Los trabajadores del metal de Cádiz salieron airosos de la huelga de 2021, pero el sector sigue tocado y con una fractura interna que ha vuelto a salir a relucir. Por un lado, parecen alinearse Navantia, la patronal del sector y sindicatos mayoritarios como CCOO y UGT. Enfrente, la Coordinadora de Trabajadores del Metal (CTM) y la CGT. Versiones contrapuestas de una misma situación y la sensación de que subyace un conflicto laboral con el que nadie sale ganando.
El despido de cuatro trabajadores de la empresa auxiliar Mecamansol provocó la convocatoria de una huelga por parte de la CTM, considerados “radicales” por CCOO y UGT. Las protestas en los astilleros tuvieron unas consecuencias muy duras para la economía gaditana: la Federación de Empresas del Metal de Cádiz (FEMCA) y la Asociación de la Industria Auxiliar Naval explicaron que la convocatoria de la huelga se había traducido en la cancelación de “al menos tres barcos civiles” que estaban programados para reparaciones.
Los armadores de cruceros filtraban a los medios de comunicación que este ambiente beligerante y la actitud de los miembros del sindicato convocante ponían en peligro la reputación del sector y el empleo en la Bahía de Cádiz. De fondo, la convocatoria de una huelga indefinida que, según el Comité de Empresa de Navantia, no contaba con el respaldo de ningún sindicato mayoritario ni de ninguna asamblea de trabajadores.
“Si tiene algún litigio con Navantia, que lo lleve a los juzgados, a la mesa de negociación, a los foros que corresponda, pero que no use a los trabajadores como arma arrojadiza”, le reprochaba el presidente del comité de Navantia en Cádiz, José Antonio Bolaños, a la CTM.
La presión fue a más con el paso de los días porque se anunciaron más despidos de trabajadores por esta paralización de la actividad y, finalmente, la Coordinadora de Trabajadores del Metal y CGT optaron por desconvocar la huelga indefinida, ya que “el núcleo principal de los trabajadores ante los que se acometen los incumplimientos denunciados han sido despedidos y no pueden secundarla si están en el paro”.
“Continuos y descarados incumplimientos”
A pesar de la desconvocatoria del parón, la CTM ha dicho que, junto a la CGT, van a reforzar la “campaña de denuncias” de manera exponencial y estudiarán a través de sus gabinetes jurídicos la manera de denunciar “pública y judicialmente”, tanto a las empresas como a los comités “que miran para otro” lado ante los “continuos y descarados incumplimientos”. Lo que para la CTM son incumplimientos, para la patronal es “una relación de generalidades e indefiniciones incomprensibles”.
La Coordinadora de Trabajadores del Metal está recibiendo todo tipo de críticas por su actuación en el conflicto. Ellos se mantienen firmes en que solo se encargan de asesorar a los trabajadores y en reclamar que se cumpla lo pactado en el convenio del metal. “Están pagando a nueve euros la hora ordinaria del trabajador y por convenio debería estar en 15 ó 16”. Además, denuncian que las vacaciones no son voluntarias, sino que se toman a conveniencia de la empresa y que no se respetan los descansos entre turnos. “Hay trabajadores que terminan el año con más de 830 horas extras, que se pagan muy por debajo de lo que marca el convenio y no se paga el plus de turnicidad”.
Les da igual que se les acuse de radicales porque se centran en que los trabajadores “no se encuentren abandonados en manos de una patronal que tiene a su total servicio a los comités de (la) empresa”. Han sido acusados de boicotear un mitin de Yolanda Díaz en Cádiz y algunos se preguntan por qué no han hecho lo propio en mítines del PSOE y del PP en plena campaña electoral y contando con el apoyo de Adelante Andalucía.
Sin embargo, ni CTM ni CGT llegan al 5% de representatividad cada uno de ellos, por lo que ninguno de los dos se puede sentar en la mesa de negociación del convenio del metal, algo que solo pueden hacer UGT y CCOO.
“A ver si volvemos a Astilleros, hay una mafia descomunal”
El artículo 54 del convenio colectivo intercentros de Navantia señala que “las empresas subcontratistas que vayan a realizar su actividad dentro del recinto de cualquiera de los centros de trabajo de la Empresa, deberán cumplir con los convenios colectivos que les sean de aplicación, de conformidad con la Ley de Contratación de Sector Público. Para ello, la Empresa facilitará al Comité la documentación necesaria y se establecerán los controles oportunos”.
