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Conquistas de la izquierda… y pamplinas

9 de septiembre de 2022 18:24 h

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Tentada estaba de escribir la columna con el titular: “La reina ha muerto, ¡viva la República!” para oponerme a la corriente de beatificación de Isabel II hoy en su cenit tras años a base de series televisivas, películas y fanfarria mediática destinadas a eclipsar las cloacas de mentiras, sufrimiento, extraños accidentes y pederastia que se cobraron víctimas como su hermana Margarita, su nuera Diana y un nutrido grupo de chavalas abusadas por su hijo Andrés, protegido por ella y aún impune. Pero he sentido que extenderme era sucumbir a la corriente de la “trepidante actualidad”, tan falsa e interesada, que roba la atención a las cuestiones que nos interesan más como sociedad.

El curso ha arrancado en España con una conquista histórica: el derecho a paro para las trabajadoras domésticas y la prohibición de despedirlas sin causa justificada. En cuarenta años de democracia, con gobiernos del PSOE y PP, con mayorías absolutas o simples, nunca hasta ahora que gobierna el PSOE con Unidas Podemos se había logrado.

Venzamos el impulso que interesadamente siembran en nosotros de ver el asunto como “algo intrascendente, incluso aburrido” para todos los que no somos una de las 400.000 trabajadoras del hogar beneficiadas directas. Paremos un segundo a imaginar la proeza épica de las mujeres que sacar adelante a sus familias en estos tiempos de precios y alquileres disparados, calibremos el gigantesco logro que es que, ganando el pulso al poder inmovilista que no suelta prenda, arranquemos derechos para conciudadanas. Tenemos que decirlo, escribirlo, son necesarias películas como En los márgenes que acaban de estrenar en Venecia Juan Diego Botto, Penélope Cruz y Luis Tosar –cocreada por Olga Rodríguez- para ver cuánta más belleza y poder inspirador hay en esas vidas currantas que en las de ociosas, multimillonarias y rancias monarcas.

Es clave que un gobierno que busca mejoras para la mayoría social tenga tan claro que los privilegiados harán todo lo posible para obstaculizarlo, como para evitar caer en líos internos y polémicas que restan.

Hay que celebrar los éxitos, como la aprobación de impuestos extraordinarios a las energéticas y los bancos que tratará el primer pleno del Congreso post veraniego este martes. Prueban hasta qué punto es falso el mantra que nos repiten para paralizarnos de que la injusta realidad “es lo que hay”, sin más. Los hechos demuestran que, con voluntad social y política, la realidad se puede cambiar y se cambia.

La ciudadanía nos la pasamos diciendo que queremos menos palabrería partidista y más hechos. Por ahora, en las encuestas, el respaldo a las medidas del gobierno no se concreta en preferencia de voto a él sobre las derechas. Ya veremos si la suma de logros supera al vocerío y acaba convenciendo en las elecciones generales de finales de 2023.

Acordar y evitarse polémicas

Sería útil, fundamental incluso, que quienes aspiran a mejorar la vida de la mayoría social, tengan tan claro que los privilegiados usarán cuanto está en su mano (incluidos los medios de comunicación que poseen) para impedir los cambios, como para minimizar los errores propios.

Así, una medida que puede ser positiva y bienvenida por la gente, como la impulsada por Yolanda Díaz y Alberto Garzón de garantizar precios razonables para los alimentos básicos, salta a la palestra innecesariamente envuelta en polémicas propias, en el seno del propio gobierno y de los partidos que lo forman.

Que el acuerdo con los supermercados para garantizar un precio accesible a los productos básicos emerja rodeado de discrepancias internas torpedea la acogida de una medida a priori bienvenida por la ciudadanía.

No es ya que la ministra Margarita Robles falte a la verdad diciendo que los temas de consumo no son de competencia del Ministerio que lidera Garzón, (mientras ella se inmiscuye desde el Ministerio de Defensa, claro). Además, en el sector PSOE tanto el ministro de Agricultura, Luis Planas, como el portavoz en el Congreso, Patxi López, ponen en cuestión la legalidad de limitar los precios alimentarios; Nadia Calviño, titular de Economía, también se opone, mientras su compañera la ministra de Hacienda, María Jesús Montero la ve “de sentido común”, si bien lamenta que se lance sin consenso. Más todavía, el propio Pablo Echenique, portavoz de Unidas Podemos en el Congreso, en declaraciones a Radiocable, dice incluso que topar el coste de la cesta de la compra “puede generar mercado negro”.

¿De verdad? ¿En serio? ¿Hace falta o beneficia en algo este jaleo sobre una medida que en Francia ya se aplicó en 2011 por un presidente de derechas como Sarkozy, que fue aceptada allí por grandes cadenas de supermercados y que, ahora en España, el pasado jueves ya Carrefour se mostró predispuesta a aceptar allanando el camino a las citas del lunes con otros hipermercados?

Conviene ahorrarse polémicas innecesarias que empañen los avances sociales.

La última guinda, de momento, es la decisión del Congreso de gastar más de un millón de euros en renovar los móviles de los diputados. Decisión propuesta por los técnicos de la cámara porque los actuales teléfonos, de 2017, no van a poder descargar actualizaciones de seguridad en 2023, pero que se veía venir que sería polémica. El tema lo destapa Ciudadanos, en su necesidad de destacar por algo para no perecer, pero Podemos o Más País critican también el elevado gasto mientras PSOE, PP y Vox lo asumen encantados. Ojo, un millón entre 349 diputados son 2.865€ de coste por cada uno.

¿Tan difícil hubiera sido cambiar los terminales, sí, pero por modelos de precio más razonable? Si hay explicación motivada, que se dé. Si no, a rectificar cuanto antes. Todavía están a tiempo PSOE y UP, con mayoría en la cámara, de evitar sembrar con esta pamplina desapego en la ciudadanía.

Tentada estaba de escribir la columna con el titular: “La reina ha muerto, ¡viva la República!” para oponerme a la corriente de beatificación de Isabel II hoy en su cenit tras años a base de series televisivas, películas y fanfarria mediática destinadas a eclipsar las cloacas de mentiras, sufrimiento, extraños accidentes y pederastia que se cobraron víctimas como su hermana Margarita, su nuera Diana y un nutrido grupo de chavalas abusadas por su hijo Andrés, protegido por ella y aún impune. Pero he sentido que extenderme era sucumbir a la corriente de la “trepidante actualidad”, tan falsa e interesada, que roba la atención a las cuestiones que nos interesan más como sociedad.

El curso ha arrancado en España con una conquista histórica: el derecho a paro para las trabajadoras domésticas y la prohibición de despedirlas sin causa justificada. En cuarenta años de democracia, con gobiernos del PSOE y PP, con mayorías absolutas o simples, nunca hasta ahora que gobierna el PSOE con Unidas Podemos se había logrado.