Desdeelsur es un espacio de expresión de opinión sobre y desde Andalucía. Un depósito de ideas para compartir y de reflexiones en las que participar
Camela está como España
Cuando me enteré me embargó la emoción porque no estaba preparado. Creía que no era verdad, pero fueron llegándome tweets que confirmaban la más triste de las noticias. España ya no será la misma. El teclista de Camela acababa de abandonar el grupo. Sí, el de atrás, el que nunca cantaba pero se encargaba de esos maravillosos arreglos musicales. Se ha ido él solito, no lo ha echado nadie. Técnicamente ha sido una baja voluntaria, no un ERE. Bandera a media asta en todas las ventas y gasolineras de España y minuto de silencio en las pistas de coches de choque de todas las ferias, con banderines a media altura.
Pero Camela no ha muerto, siguen Dioni y Ángeles. Siete millones de discos, 20 años de trayectoria. Seguramente, el oro que llevan encima era de verdad, oro de discos de oro y de llenar estadios y plazas de toros. Sin embargo, como dice el refranero patrio, no hay mal que por bien no venga. La baja voluntaria del teclista de Camela ha producido algo increíblemente positivo: hay una vacante laboral. Entre los demandantes, muchos parados de larga duración con más de 45 años, como María Jesús y su acordeón.
Camela está como España. Los cerebros se nos van y los que se quedan no saben dar con la tecla. Pero no preocuparse, que tengo al mejor de los candidatos para ser teclista de Camela. Se llama Mariano y se apellida Rajoy. Rubalcaba por supuesto que no valdría, porque Rubalcaba ya tuvo su oportunidad y no supo dar con la tecla ni componer los arreglos que necesita este país. Rajoy tampoco encuentra los arreglos, ni da con la tecla, pero eso sí, da la nota donde va y sabe tocarnos el órgano como nadie, de forma machacona e insistente, lo mismo que las canciones de Camela.
He repasado algunos de los temas de Camela y es curioso. Podríamos afirmar por sus títulos que son verdaderamente “populares”. La canción “Cartas de un extraño” tiene un título que parece que se lo ha puesto alguien que sabía lo de Bárcenas. Al igual que otros temas como “Presiento que me engañas”, “¿Por qué me has engañado?”, “Te pido que lo dejes” o el actualísimo “No te acerques a mí”.
Mi teoría se va confirmando a medida que voy escuchando títulos y canciones de Camela. “¿Que tiene ella que no tenga yo?” podría recoger las reflexiones de Rajoy sobre el liderazgo de la Merkel en Europa. El tema “Pequeño valiente” tiene pinta de canción de homenaje y tributo a Montoro. “Palabras de Papel” podría hablar sobre la famosa subida del IVA. “Con lo que me ha costado” es autobiográfico.
Por último, la letra del tema “Basta ya” es toda una ilustración palpable de lo que un parado de nuestro querido país le podría recriminar a su presidente ante cualquiera de los famosos silencios de Mariano: “Cuéntame, dime qué es lo que te pasa, no me dices nada, ni siquiera una palabra, pero mírame: llevo toda la semana sin saber qué hacer. Háblame, por lo menos me merezco una explicación, no soporto este silencio, yo quiero seguir pero no me quedan fuerzas para resistir”.
Hay presidentes que más que para Camela son un auténtico camelo.
Cuando me enteré me embargó la emoción porque no estaba preparado. Creía que no era verdad, pero fueron llegándome tweets que confirmaban la más triste de las noticias. España ya no será la misma. El teclista de Camela acababa de abandonar el grupo. Sí, el de atrás, el que nunca cantaba pero se encargaba de esos maravillosos arreglos musicales. Se ha ido él solito, no lo ha echado nadie. Técnicamente ha sido una baja voluntaria, no un ERE. Bandera a media asta en todas las ventas y gasolineras de España y minuto de silencio en las pistas de coches de choque de todas las ferias, con banderines a media altura.
Pero Camela no ha muerto, siguen Dioni y Ángeles. Siete millones de discos, 20 años de trayectoria. Seguramente, el oro que llevan encima era de verdad, oro de discos de oro y de llenar estadios y plazas de toros. Sin embargo, como dice el refranero patrio, no hay mal que por bien no venga. La baja voluntaria del teclista de Camela ha producido algo increíblemente positivo: hay una vacante laboral. Entre los demandantes, muchos parados de larga duración con más de 45 años, como María Jesús y su acordeón.