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Brotes verde flúor

En vísperas del regreso al mar por vacaciones contemplo el horizonte del nuevo curso con optimismo: “Todo se va a arreglar” -me digo. ¡Y a Dios pongo por testigo que no estoy bajo los efectos de Orfidal, Lexatín ni Prozac! Hay sobrados motivos para ser positivos.

Para empezar, la decisión de Griñán de no volver a presentarse a Presidente de la Junta. Pero, eso sí, de brindarse a tutelar una sucesión que de otro modo (¡en libertad, el Altísimo no lo quiera!) sería una jaula de grillos, una pelea de gallos, o viceversa. En segundo lugar, que habemus sucesora, mujer, joven, de izquierdas, total renovación del aparato porque viene de fuera (“Que todo cambie...” cantaba el heavy Lampedusa). Para darle ilusión a las primarias -¿qué sería ganar sin rival?- Luis Planas se alza contrincante de Susana Díaz. Y para que no falte guiño posmoderno también aspira a los minutos de fama de Warhol el alcalde de Jun, J. A. Rodríguez, que se define como subcampeón de seguidores en Twitter, tras Rajoy ¿Lo mejor de la contienda? Que no es pelea de nombres, sino debate de ideas.

También la grada pepera dispensa alegrías. Zoido ha comprendido que no puede ser cabeza de cartel (sin desangrar al partido de votos no sevillanos, incluido el de cierto alcalde de capital). Por suerte el banquillo está repleto de estrellas. Que Griñán haya metido el turbo no tiene que preocupar. Ahí están Carlos Rojas, José Luis Sanz, Ana María Corredera. Todos de tirón. No va a hacer falta recurrir a ministros como Báñez, Montoro, Arias Cañete. Lo difícil va a ser, entre tanto, elegir.

Me satisface también que se dispara la expectativa de voto a UPYD, formación que cuenta entre sus cinco diputados nacionales con el de más calado del arco: ese Toni Cantó que tan bien nos ha ilustrado sobre la falsedad femenina en las denuncia de malos tratos.

Ahora, que ninguno de estos partidos ganará las próximas elecciones. Y no oculto que me place que el triunfo vaya a ser para IU. Lo será porque mis conciudadanos que están cabreadísimos con el bipartidismo, indignados con los recortes en sanidad y educación públicas, derechos sociales, pensiones y justicia van a elegir a quien se ha opuesto a ellos y logrado en Andalucía -venciendo reticencias de su socio de gobierno, socialista- la aprobación del decreto-ley anti desahucios. Cierto que IU no está libre de pecado -¿consideramos Manilva venial o mortal?- pero con tal de romper el vicioso turnismo que hace que PP y PSOE no tengan que rectificar turnismosino esperar, darán su oportunidad al tercero en discordia. El congreso andaluz de IU ha sido histórico. Al fin no se han tirado trastos a la cabeza y han elegido a Maíllo coordinador general indiscutido. Aún tiene perfil bajo -que poca gente conoce su cara, vamos. Pero esto se arregla volando, en cuanto uno de esos empresarios a los que rebosa el espíritu democrático hagan donaciones millonarias sin esperar a cambio ni favores ni contratos. Y del líder Maíllo dudo si el electorado va a premiar más su prestigio intelectual (licenciado en Filología Clásica sabe griego, latín, italiano e inglés) o la naturalidad con que vive su condición sexual.

Sólo pueden dar un sorpasso a IU Equo, el Patido X, o las asambleas (ciudadana, de Andalucía), Frente Cívico, a los que esta semana se ha unido Convocatoria Cívica. Cierto que hasta hoy se los considera minoritarios. Pero si se escucha a la gente de a pie (como hacemos Beppe Grillo, Miguel Ángel Revilla o yo) se constata que la ciudadanía está masivamente a la izquierda de Izquierda Unida. Así en la calle, como en Internet. ¡No quepo en mí de gozo! Como referentes próximos, esas primaveras, árabes, turcas, que tan rápido y bien han florecido y dado tan fecundos frutos.

Y a las buenas nuevas andaluzas se suman otras españolas: Bárcenas de veraneo en Soto del Real, dimitida la (ir)responsable de Hacienda por el lío del DNI de la Infanta, el PSOE de Rubalcaba preparando primarias abiertas a simpatizantes, a la francesa (modelo al que debemos el advenimiento de Hollande nada menos), maná europeo para la PAC, empleo joven, emprendimiento, Wert rebaja la nota para beca del 6,5 al 5,5 (“Barata, barata, la beca. Me la quitan de las manos, los rectores”). Una fiesta, señoras y señores, este año se adelanta el Carnaval. Y en breve el crecimiento negativo lo convertimos en una burbuja de ésas que nos salían antes con enjabonar un ladrillo y soplar por los boquetitosel crecimiento negativo (en la Era ERE, me refiero).

Con este subidón en el cuerpo -que no lo da ni un cigarro bien liao de brotes verde flúor aliñaos-, me he ido al cine a ver Hanna Arendt, comedia romántica entre una tal Hanna y su profesor de Universidad, un vejete llamado Martin (de apellido Heidegger, me parece). Lo mejor, la ambientación -un punto Mad Men, vintage lo llaman las revistas que la sesuda prensa de referencia nos casca el fin de semana. Lo peor, que la peli se empeña en transmitir alguna idea. Por ejemplo, que la masa social tuvo responsabilidad en el nazismo (incluso las víctimas del holocausto cierta cooperación por omisión) pues en los años previos se dejó convencer de que era imposible pensar, oponer resistencia, frenar el sistema que les querían imponer, agachó la cerviz y obedeció. ¡Malditos guionistas! Me recordaron el vaticinio del empleado de banca carmonense Toni de los Santos en 2009: “¡Pasajeros europeos, tren con parada en el Estado del malestar made in USA, fin de trayecto Tiananmen!”.

Pero eso no va a pasar. Los partidos se van a reinventar, los electores vamos a reinventarnos, no nos reconocerá “ni la madre que nos parió” que dijo El Pacífico. Y todo sin necesidad de cambiar los cimientos, las estructuras, de reflexionar a fondo, en serio (¡estudiando, leyendo!), de transformar un sistema que ya antes de nuestra crisis burguesa condenaba a explotación y exterminio a medio planeta. Una reforma de calado podría crear inestabilidad. ¡Nada peor para los mercados! Más vale muerte conocida que búsqueda de utopía.

Y con estas alegrías, a la playa todos (los que podamos).

En vísperas del regreso al mar por vacaciones contemplo el horizonte del nuevo curso con optimismo: “Todo se va a arreglar” -me digo. ¡Y a Dios pongo por testigo que no estoy bajo los efectos de Orfidal, Lexatín ni Prozac! Hay sobrados motivos para ser positivos.

Para empezar, la decisión de Griñán de no volver a presentarse a Presidente de la Junta. Pero, eso sí, de brindarse a tutelar una sucesión que de otro modo (¡en libertad, el Altísimo no lo quiera!) sería una jaula de grillos, una pelea de gallos, o viceversa. En segundo lugar, que habemus sucesora, mujer, joven, de izquierdas, total renovación del aparato porque viene de fuera (“Que todo cambie...” cantaba el heavy Lampedusa). Para darle ilusión a las primarias -¿qué sería ganar sin rival?- Luis Planas se alza contrincante de Susana Díaz. Y para que no falte guiño posmoderno también aspira a los minutos de fama de Warhol el alcalde de Jun, J. A. Rodríguez, que se define como subcampeón de seguidores en Twitter, tras Rajoy ¿Lo mejor de la contienda? Que no es pelea de nombres, sino debate de ideas.