Días de Empresa es un espacio en el que eldiarioand quiere contar las historias de las empresas andaluzas. Cómo discurre sus días, cómo nacen y cómo se consolidan, y cómo, desde aquí, desde Andalucía se construye sociedad a través de las iniciativas empresariales.
Plantas con mensaje: Floresta Sur arma una cooperativa que suma conciencia ambiental e inserción social
Hay formas de romper los techos de cristal. Y una es sembrando árboles. O plantas con mensaje. Así nace el proyecto Floresta Sur, una cooperativa sin ánimo de lucro que asume el doble reto de fomentar la inserción social y laboral de mujeres en situación de vulnerabilidad y, además, avivar la concienciación medioambiental. La semilla la riegan a diario María Lavao y Soraya Pujol, socias y fundadoras de “un sueño” que será realidad con un vivero “de mujeres y con mujeres” concebido como “espacio seguro” para acompañar y “reponer”, por ejemplo, a víctimas de violencia de género.
“El primer vivero forestal del país gestionado por mujeres” brota de la ilusión y “las ganas de dos mujeres por aunar medio ambiente y personas”. Crecen “con calma”, dicen, porque solo la instalación requiere “unos 120.000 euros” sin contar el terreno. “Somos las dos, empezamos en agosto”, advierten. Pero en pocos meses la idea ya ha sido reconocida como proyecto ganador en la VIII edición de GIRA Mujeres, el programa de formación y emprendimiento impulsado por Coca-Cola en España, en la categoría ‘Quiero Emprender’.
“Estamos deseando estar con las manos metidas en la tierra”, reconocen. Y como la intención es “emprender en el rural”, han tocado la puerta de varios ayuntamientos de la sierra de Huelva –“todos eran alcaldes, no había ninguna mujer”, apuntan– y “la mayoría están súper interesados”. Los pueblos ven una oportunidad contra el problema de la despoblación. Mientras, ultiman una página para comercio electrónico (florestasur.es) que será “mucho más que una web donde se venden plantas” porque han tejido “una red enorme con viveros de todo el país” que les permite “ofrecer el mayor catálogo” de España “hasta que podamos producir las nuestras propias”.
Comunidad y resiliencia
“La resiliencia de las personas y el medio ambiente tiene que ir en sintonía”, arguyen. Por eso Floresta Sur es el deseo de crear una comunidad donde la naturaleza trepa enredada en los valores de la inclusión, la sostenibilidad, la cooperación y la educación. Un plan “necesario para los tiempos de emergencia y crisis ambiental y social que corren” porque, “más allá de que el tema se ha politizado, el cambio climático es una evidencia y situaciones como la de la DANA en Valencia, por desgracia, lo dejan muy claro”.
Para el desarrollo de su plan de negocio y cosechar clientes, funcionan “con el boca a boca” y con vistas a futuro. “El proyecto es sostenible porque hay necesidad”, aseguran. “La Unión Europea pretende plantar 3.000 millones de árboles de aquí a seis años… y Juanma Moreno ha prometido un millón y medio; ojalá”, apunta Lavao. “El vivero lo mantenemos como sueño”, enlaza Pujol, con las manos en cada fruto logrado: “Por ejemplo, el presupuesto de las semillas para poner en marcha el vivero era de 7.900 euros, pues ya tenemos 8.000 del premio”.
Y el sueño va tomando forma. “La parte del vivero, que es el proyecto en sí, el grande, esperamos que se produzca en un año cuando ya consigamos un canal de comercialización”, explica María Lavao. “Calculamos que un invernadero con una hectárea, que sería nuestro piloto, daría trabajo a entre 5 y 6 mujeres”, refiere Soraya Pujol. Ahí tendrán plantas autóctonas, semillas, árboles frutales, servicios de consultoría técnica, de cálculo y compensación de huella de carbono y proyectos de restauración ambiental.
