Dicen en Ciudadanos que ellos ya han ganado el domingo, porque las peores previsiones les sitúan casi doblando escaños, de nueve a 18, mientras el bipartidismo cae. La paradoja es que, con ese crecimiento, la influencia de Ciudadanos en “mejorar la vida de la gente”, eso de lo que vienen haciendo bandera, será menor. En ese escenario Ciudadanos se convertiría en oposición porque Juan Marín mantiene, con el apoyo de la dirección nacional, que sus escaños no servirán para investir a Susana Díaz.
En Ciudadanos creen que han pasado de etapa. “Ya no estamos para condicionar a un gobierno, sino en presentarnos como alternativa”, dicen fuentes de la dirección nacional. Por eso, asumen que si no suman lo suficiente con el PP (y quizá Vox) para lo que llaman “el cambio”, serán “oposición pura y dura”. Para justificar esta postura, explican que no es lo mismo tener nueve escaños que tener 20. “Con 20 hacemos más en la oposición”.
“Si algo hemos demostrado es nuestra capacidad de acuerdo, de consenso en lo que importa. Escuchar y servir. A eso hemos venido. Hemos hecho política útil”, dijo este jueves Albert Rivera en Granada. Ese discurso, sin embargo, contrasta con la firme decisión de no repetir el papel de “oposición útil”, que consigue la bonificación del Impuesto de Sucesiones o que Chaves y Griñán se sienten en el banquillo, como repite Albert Rivera. Y quiebra cuando se le pone frente al espejo del otro eje argumental de Ciudadanos, que asegura que lo peor que le puede ocurrir a Andalucía es un gobierno de Susana Díaz con el apoyo de Teresa Rodríguez. Ciudadanos tendría en su mano evitarlo abriéndose al acuerdo con el PSOE, pero Marín repite por activa y por pasiva que eso no ocurrirá. Así lo confirman fuentes de la dirección nacional.
Tan sólo hay un matiz. Acuerdos puntuales, sí, porque leyes concretas se pueden negociar hasta con Podemos, según aclaran. Pero nunca llegarían a apoyar unos Presupuestos con Susana Díaz. “Que los negocie con Podemos”, dicen.
La razón de este viraje es estratégica. Ciudadanos quiere vender una nueva imagen de alternativa de gobierno. A esto se añade un cálculo: si los resultados son como la mayoría de las encuestas predicen, el futuro de Juanma Moreno puede estar en el aire. Y con un PP andaluz en recomposición y el PSOE vinculado a Adelante Andalucía, a Ciudadanos se le abriría un amplio espacio como líder de la oposición. “Los que se la juegan son Moreno, Casado y el PP”.
Juan Marín, candidato aun sin sorpasso
sorpassoEse es el escenario probable, a tenor de las encuestas. El otro escenario, menos probable, pasa por que Ciudadanos y PP (y quizá Vox) sumen para desbancar a Susana Díaz. En ese supuesto, Juan Marín sigue en su posición de partida: independientemente de que haya sorpasso al PP o no, él se postulará como candidato a la presidencia aunque sume menos escaños y votos, e incluso siendo tercera o cuarta fuerza.
El argumento de Marín es que Ciudadanos será un partido al alza y el PP un partido en descomposición. “Y que explique el PP a sus votantes por qué no nos apoya y bloquea, cuando podemos sacar a Susana Díaz”, deslizan desde la cúpula.
El problema aquí es que ese argumento también podrá usarlo el PP postulando a Juanma Moreno como presidente, y Ciudadanos tendría que explicar a sus votantes por qué pudiendo optar por “el cambio”, aunque sea Moreno, prefiere el bloqueo. Por eso, todo dependerá de la negociación y de quien “aguanta más en la carretera” antes de la colisión, que sería la repetición electoral.
La irrupción de Vox
En la partida está ya Vox. En Ciudadanos insisten en que su irrupción no cambia el discurso, pero ya se admite que podría restarles escaños, aunque sólo sea porque los mismos escaños se repartirán entre cinco partidos. Sin embargo, el crecimiento de Vox lo imputan sólo a la cuenta del Partido Popular. Por eso, Juan Marín insiste estos días que no va a entrar en el juego del partido de ultraderecha. “Estamos en terrenos distintos”, insiste cuando se le pregunta.
En la dirección nacional insisten: no van a hablar públicamente de Vox porque no tienen representación, y cuando la tengan, habrá que constatar cuál es su peso real para definir la relación con ellos. “No es lo mismo que estén con uno o dos escaños en el Grupo Mixto, que den el pelotazo y saquen 15 escaños”. En esto será determinante la participación. Una baja participación beneficia a Vox porque su votante ya está movilizado y aumentaría su peso relativo, sostienen en Ciudadanos.
¿Qué pasaría si los hipotéticos escaños de Vox fuesen necesarios para “el cambio”? Juan Marín ya ha declarado que no rechazará su apoyo, aunque en Ciudadanos advierten que, más que por el cambio, Vox está por el derribo. La cuestión es: ¿si los escaños de Vox fueran necesarios (por activa o por pasiva –abstención-), qué pediría Vox y qué asumirían Ciudadanos y PP?
Andaluzas con las generales en el horizonte
Ciudadanos ha articulado una campaña con un fuerte componente nacional. Ha sido constante la presencia de Rivera (menor a lo planeado, por su lesión) y de Inés Arrimadas, y el eje territorial ha consumido el grueso de sus mítines. Este jueves, en Granada, Rivera volvió a acusar a Pedro Sánchez de “ponerse a los pies de quienes quieren liquidar España”. “Para que estos no manden, para que no gobiernen, id a votar el 2 de diciembre”, añadió luego.
La tesis es que en Andalucía también se quiere oír hablar de los problemas nacionales, y que si Susana Díaz se envuelve en la bandera andaluza es porque cree que tirar de Pedro Sánchez le resta votos. En Ciudadanos se admite que la moción de Sánchez les ha abierto la posibilidad de colocar una cuña, y la han aprovechado. La cuestión es si el discurso nacional puede comerse al autonómico y llegar a molestar al votante andaluz.
El otro argumento que se desliza desde el partido naranja es la relevancia de Andalucía como termómetro electoral. Por eso, el partido está insistiendo en las últimas jornadas en identificar a Susana Díaz con Pedro Sánchez. “El domingo, id a decirle al señor Sánchez: ”Ya basta“”, ha pedido Rivera en el mitin de Granada, que ha cerrado como si fuera un anticipo de las generales: “Si cambiamos aquí podemos cambiar el gobierno de España”.