¿Se puede hacer un ciclo de cine mundo en pleno siglo XXI, y que tenga éxito? Se puede. “Hay que estar un poco loco, pero sí”. Quien lo afirma es Juan José Santana (Ayamonte, 1974), un hombre que parece empeñado en que sus vecinos tengan actividades culturales como complemento a los cauces oficiales, y que este año ha vuelto a ponerse al frente de un ciclo de cine mudo que el año pasado afrontó como algo experimental. Y triunfó.
El epicentro de la idea es el pub 'Alcaravan' de la localidad onubense, regentado por Maribel Santana, la hermana del ideólogo de la historia. El establecimiento se encuentra en la calle José Pérez Barroso del municipio, a escasos metros del río Guadiana, una calle que se corta al tráfico en horas de afluencia nocturna, lo que facilita la presencia de público, ya sea en esta actividad o en la proyección en pantallas gigantes de partidos de fútbol, como ha pasado con los ecos del Mundial de Brasil hasta hace dos semanas.
Arte que no molesta
Los autores de esta idea se encontraron un problema que tiene cierta lógica. El pub se encuentra en una zona de edificios, y poner cine en la calle, por muy verano que sea, podría tener consecuencias negativas en forma de quejas de los vecinos. “La idea del cine mudo nació para no molestar a los vecinos, ya que como no tenían diálogos pues nadie se podía quejar, y así poníamos una actividad original a disposición de los vecinos del pueblo y de los turistas que nos visitan estos días”.
Y es que Juan José Santana defiende que el cine tiene multitud de matices para analizar en más de cien años de películas, “y hay miles de obras mudas que son obras maestras del cine, lo que intentamos demostrar con esta actividad, con la que simplemente hacemos ver a la gente que el no ha evolucionado más que a niveles de ordenador, pero nunca a niveles narrativos”.
La idea se ha consolidado este año tras llevar a cabo el verano pasado “una toma de contacto que funciono relativamente bien y este año hemos querido abarcar más géneros como el realismo social ruso, la intriga, el cine de comedia o el expresionismo alemán.
Para ello, se ha diseñado un programa que comenzó el pasado 16 de julio con “El Moderno Sherlock Holmes”, de Baster Keaton, y que sigue este miércoles 23 de julio con “El gabinete del doctor Caligari”, de Robert Wiene; el 30 de julio con “La madre”, de Vsevolod Pudowin; el 6 de agosto “Luces de la ciudad”, de Charles Chaplin; el 13 de agosto “Nosferatu”, de F.W. Murnau; el 20 de agosto “The Lodger”, de Alfred Hitchcok y el 27 de agosto será la clausura de la edición de este año con “El Mundo Perdido”, de Harry O. Hoyt.
Un programa completo y que abarca prácticamente todos los géneros del séptimo arte, que su organizador asegura que ha conseguido “una variedad que nos parece muy apetecible, y con el que queremos demostrar que lo antiguo solo es eso clásico y que no ha pasado de moda”.
Cineclub cada jueves
Si poner en marcha un ciclo de cine mudo tiene su punto, esta es solo una “locura de verano”, ya que durante el año se prolonga cada jueves. Santana y algunos amigos abren cada jueves el auditorio de la Casa Grande de Ayamonte para ofrecer la posibilidad de ver clásicos del cine más o menos recientes que, en muchas ocasiones, nunca han sido vistos en pantalla grande, teniendo en cuenta la edad del público que acude.
“Se trata de ofrecer cultura, simplemente, de dar la oportunidad a la gente que ver películas como clásicos de Woody Allen o Bogart en pantalla grande con la tecnología de la que disponemos en la actualidad”, explica. Lo hace en connivencia con el Ayuntamiento, que les dota sin coste de la sala donde se realizan las proyecciones.
No es que la respuesta sea masiva, pero eso no parece preocupar a este grupo de culturetas del cine, que para apaciguar el calor del verano han decidido darle vida a clásicos del cine mudo. Eso, y las ganas que le ponen ya es garantía de éxito. Y encima, la gente responde.