El problema del “reto demográfico” en España es un fenómeno bastante complejo que sólo se ha comenzado a abordar como “problema transversal” por las administraciones muy recientemente. Más del 85 por ciento del territorio se está despoblando, Y ello, a pesar de que la población supera los 46 millones de habitantes mientras que en el año 1950, cuando era solamente de 26 millones, los pueblos estaban llenos.
La apuesta política por políticas realistas no sólo debería ser un discurso de buenas intenciones. Y por multitud de razones, gobiernos de diferente signo político deberían establecer como prioridad evitar el fenómeno de la 'España vaciada'.
Empecemos por el Gobierno de España. En enero de 2017, se creó el Comisionado del Gobierno frente al Reto Demográfico para desarrollar una estrategia global frente a los desafíos demográficos. Después, en el mes de abril acordó constituir un Comité de Trabajo para la Estrategia nacional frente al reto demográfico, cuya encomienda era la de concretar y dilucidar las potenciales medidas susceptibles de ser incorporadas. Ya en marzo de 2016, se habían aprobado unas directrices generales esbozando una estrategia con la implicación de todos los departamentos ministeriales; directrices que se trasladaron a las comunidades autónomas.
¿Qué se está haciendo en España?
Aprovechando el auge del teletrabajo y las nuevas tecnologías, uno de los frutos de esta estrategia frente al reto demográfico es la última modificación del Estatuto del Trabajador autónomo. Pretende atraerlos o fijarlos en territorios en peligro de despoblación por la vía de una nueva “fiscalidad”, En esta línea, los nuevos trabajadores autónomos verán ampliada la “tarifa plana” que pagan a la Seguridad Social de 12 a 24 meses en aquellos municipios de menos de 5.000 habitantes. Eso sí, siempre que mantengan el “alta” como trabajadores autónomos durante los dos años siguientes y permanezcan empadronados en dichos municipios durante los cuatro años siguientes a dicha “alta”.
Si la anterior medida reduce la carga fiscal o de impuestos, hay otra medida que busca incentivar el consumo. Así, a través del plan Moves III (año 2021) o programa de Incentivos a la Movilidad Eficiente y Sostenible, el Consejo de Ministros ha aprobado el mes de abril de 2021 la siguiente medida: “Las ayudas para la adquisición de nuevos vehículos se reforzarán con un 10% adicional de descuento para autónomos (taxis y VTC), en municipios de menos de 5.000 habitantes y para personas con movilidad reducida.
Al respecto de ambas medidas hay que señalar que son precisamente estos municipios pequeños (por debajo de los 55.000 habitantes), los que engrosan la mayor parte del territorio de la 'España vaciada'.
¿Y en Andalucía?
A nivel regional, la Junta de Andalucía, por su parte, inició- en el mes de julio del 2019- el diseño de la Estrategia frente al desafío demográfico en Andalucía, que tiene como premisa la necesaria colaboración y coordinación entre las diferentes administraciones públicas existentes. En relación con dicha estrategia, está preparando una nueva Ley autonómica de fiscalidad que incorpora las políticas de reto demográfico. En concreto en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) se prevé mejorar la actual deducción por nacimiento y adopción de hijos, ampliándola a determinados municipios con problemas de despoblación a 400 euros (en vez de 200) por cada hijo nacido, adoptado o por cada menor en régimen de acogimiento familiar simple, permanente o pre-adoptivo. Ya se aplica en Asturias, Galicia, Aragón y Castilla y León.
Fijar la población en el territorio aparece también (año 2018) como un “contenido transversal” en la acción de las diputaciones y ayuntamientos afectados, que han creado una Mesa de Trabajo frente a reto demográfico dentro de la Federación Andaluza de Municipios y Provincias (FAMP).
Mejores prácticas
La Diputación de Málaga está desarrollando el proyecto pionero VÍA BLE 2020-2030, para luchar contra la despoblación de los pueblos de interior de su provincia. Su objetivo es mejorar las comunicaciones en cada comarca, las conexiones con los polos de actividad económica y los equipamientos públicos sanitarios y educativos de cada zona, y también las conexiones entre los pueblos, creando nuevas redes apoyadas en caminos rurales.
Se trata de un plan que permitirá una mayor movilidad entre un total de 40 localidades, con un desembolso de la institución provincial de 50 millones de euros para los próximos diez años.
Conclusiones
En Andalucía, el Plan de Ordenación del Territorio (Decreto 129/2006, de 27 de junio del año 1996, vigente y necesitado de actualización) ya alertó de este modelo de desarrollo desigual de sus diferentes pueblos y comarcas, pero sus directrices han ido cayendo en el olvido. Ha sido el Gobierno de España el que ha resucitado esta cuestión entre los años 2013 y 2017. Aún ha pasado poco tiempo pero ya se han ido adoptando las primeras medidas para una mayor igualdad y cohesión entre los territorios de la 'España vaciada' y el resto del país. Es más, resulta esperanzador para Andalucía que el “reto demográfico” haya entrado en la agenda del Gobierno autonómico (Junta de Andalucía) y de algunas diputaciones provinciales. Pero las medidas aún son poco numerosas y deben surgir bastantes más para que se vayan corrigiendo los fuertes desequilibrios demográficos actuales.
Entre las comarcas andaluzas más afectadas por la despoblación y el envejecimiento de la población, como ya diagnostica el Plan de Ordenación del Territorio, siguen figurando las “áreas rurales de montaña” y, en menor medida, “las campiñas interiores” como la sevillana; mientras que la franja litoral y las áreas urbanas (entorno de grandes ciudades) crecen de manera continua en el último medio siglo.
Y si nos referimos a agrosistemas específicos del medio rural de Andalucía, -según los principales usos y aprovechamientos del suelo-, aparecen como áreas-problema de la Andalucía “vaciada”: las dehesas, la Andalucía olivarera y las zonas áridas y semiáaridas o zonas esteparias del sureste. Un problema de desequilibrios territoriales, que unidos a otras problemáticas como el acceso a la vivienda en las grandes ciudades, la sobredependencia del turismo o las diferencias norte-sur ahondan en la España de las desigualdades y que hacen de este país algo insostenible a día de hoy.
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