tipos de discursos sobre Andalucía elaborados por los grupos políticos durante la transición a la democracia. Evalúa en qué medida coincidieron con la interpretación que los andaluces tenían de su propia identidad. Como fuente, información de archivos sobre los principales partidos de izquierda del momento: PSOE, PCA y PSA. Y de las grandes organizaciones sindicales: CCOO y UGT. En el proyecto aparecen también otras formaciones involucradas en la conflictividad por la autonomía. Caso del PTA, Acción Comunista, Cristianos por el Socialismo, FUT, Liga Comunista Revolucionaria, Movimiento Comunista, Organización de Izquierda Comunista, OCE-Bandera Roja y Organización Revolucionaria de Trabajadores.
El informe usa, en la elaboración por parte de los expertos pertenecientes a universidades andaluzas, “una metodología atractiva y dinámica y a través de la recuperación de fuentes poco conocidas”. Y queda estructurado en cuatro grandes bloque que analizan los conceptos de Andalucismo y Nacionalismo, La conciencia del atraso y la crisis económica en la Andalucía de los setenta, La identidad de los andaluces durante la transición a través de las encuestas de opinión y La identidad andaluza en los partidos de izquierda durante la transición.