El coordinador regional de IU, Antonio Maíllo, cree que los resultados para su formación y para Podemos hubieran sido “peores”, si no hubieran concurrido bajo la marca Unidos Podemos a las elecciones generales del 26 de junio, una confluencia que entiende que todavía se “está construyendo” y que debe continuar porque “va más allá de lo meramente electoral”. Ha huido de los “análisis precipitados” a la hora de valorar por qué no han cumplido las expectativas que se marcaron, y de hecho IU “lo está estudiando” porque es muy importante “hacer un diagnóstico de la derrota”, pero ha matizado las críticas que, sobre todo desde Podemos, se han vertido en torno a la confluencia.
También ha apostado por “agotar todas las vías” para que se construya una alternativa a un Gobierno de Mariano Rajoy. De hecho, ha criticado que “un sector del PSOE, encabezado por Susana Díaz, quiera usar sus votos para decir que Mariano Rajoy tiene que gobernar”. En su opinión, “eso desinfla cualquier construcción de una alternativa, con lo que suponen cuatro años más de gobierno del PP”. Entiende que “hay condiciones” para impedir que gobierne Mariano Rajoy: “Tenemos esas obligaciones políticas y éticas, y porque nuestros votantes nos han apoyado para que no gobierne”.
Tras recordar que “el PP es la primera fuerza, pero no ha ganado las elecciones generales como para determinar que tenga que gobernar”, se ha mostrado partidario de un ejecutivo que presida el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez. Igual que ha apostado por trabajar con los socialistas en las Cortes Generales para tumbar leyes “injustas” aprovechando que Mariano Rajoy no tiene mayoría absoluta.
Antonio Maíllo ha hecho autocrítica, porque por separado Podemos e IU sumaron 222.331 votos más el 20D, pero también ha celebrado datos positivos. Para empezar, ha desmentido que en los 79 municipios de Andalucía en los que gobierna IU y los 35 donde lo hace en coalición hayan caído, “como inicialmente se dijo”. Es más “en ninguno de los 114” han bajado del 24% en el porcentaje de votos. Eso le hace pensar que no significa que IU haya sufrido una huida en masa de votantes -tuvo 257.019 votos el 20D- descontentos con el pacto con Podemos.
En segundo lugar, ha recordado que Podemos tenía 10 escaños tras las elecciones generales del 20 de diciembre de 2015 y ahora son 11 para Unidos Podemos, dos de ellos de IU, que no contaba con representación por Andalucía en el Congreso de los Diputados. “La confluencia ha evitado que IU saliera más perjudicada por la ley electoral, que nos habría castigado más a nosotros con la fragmentación de la izquierda”, ha aseverado, igual que cree que en el caso de Podemos le ha evitado una “pérdida de respaldo” mayor.
Tras abundar en que las relaciones tejidas en Andalucía con Podemos “van más allá de lo meramente electoral”, ha recordado lo que ya dijo en vísperas de las elecciones generales del 20 de diciembre de 2015, cuando no fue posible fraguar la candidatura con Podemos. “La unidad popular no es ir juntos en unas elecciones”, ha proseguido, sino una estrategia basada en “la fusión, el esfuerzo y la multiplicación de la lucha de toda la gente que está siendo víctima de un país mucho más desigual que hace unos años”.
En respuesta a Íñigo Errejón, secretario Político de Podemos, que considera que la confluencia es una de las razones de la caída de votos de su partido, ha remarcado que comparte con él que “hay muchas causas”, pero “para sacar unas conclusiones rigurosas hay que hacer un análisis sosegado”. Y en esto está IU en Andalucía, por el peso que ha tenido en el resultado global, dado que en este territorio han perdido casi el 25% de los votos que habían sumado por separado en España el 20D. Incluso ha respondido a Julio Anguita, excoordinador de IU y uno de los padres de la confluencia, quien atribuía a la premura con la que se configuró la candidatura el no haber logrado sus objetivos. “La precipitación no fue de la confluencia, sino de las convocatorias electorales”, ha especificado Antonio Maíllo.
“Desde el punto de vista político, en lo que en IU llamamos confluencia, que es mucho más que lo electoral, se ha producido una reacción de las corrientes subterráneas sociológicamente hablando, de un voto conservador que ha reaccionado a un miedo profundamente construido”, ha incidido, y ha puesto como ejemplo que desde la noche del 26J “no se ha vuelto a oír hablar de Venezuela”. De hecho, ha hecho hincapié en el “miedo” como elemento clave que entiende que han usado sus rivales en la campaña.
Eso sí, tampoco ha ahorrado críticas para el discurso de algunos dirigentes de Unidos Podemos, comenzando por su candidato Pablo Iglesias, en referencia a cuando pasó a calificarse como socialdemócrata, lo que cree que ha contribuido al desconcierto. “Yo nunca he sido socialdemócrata”, ha concluido Antonio Maíllo.