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OPINIÓN | 'Este año tampoco', por Antón Losada

Consumo responsable de alimentos: salud, medio ambiente y desarrollo social

Cuando se habla de alimentación responsable hay que referirse a una alimentación sana, es decir, la idónea para la prevención de enfermedades y respetuosa con el medio ambiente. Una mala nutrición puede reducir la inmunidad, aumentar la vulnerabilidad a las enfermedades, alterar el desarrollo físico y mental y reducir la productividad.

La elección de los alimentos es muy importante para gozar de buena salud. Es por ello fundamental una alimentación equilibrada para gozar de una vida más saludable, teniendo en cuenta que precisamos de una alimentación lo suficientemente variada que garantice aporte nutritivo, adaptándola a características de edad, sexo, ejercicio físico que realicemos, posibles enfermedades, etc. Para ello, es de vital importancia:

  • Consumir alimentos ricos en los diferentes nutrientes, limitando la ingesta de grasas saturadas, colesterol, azúcar, sal y alcohol.
  • Mantener un peso adecuado, disminuyendo la ingesta de calorías y aumentando el ejercicio físico frecuente, limitando el consumo de bebidas dulces, alcohólicas, alimentos dulces y ricos en grasas saturadas y promoviendo el consumo de alimentos ricos en fibra.
  • Tomar suficientes cantidades de pescado, consumiendo pescado azul con cierta frecuencia.
  • Consumir suficientes cantidades de frutas y verduras, eligiéndolas de manera que sean variadas y acordes con la temporada.
  • Ingerir platos elaborados con legumbres, al menos una vez por semana.
  • Tener especial cuidado con la ingesta de grasas saturadas, colesterol y los denominados ácidos grasos trans, siendo importantes las fuentes de los denominados ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados como el pescado, los frutos secos, el aceite de oliva,…
  • Preparar los alimentos con poca sal, limitando el sodio y promoviendo el potasio en su dieta (frutas y verduras).
  • Si consume alcohol, hacerlo de manera moderada, aunque ha de decirse que la ingesta de alcohol no es recomendable, sobre todo en personas menores de edad, y en personas que desempeñen actividades de riesgo o que impliquen atención o coordinación.
  • En materia de higiene alimentaria, lavar las superficies que van a entrar en contacto con los alimentos y sus manos antes de la manipulación de los mismos, cocinando los alimentos a las temperaturas adecuadas, refrigerando los alimentos perecederos y evitando el consumo de productos crudos o escasamente cocinados como lácteos (y sus derivados), huevos y carnes.

Asimismo, hay que tener en cuenta lo siguiente:

1) Según la OMS, buena parte de las enfermedades se deben a causas ambientales entre las que se pueden encontrar los hábitos alimentarios. Entre estos hábitos hay que poner especial hincapié en higienizar bien los alimentos, cocinarlos bien, consumir rápidamente los alimentos cocinados y almacenarlos cuidadosamente. Se debe evitar, asimismo el contacto entre alimentos crudos y cocinados. Al manipular alimentos hay que lavarse las manos frecuentemente y mantener todas las superficies de contacto limpias.

2) Al acortar la distancia entre el lugar de producción de un producto hasta el lugar de consumo, se está aportando una serie de beneficios hacia el medio ambiente (menor embalaje, menor costo ambiental de transporte, menor contaminación,…) y hacia la sociedad (impulso de la economía local, fomento laboral a escala regional, inversión en infraestructuras locales y conservación de la cultura y las costumbres del entorno).

3) Con respecto a los establecimientos donde se pongan en venta los productos:

  • Evite los que no cumplan con lo establecido en la normativa sanitaria.
  • Los productos deben estar conservados en perfectas condiciones (deseche: productos lácteos y pescados expuestos a alta temperatura, huevos con la cáscara rota, etc.).
  • Acuda al comercio local, como plazas o mercados de abasto, y lea detenidamente el etiquetado de los productos alimenticios.

4) Apueste por productos de temporada, evitando así los productos alimenticios procesados. Asimismo tenga en cuenta los productos alimenticios con denominación de origen, así como los productos procedentes de la agricultura y ganadería ecológicas que restringen el uso de fertilizantes o pesticidas, no utilizan organismos modificados genéticamente, evitan la contaminación y respetan la vida animal y vegetal en equilibrio con el entorno medio ambiental.

5) Sea una persona especialmente cautelosa con los productos transgénicos (aquellos que han sido modificados genéticamente). La etiqueta de estos productos debe indicar esta circunstancia.

6) Siempre que pueda adquiera productos procedentes de comercio justo los cuales garantizan, entre otros aspectos: la práctica de la igualdad de género, la no utilización de mano de obra infantil, la realización de contratos igualitarios y de duración larga, el establecimiento de salarios justos y equitativos, el aseguramiento de condiciones de trabajo dignas y la protección del medio ambiente en su actividad.

Debe saber que el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, cuenta con una Web de estilos de vida saludable dirigida a toda la población donde podrá encontrar información útil y de calidad ajustada a las diferentes necesidades de la ciudadanía.

Si necesita información o asesoramiento en materia de consumo no dude en contactar con nosotros. Le recordamos que estamos a su disposición de forma gratuita y continuada a través de número de teléfono 900 21 50 80, del correo electrónico consumoresponde@juntadeandalucia.es, así como en nuestros perfiles de redes sociales o a través de esta misma página Web. Y si prefiere un servicio de atención presencial, puede acercarse a alguno de los Servicios Provinciales de Consumo, presentes en todas las capitales de provincia andaluzas.

Cuando se habla de alimentación responsable hay que referirse a una alimentación sana, es decir, la idónea para la prevención de enfermedades y respetuosa con el medio ambiente. Una mala nutrición puede reducir la inmunidad, aumentar la vulnerabilidad a las enfermedades, alterar el desarrollo físico y mental y reducir la productividad.

La elección de los alimentos es muy importante para gozar de buena salud. Es por ello fundamental una alimentación equilibrada para gozar de una vida más saludable, teniendo en cuenta que precisamos de una alimentación lo suficientemente variada que garantice aporte nutritivo, adaptándola a características de edad, sexo, ejercicio físico que realicemos, posibles enfermedades, etc. Para ello, es de vital importancia: