La crisis a la que desde hace semanas se enfrentan el PP-A y C's en los gobiernos locales de Andalucía en los que se han sostenido mutuamente -primero en Granada y luego en Mijas (Málaga)- puede estallar próximamente en el Ayuntamiento de Roquetas de Mar (Almería), tal y como avisan desde la dirección regional de este último partido. Cabe recordar que el municipio de Roquetas de Mar está gobernado por los populares, que contaron con C's para ello gracias a un pacto de investidura, pero el cerco de la justicia contra el alcalde y presidente provincial del partido, Gabriel Amat, por adjudicaciones a una empresa participada por su yerno mantiene en alerta a los de Albert Rivera. “Puede ser lo próximo irremediablemente”, vaticinan estas fuentes.
Hay que unir a esto que se investiga la adjudicación de dinero público a una televisión participada por la familia de Gabriel Amat, que también fue mimada por el Ayuntamiento de Almería en la etapa del popular Luis Rogelio Rodríguez Comendador relevado recientemente por su compañero Ramón Fernández-Pacheco, de manera que las mismas fuentes han apuntado que, en función de cómo avance esto, también podrían romper con el pacto de investidura en esta ciudad. Todas las acusaciones han sido desmentidas por Gabriel Amat, quien insiste en que no está imputado por ninguna causa.
Pero a C's todo esto le “pinta muy mal y no se va a usar una doble vara de medir”, según insisten desde la dirección regional, donde ya auguran que esto podría terminar como en el Ayuntamiento de Granada, donde tras varios avisos acabaron retirándole su apoyo al entonces alcalde, el popular José Torres Hurtado, quien finalmente se ha visto obligado a dimitir por estar investigado por supuesta corrupción urbanística y con una amenaza de moción de censura.
La crisis podría no detenerse ahí y saltar incluso a la Diputación de Almería. También temen en el PP-A las posibles maniobras del PSOE-A para arrebatarles su joya de la corona: el Ayuntamiento de Málaga, donde el pacto de investidura con C's ya pasó por varios meses de tensión a finales de 2015. Una relación siempre bajo tensión entre populares y ciudadanos que tiene también su reflejo en la Diputación de Málaga, que mantienen los primeros gracias a un acuerdo similar.
Eso en un contexto en el que el líder de C's, Juan Marín, le reprocha a su homólogo del PP-A, Juan Manuel Moreno, que no se haya sentado con él a negociar cómo desbloquear la situación en el Ayuntamiento de Granada, con un pleno de investidura todavía pendiente, ni tampoco en Mijas. Es más, tras comentar a comienzos de esta semana que Juan Manuel Moreno no lo había telefoneado, “pese a que dijo que lo haría”, y otros “incumplimientos” que mencionó, tuvieron ocasión de encontrarse en el pleno del Parlamento de Andalucía, donde son diputados, y el líder del PP-A le echó en cara que lo hubiera dejado “por mentiroso”. Pero no entraron a fondo en la cuestión.
En todo caso, todavía no está cerrado tampoco que C's vaya a apoyar que el socialista Francisco Cuenca sea el alcalde de Granada. C's exige que el PSOE-A destituya a Mariano Lorente, diputado provincial de Deportes y Administración Electrónica, contra el que este viernes se conocía el auto de procedimiento abreviado del Juzgado de Instrucción número 9 de Granada por indicios de infracción penal en supuestas contrataciones irregulares durante su periodo como alcalde de Iznalloz (Granada). “Es condición indispensable o los socialistas se arriesgan a que la alcaldía se la queden los populares”, avisan desde C's toda vez que les bastarían sus 11 votos. Y sin C's, el PSOE-A sólo tendría sus ocho, salvo que Vamos Granada (3) e IU (1) no exigieran esta condición.
Complicado entendimiento en la derecha
Estos casos, y especialmente el de Mijas, donde la ruptura del pacto de gobierno por el que C's ostenta la alcaldía no se ha debido a una denuncia por corrupción sino a que éstos hablan de “continuas deslealtades” de sus socios del PP-A, ponen de relieve el complicado entendimiento de dos fuerzas que pelean por el mismo espacio electoral pero que en el eterno anhelo de los populares por hacerse con la Junta de Andalucía estarían obligadas a entenderse en un futuro si se planteara ese escenario.
De hecho, quedaba de manifiesto esta semana nuevamente por la cuestión fiscal, cuando Juan Marín insistía a la presidenta de Andalucía, Susana Díaz, sobre la necesidad de rebajar el impuesto de sucesiones y donaciones pero dejando claro que él no iba a hacer “un circo recogiendo firmas” como la campaña emprendida por el PP-A. No en vano C's se ha abonado a su discurso de que está haciendo una oposición “útil” para conseguir las reformas fiscales que tan en común tienen con el PP-A en sus programas electorales. Ya lo dijo cuando pactó con el PSOE-A la rebaja del tramo autonómico del IRPF, que el PP-A calificó de “insuficiente”, y cuando crearon con los socialistas el grupo de trabajo para el impuesto de sucesiones y donaciones, donde tampoco se han sentado los populares.