A unos días del Brexit, el pasado martes 28 de enero, volvieron las colas a la zona fronteriza entre Gibraltar y La Línea de la Concepción. Ocurre de vez en cuando y hubo tiempos en que fueron constantes las largas hileras de vehículos en torno a la Verja, con demoras de hasta tres horas de duración a veces. Una restricción molesta que encrespa los ánimos pero que los campogibraltareños acostumbran a achacar a cualquier suerte de tensión diplomática entre Londres y Madrid, a cuenta de la controvertida colonia británica al sur de la Península. Ahora, sin embargo, la gente se tienta la ropa y piensa: “¿Será esto lo que nos espera a partir del sábado?”.
La desconexión del Reino Unido respecto a la Unión Europea comenzará a las cero horas del 1 de febrero. Al igual que ocurriera con el temido y frustrado efecto 2000, nadie tiene demasiado claro qué ocurrirá a partir de ese día, si se cumplirán los memorandos suscritos entre las partes o todo estará sometido a la improvisación más absoluta. El Brexit se convierte, al menos en torno a Gibraltar, en el fantasma de un efecto 2020 de impredecibles consecuencias.
Los más optimistas entienden que la inminente entrada en vigor del Brexit no provocará en Gibraltar cambios sustanciales durante el periodo de transición que, en principio abarcará todo este año pero que podría ampliarse a otros dos más (aunque no parece que sea esa la intención del Gobierno de Boris Johnson). Sobre el calendario previsto, el Acuerdo de Retirada incluye ese primer periodo que estaría vigente hasta el 31 de diciembre y en el transcurso del cual la legislación europea continuará aplicándose a Gibraltar de la misma manera que se ha aplicado hasta ahora, incluyendo en relación con los regímenes europeos de libre circulación y fluidez fronteriza. ¿Y si no fuera así? ¿Y si cualquier capricho político estropea los planes? Por ahora, la cautela es de tal calibre que algún pequeño incidente de los últimos días en el espacio aéreo que rodea al Peñón no ha sido siquiera publicitado, cuando en otro momento habría arrastrado ríos de propaganda.
Imposible Schengen
A los gibraltareños no les gusta el Brexit. Votaron masivamente en contra del mismo y hasta el último momento, su ministro principal Fabian Picardo ha intentado lo imposible, planteando incluso que Gibraltar pudiera quedarse bajo el paraguas de Schengen: “¿Tiene sentido para la Unión Europea que 2,5 millas cuadradas en la parte más al sur de la Península Ibérica no sean accesible para los ciudadanos europeos?”, se preguntó Picardo ante las cámaras de Euronews.
“Una vez que abandonemos la UE, el Reino Unido negociará su futura relación en nombre de toda la familia que lo compone, y eso incluye Gibraltar. A través de una estrecha colaboración, los gobiernos del Reino Unido y de Gibraltar han respaldado siempre aquellos acuerdos fronterizos con España que faciliten la fluidez y la prosperidad compartida en la región”. Y sentenció: “El Reino Unido, incluido Gibraltar, no forma parte de la zona Schengen”.
Al menos, las autoridades gibraltareñas confían en que la normalidad sea la tónica dominante a corto plazo. Hasta la capital del Reino Unido, Fabian Picardo, se desplazó junto a su viceministro, Joseph García, el Fiscal General Michael Llamas o el Secretario de Finanzas, Albert Mena. Se trataba de la undécima reunión del Consejo Ministerial Conjunto (Joint Ministerial Council) del Reino Unido y Gibraltar, que se celebraba, según una nota oficial, con la plena conciencia de que “esta será la última reunión del Consejo antes de que abandonemos la Unión Europea el próximo viernes a medianoche”. Lo cierto es que se vieron con el Ministro británico para Europa, Chris Pincher, el Ministro británico del Departamento de Comercio Internacional, Connor Burns, y otros representantes gubernamentales. En el ojo del huracán, los planes de contingencia de cara al Brexit.
Ese fue el mismo propósito que condujo la celebración de una reunión en Madrid entre los Gobiernos de Gibraltar, el Reino Unido y España, de carácter mucho más técnico, con el fiscal Llamas a la cabeza de la delegación del Peñón, junto con representantes de la embajada británica en Madrid, del Foreign and Commonwealth Office. En primer plano, se trataba de analizar la implementación de los Memorándums de Entendimiento acordados en virtud del Acuerdo de Retirada y, en segundo lugar, se trataba de poner en pie las primeras e inminentes reuniones de los distintos comités. Estos cuatro memorandos firmados por España y el Reino Unido a 29 de noviembre de 2018 detallan cómo será el proceso de relación tras el “brexit” entre España y Gibraltar y, de manera específica, intentará defender los derechos de los trabajadores transfronterizos.
En la reunión, por la parte española, también asistieron representantes de la Junta de Andalucía –cuando se estima en 1,2 millones de euros el impacto negativo del Brexit sobre la comunidad—y la Mancomunidad de Municipios del Campo de Gibraltar.
El memorándum de los trabajadores
Estos memorandos, al menos sobre el papel, cubren los Derechos de los Ciudadanos, la Cooperación Policial y Aduanera y el Medio Ambiente. En principio y al final, hay consenso entre las tres partes para cumplir los compromisos adquiridos. También allí, se acordó que la primera ronda de reuniones de los Comités tenga lugar en Algeciras a finales de febrero. El alcalde de esta ciudad, José Ignacio Landaluce, del Partido Popular, se muestra satisfecho con la pronta respuesta de la nueva ministra española de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, a la hora de contestar a una carta suya en la que solicitaba que se reuniera con todos los alcaldes de la comarca para celebrar una reunión en torno al Brexit.
El encuentro entre la ministra y los alcaldes tendrá lugar próximamente en Madrid: “Agradezco la sensibilidad que ha mostrado la ministra para conocer de primera mano la realidad de esta comarca, y hacerlo a través de las voces de los representantes de sus casi 350.000 habitantes”. Quizá en esa buena onda que parece existir entre ambos, influya su mutua buena relación con José Manuel García-Margallo, que fuera ministro de Asuntos Exteriores con Mariano Rajoy y firme valedor de la política de hostigamiento contra Gibraltar que enunciase cincuenta años atrás el canciller Fernando María de Castiella, también llamado “el ministro del asunto exterior”, dado su interés mayúsculo pero fallido de recobrar la soberanía española sobre el Peñón.
¿Qué ocurrirá dentro de un año?
Nadie tiene una respuesta indudable a la pregunta real de qué va a ocurrir la próxima semana en las relaciones con Gibraltar. Les preocupa a los trabajadores españoles en la Roca –9.726 según las cifras oficiales, pero muchos más, en torno a 15.000 según la economía sumergida, aunque no falta quien hable de 25.000--. Su impacto sobre la comarca se sitúa, según estimaciones transversales, en torno al 25 por ciento del PIB de la comarca. ¿Necesitarán pasaporte para cruzar? En principio, no: durante el periodo transitorio, todo seguiría igual, los ciudadanos del Área Económica Europea (Países de la Unión Europea, Mónaco, Andorra, Suiza y Liechtenstein) sólo necesitan tener su DNI en regla, no caducado, aunque si el viajero es menor de edad y no tiene pasaporte, requerirá una autorización paterna junto al DNI. Seguirán sin admitirse las tarjetas de residencia, algo que ya venía ocurriendo habitualmente.
Se precise o no precise pasaporte, los sindicatos han recomendado a los trabajadores de un lado y otro de la frontera, que consigan dicho documento, por si las cosas vienen mal dadas.
¿Qué ocurrirá dentro de un año? Pues habrá que ver si Boris Johnson confirma entonces sus pretensiones: el Gobierno británico ha amagado con que, a partir del 31 de diciembre de 2020, podría limitarse el libre acceso de comunitarios a la isla, y someterlo al mismo criterio de cuotas y méritos que el resto de inmigrantes de otras zonas del mundo.
Documentos en vigor
También a partir de entonces tendrá que establecerse un Punto de Inspección Fiscal en la Verja, al tiempo que se multiplicarán las inspecciones a los productos alimenticios provocando presumiblemente retenciones en el transporte de mercancías que atraviesen dicho filtro. En las últimas horas, no han faltado rumores, desde que la DGT no iba a aceptar los carnets de conducir británicos a que habría problemas con las tarjetas sanitarias. Ambos extremos, a primera vista, vulnerarían los memorandos que preceden al acuerdo de salida. A todos los efectos, tales documentos, así como los que se refieren a las mascotas y los carnets de conducir emitidos por Gibraltar, seguirán utilizándose como hasta ahora.
Los únicos cambios sustanciales que se vaticinan a lo largo de este primer año se refieren a la presencia institucional del Reino Unido en las instituciones europeas. La despedida de los europarlamentarios británicos incluye también a los seis representantes del suroeste de Inglaterra y Gibraltar, el distrito electoral del Reino Unido al que está adscrito el Peñón.
En las últimas semanas, Gibraltar ha aplicado una medida aparentemente encaminada a combatir el contrabando de tabaco: se han incrementado en 50 peniques los derechos de importación que se aplican a cada cartón de 200 cigarrillos. Según portavoces del ejecutivo gibraltareño, en un curioso circunloquio, esta medida forma parte de “la iniciativa en curso del Gobierno para atajar el impacto perjudicial del hábito de fumar sobre la salud y la actividad ilícita relacionada con el tabaco en la zona circundante a Gibraltar”. Las matuteras y matuteros que menudean a diario en la frontera también se preguntan qué ocurrirá con su trasiego cuando ocurra el Brexit. En cualquier caso, en sus adentros, esperarán a que el apocalipsis del Brexit quede tan reducido a la nada como el efecto 2000. Pero no parece probable que la historia se repita.