“Pero el fin del vivero en sí es garantizar la independencia económica de las mujeres, que es el motivo que muchas veces no les permite salir de la situación de violencia, porque necesitan de esa economía para sobrevivir, y crear un entorno laboral conciliador, amistoso, protector que, por otro lado, permita reponerse”, cuentan. “El vivero sería un entorno de trabajo, de espacio seguro, donde se acompañaría a través de un programa de educación emocional para ir reponiendo poco a poco autoestima, autoconcepto, trauma…”, esbozan.
Para la “parte social que es la inserción de mujeres en situación de vulnerabilidad” buscan colaborar “con otra entidad que se haga cargo de la parte terapéutica, o sea crear una casa de acogida, y nosotras ofrecer el trabajo y el acompañamiento emocional”. “Somos una cooperativa de trabajo sin ánimo de lucro y los beneficios, cuando existan, uno de los principales focos de inversión será la investigación, tanto para la aclimatación de las plantas como la investigación social de desarrollar modelos de negocio con triple impacto: económico, social y ambiental”, define Pujol.
Semillas contra el patriarcado
“¿Cómo surge la idea? Te lo vamos a explicar de la forma más emocional”, avisa Soraya Pujol. “Somos amigas desde hace años, las dos nos encontramos insatisfechas en nuestros respectivos entornos laborales”, revelan. “El tema surge de haber trabajado y tener conflictos con compañeros en el espacio laboral y decir, bueno, queremos emprender desde un espacio seguro de mujeres y con mujeres”, resume María Lavao.
Floresta Sur nace de la experiencia propia. Como resistencia contra el patriarcado. Como si sacaran una semilla de la mala hierba y de ahí sembrasen plantas con mensaje. María Lavao es ingeniera forestal, especialista en botánica, y Soraya Pujol es educadora social especializada en educación emocional, con experiencia en proyectos de cooperación internacional.
La asociación como cooperativa “es para que todo sea transversal y no haya jerarquía y, sobre todo, para evitar ese techo de cristal de un hombre por encima”, manifiesta Lavao. “Aquí somos todas jefas”, incide. “La cooperativa somos todas”, reafirma, “no solo para que trabajen como empleadas sino para que el día de mañana puedan ser socias de la cooperativa y tener voz y voto en todas las decisiones”, continúa. “El tema es trabajar en alianza”, apuntan.
Pero no solo. “Decidimos crear una cooperativa de mujeres primero por nuestra situación personal, por salir de situaciones desagradables relacionadas con acoso en el entorno laboral, y después porque a nivel feminista reconocemos la necesidad de seguir trabajando para el cambio. Queda trabajo. Hay desigualdad, relaciones de poder, violencia contra la mujer… y queremos apostar por una empresa que tenga en cuenta esa transformación hacia una sociedad más justa”.
Hay formas de romper los techos de cristal. Y una es sembrando árboles. O plantas con mensaje. Así nace el proyecto Floresta Sur, una cooperativa sin ánimo de lucro que asume el doble reto de fomentar la inserción social y laboral de mujeres en situación de vulnerabilidad y, además, avivar la concienciación medioambiental. La semilla la riegan a diario María Lavao y Soraya Pujol, socias y fundadoras de “un sueño” que será realidad con un vivero “de mujeres y con mujeres” concebido como “espacio seguro” para acompañar y “reponer”, por ejemplo, a víctimas de violencia de género.
“El primer vivero forestal del país gestionado por mujeres” brota de la ilusión y “las ganas de dos mujeres por aunar medio ambiente y personas”. Crecen “con calma”, dicen, porque solo la instalación requiere “unos 120.000 euros” sin contar el terreno. “Somos las dos, empezamos en agosto”, advierten. Pero en pocos meses la idea ya ha sido reconocida como proyecto ganador en la VIII edición de GIRA Mujeres, el programa de formación y emprendimiento impulsado por Coca-Cola en España, en la categoría ‘Quiero Emprender’.