Y es eso, precisamente, lo que reclaman los trabajadores de las auxiliares. “Nos han tirado un bombardeo de amenazas y a ver si tenemos la suerte de volver a entrar en Astilleros porque hay una mafia descomunal. El convenio no lo cumplen el 90% de las empresas auxiliares. Nos despidieron y nos pusimos en la puerta de Astilleros en plan pacífico denunciando nuestra situación”, relata un trabajador despedido.
“La cosa fue a más y las protestas no eran solo por nosotros cuatro, sino por la precariedad que hay en los Astilleros de la Bahía. Hace un par de años se mató un hombre en la canastilla de una grúa y no hubo quien dijera que ese hombre no debió subirse ahí en esa noche de lluvia. Navantia saca un trabajo y contrata a la empresa que le cobre menos. De cómo esa empresa le paga a sus trabajadores a Navantia le da igual”, lamenta.
“El convenio se cumple en el 95% de los casos, tirando por bajo”
La Federación de Empresas del Metal de Cádiz (FEMCA) y la Asociación de la Industria Auxiliar Naval (IAN) han anunciado que demandarán a CGT y CTM por haber incumplido la normativa en sus convocatorias de huelga. La FEMCA se muestra “satisfecha de la unión demostrada por el empresariado en estos dos episodios recientes y espera que se pueda recuperar la carga de trabajo que se ha perdido por estos dos amagos de conflicto”, según dice en un comunicado.
Para José Antonio Bolaños, presidente del comité de empresa, todo lo sucedido en las tres últimas semanas le deja “sensaciones agridulces porque hemos perdido carga de trabajo. Eso ha ocasionado despidos que técnicamente son compañeros que están prácticamente todos fijos discontinuos, pero han pasado a situación de suspensión de contrato. Y afecta a sobre un centenar de personas. Navantia ha perdido un cliente, que era la primera vez que venía y se ha ido bastante descontento a Gibraltar, que es nuestra competencia directa”.
Sindicatos que “no tienen representación en Astilleros ni centros de Navantia”
En opinión del sindicalista, se trata del fondo y de las formas: “Las quejas en cierta parte pueden estar justificadas, pero no como para llegar a una huelga indefinida. La convocaron los compañeros de un sindicato que no tiene representación en el Astillero de Cádiz ni en ninguno de los centros de Navantia. Tuvimos una reunión con todos los delegados sindicales de todas las empresas auxiliares, comprobamos nóminas y solo vimos que no se habían abonado los atrasos del año del IPC de una de las empresas. El convenio se cumple en el 95% de los casos, tirando por lo bajo”.
“Se hizo una votación secreta para que no hubiera coacción y hubo mayoría aplastante del no a la huelga. Ese incumplimiento generalizado que ellos denuncian no se corresponde con los hechos. La primera medida para arreglar un problema no puede ser una huelga indefinida, eso en el manual del sindicalista es de las últimas cosas que se proponen”, señala convencido.
Tras la huelga vuelve el trabajo
Los astilleros de Cádiz han recibido a finales de julio el segundo de los gaseros contratados por Navantia después de que las negociaciones de la empresa lograran frenar la cancelación inicial tras las protestas de la industria auxiliar. Se trata del Seapeak Catalunya que, después de varios días, ya está fondeado a unas 15 millas del puerto gaditano.
El comité de empresa se muestra optimista por esta carga de trabajo que podrá aumentar las contrataciones, ya que está previsto que llegue pronto el tercer gasero, el Wildpride, que estará en agosto. Además, Navantia Cádiz afrontará las reparaciones de las fragatas de la armada española Santa María, en agosto, y la Reina Sofía durante el mes de septiembre. Culminados estos trabajos, los astilleros gaditanos recibirán al Carnival Freedom, el primero de los cruceros de la temporada de invierno.
La cifra de trabajadores en plantilla de Astilleros y en la industria auxiliar es variable. En el Astillero de Cádiz, el número de trabajadores oscila entre 200 y 1.400, dependiendo de la carga de trabajo- De media, durante el año, hay unos 1.000 trabajadores. En el momento de la huelga había unos 400 en la empresa auxiliar.