“La presencia de estos menores es necesaria” para una Andalucía envejecida. Así se ha pronunciado Jesús Maeztu, Defensor del Pueblo en Andalucía desde 2013, respecto a la polémica tras la instalación de un centro de menores migrantes en el barrio de la Macarena (Sevilla) y las manifestaciones en contra del mismo. Lo ha hecho durante la presentación ante los medios del último Informe del Defensor del Menor, el del año 2018.
Esta situación ha cobrado especial importancia en los últimos días tras las “manifestaciones de odio” de una parte del vecindario que han sido denunciadas por un grupo de juristas. Jesús Maeztu, que asegura que va a estudiar la situación de este distrito concreto, considera que se tienen que llevar a cabo importantes reformas para que los espacios dedicados a estos menores, en una situación de vulnerabilidad absoluta, estén mejor acondicionados a sus necesidades. “El sistema de acogida actual lo tenemos que reformar, hay que diseñar una hoja de ruta”.
Maeztu ha sido claro en este último punto denunciando las actitudes contrarias. De hecho, asegura Maeztu, “estos niños se pueden quedar en Andalucía. Nos hacen falta. Es más rentable el gasto que supone porque Andalucía tiene una población envejecida y estos niños son una inversión, por lo que su presencia aquí es necesaria”. El Defensor sostiene que hay dos etapas para que puedan integrarse los menores en nuestra sociedad. La primera está relacionada con atajar los problemas de rechazo de la sociedad misma y conseguir que los menores se sientas a gusto. La segunda estaría más orientada a una inserción laboral para lo cual deben tener su documentación en regla.
Pobreza y juego
En el desglose que Maeztu ha hecho, ha recalcado cómo la pobreza viene determinada por el entorno social y familiar en el que se encuentra el menor: “Hay una situación heredada muy grave. Depende del lugar en el que se nace para que la pobreza ocupe un protagonismo concreto entre estos chicos y chicas, que son las víctimas de todo ésto”. Como señala el Defensor, esto determinará en el futuro cuál será el empleo de estas personas, cuáles serán sus valores y cómo se desenvolverán en la sociedad.
Respecto a la adicción que los jóvenes tienen por los juegos de azar y la cada vez mayor oferta de casas de apuestas, en el informe han dedicado un epígrafe al que han llamado Jugando su presente y su futuro en el que se da la voz de alarma sobre la publicidad, la ausencia de medidas de control y la creencia errónea de que se va a mejorar la situación económica sin mucho esfuerzo. Según aclara Maeztu, “esto provoca ludopatía y trastorno psicológico profundo en etapas del desarrollo”.
Uno de los principales inconvenientes con los que se encuentra el equipo del Defensor del Pueblo es que las salas dedicadas a este tipo de actividades están ubicadas, muy a conciencia, en los barrios más vulnerables de las ciudades. “Ellos creen que la suerte del cambio de pobreza les va a llegar por el juego”. Como analiza Maeztu, habría que hacer una campaña parecida a las que se hacen con el alcohol y las drogas para erradicar este problema. “Ahora sería impensable ver a alguien fumar en un bar”.
En el año 2018, el Defensor del Menor en Andalucía tramitó 2.293 quejas y 2.638 consultas. Del total de quejas, la mayoría de ellas estaban relacionadas con conflictos por la guarda y custodia de los hijos o por problemas con el carné de familia. A estas le han sucedido temas relacionados con Educación, Vivienda y Servicios Sociales. Actualmente, Jesús Maeztu se encuentra a la espera de renovar su mandato, algo que él mismo confirma que estará encantado de hacer si cuenta con una mayoría para ello.