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OPINIÓN | 'Este año tampoco', por Antón Losada

Carrozas y “karrozas”

Estoy de acuerdo, deberían limitar que vayan carrozas en la cabalgata de Reyes de Vallecas, pero no me refiero a los escenarios móviles donde se representa parte de la realidad y de los sueños, sino a esas “personas antiguas” a las que se refiere el diccionario. Esos “carrozas” que no forman parte de la actualidad ni de la tradición, y que siempre han ido a destiempo con el momento.

Y es que hay personas que se quedaron en la M-50 de la historia sin atreverse a avanzar hacia el centro de los días, y aún andan dando vueltas a la realidad de un tiempo y de una sociedad que avanza de manera decidida, mientras ellos contemplan el paisaje desde la distancia que supone su inmovilismo y la consideración de que todo lo que no sea hacer las cosas como ellos piensas, es atacar sus ideas, sus valores y sus creencias.

El argumento de la tradición sólo sirve para esconder su inmovilismo, pues no hay tradición sin evolución y ni adaptación a los nuevos tiempos, aunque esta sea lenta, sólo basta echar la vista atrás para comprobarlo. Deberían saberlo quienes utilizan el argumento del respeto a la religión católica, pues su origen parte precisamente de la actitud crítica de Jesús a la tradición.

Jesús no propuso una nueva religión diferente al judaísmo, en todo momento se mantuvo dentro de él y de sus pautas, aunque sí hizo una crítica profunda a la tradición que se había instalado en aquel tiempo, a la cual cuestionaba por haberse quedado en el rito y olvidado de Dios. Esas críticas y su posicionamiento fueron las que dieron lugar a los acontecimientos que años después terminaron en el cristianismo, la cual tuvo un origen vinculado a una crítica con la tradición del momento.

La escenificación del rito y su continuidad en el tiempo a través de la tradición debe buscar la conexión y vivencia del significado que representa, no la reproducción rígida e inflexible fuera de tiempo y sentido. La propia Iglesia Católica está llena de cambios y evolución, no sólo en sus celebraciones, sino también en su propia liturgia a pesar de la fidelidad mantenida con la tradición y la historia.

Y una cabalgata de Reyes Magos en el siglo XXI debe integrar lo que la intransigencia y violencia de una cultura patriarcal ha perseguido y discriminado durante siglos de una sociedad que siempre ha sido diversa y plural, pero que sólo ahora puede mostrarse como tal.

La Iglesia Católica tiene una deuda de amor con los hijos y las hijas de Dios, y negar las identidades que no encajan en lo que los hombres han decidido que deben ser las identidades en la sociedad que ellos han construido, no debería tener el respaldo de la religión, además de ir en contra de los valores que predican y del significado de sus celebraciones.

¿Cuál es la razón para prohibir que en una carroza pueda ir una drag queen acompañada de dos mujeres? ¿En nombre de qué o de quiénes hay que prohibirlo? ¿Cuál es el problema, sus identidades, que son tres personas y pueden confundir, el color de la piel, el de su maquillaje, el de sus ropas…? ¿Si aparece una carroza con 'los tres mosqueperros' también genera confusión con los Reyes Magos?

Niños y niñas demuestran a diario que son más maduros que muchos de los carrozas que transitan a diario por sus vidas vestidos con unas ideas y valores descoloridos y almidonados. Y es que no se debe confundir la tradición con la razón, ni el rito con el valor de su significado.

Quienes buscan cada año un conflicto con alguna cuestión relacionada con la cabalgata de Reyes (el año pasado con la ropa de sus majestades en la de Madrid, esta con una de las dieciséis carrozas en la de Vallecas), no defienden los sentimientos cristianos ni a la infancia, todo lo contrario, instrumentalizan a niños y creencias para hacer política y tratar de imponer sus ideas y valores como referencia para toda la sociedad.

Quizás deberían haber llamado a cada uno de los dieciséis elementos de la cabalgata de Vallecas “Karrozas”, para diferenciarlos de los miles de carrozas de cada día.

Estoy de acuerdo, deberían limitar que vayan carrozas en la cabalgata de Reyes de Vallecas, pero no me refiero a los escenarios móviles donde se representa parte de la realidad y de los sueños, sino a esas “personas antiguas” a las que se refiere el diccionario. Esos “carrozas” que no forman parte de la actualidad ni de la tradición, y que siempre han ido a destiempo con el momento.

Y es que hay personas que se quedaron en la M-50 de la historia sin atreverse a avanzar hacia el centro de los días, y aún andan dando vueltas a la realidad de un tiempo y de una sociedad que avanza de manera decidida, mientras ellos contemplan el paisaje desde la distancia que supone su inmovilismo y la consideración de que todo lo que no sea hacer las cosas como ellos piensas, es atacar sus ideas, sus valores y sus creencias.