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Llenos

6 de junio de 2022 22:12 h

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Parece que la izquierda se borra de los malos augurios de la meteorología demoscópica y la derecha no lo tiene tan claro. En otros tiempos, no contaban tanto los sondeos, la marcha de las campañas se medía en llenos y la medida mayor de todos los éxitos era llenar una plaza de toros. Otros tiempos.

Antes de hablar de llenos, una buena noticia: Manuel Valls, que fue primer ministro de Francia, ministro pegón de Interior, concejal en Barcelona y allegado a Ciudadanos, no ha pasado a la segunda vuelta en las legislativas francesas. Estuvo en el meollo de la ruina del PS francés. Y me dirán ¿eso qué tiene que ver con un diario de campaña? Si no fuera por las fechas, quién nos asegura que Valls no se habría empadronado por aquí con esta Junta Electoral bernardina y bizcochable. Que esta gente da muchas vueltas y son electoralmente ubicuos.

Vox llenó un tramo de la calle Asunción de Sevilla, en Los Remedios, un barrio de los llamados nacionales. Esa calle hace poco estaba llena de coches pero desde siempre estuvo llena de banderas, chachas  y chóferes de ultramar. Los jóvenes periodistas, poco paseados, se han dejado impresionar. Vox lo tenía fácil, solo tenía que decirle a los vecinos que bajaran a la calle y llenazo. Es como dar un mitin en un Jueves Santo en la Campana o la calle Larios. Sin necesidad de autobuses y con la incomparable ayuda del servicio.

A falta de llenos en las parroquias, el prelado se aprovechó del fervor concentrado, con una primera fila uniformada que le daba seguridad berlanguiana

Ese lleno viene de Alicante en donde, por cierto, un jabalí ha salido del agua y le ha pegado un bocado a una señora de Cuenca que estaba tomando el sol en la playa, según fuentes autorizadas. Esos bocados ya no asustan a casi nadie y menos a Modesto González, líder de Andaluces Levantaos. El también alcalde de Coria del Río no se rinde, sigue erre que erre; su pueblo sufrió invasiones como todos pero, además, Coria  fue arrasada por los vikingos, y luego llegaron los japoneses pero en son de paz. Jabalíes a Modesto, home, por favor.

Lleno en el Rocío. Allí fueron sus beatitudes moderadas Moreno Bonilla, Espadas y Marín. Y lleno en la misa del obispo de Huelva. El hombre se vino arriba en su arenga a los cristianos allí congregados. A falta de llenos en las parroquias, el prelado se aprovechó del fervor concentrado, con una primera fila uniformada que le daba seguridad berlanguiana. Debe estar bien informado porque la homosexualidad no faltó en su exhortación sin corsé a votar por las derechas, era el sitio. Al día siguiente recordó, con razón, su coherencia con la reciente carta de todos los obispos de Andalucía del mismo tenor. Francisco, menos rociero pero más cristiano, no lo hubiera hecho pero son cosas de la descentralización católica y de la efervescencia colectiva, que diría Emilio Durkheim.

Hablando de la Iglesia –y de su brazo mediático, la COPE–, no sé si es casualidad pero elegir Cuevas como si fuera Omaha, la cuna de Carlos Herrera, es todo un aviso, toda una irreverencia

Los socialistas están que trinan, tan moderados; el socialismo vaticano guarda un silencio reverendo pero el resto se dice estupefacto y anda por la red largando fiestas en un postureo que no se cree nadie. ¿Ellos sorprendidos con la Iglesia? Vamos. Que le pregunten a María Teresa Fernández de la Vega o al generoso José Luis Rodríguez Zapatero. Qué pena que la izquierda no lea a Manuel Chaves Nogales y sus apuntes rocieros.

Juan Espadas, acompañado de Pedro Sánchez, ha elegido Cuevas del Almanzora como una nueva Normandía. Parece que espabilan, desembarcan y pasan a la acción. Hablando de la Iglesia –y de su brazo mediático, la COPE–, no sé si es casualidad pero elegir Cuevas como si fuera Omaha, la cuna de Carlos Herrera, es todo un aviso, toda una irreverencia. Somalia queda aún muy lejos. Lleno; y eso que en la vecina amiga Níjar están con la sandía, y llevan recogido un 50% de la cosecha, es decir, que pocos autobuses pudieron llevar o ninguno. Más mérito.

No es que fuera un lleno pero sí se llenó de gloria Alberto Núñez Feijóo: en su visita a Granada, se lió con los atardeceres. Los cursos de Andalú expré no dan para todo, que se lo digan a Olona, pero en este caso me da que Feijóo hizo rabona en la clase de “Mala follá granaína”. Ya irá aprendiendo.

Parece que la izquierda se borra de los malos augurios de la meteorología demoscópica y la derecha no lo tiene tan claro. En otros tiempos, no contaban tanto los sondeos, la marcha de las campañas se medía en llenos y la medida mayor de todos los éxitos era llenar una plaza de toros. Otros tiempos.

Antes de hablar de llenos, una buena noticia: Manuel Valls, que fue primer ministro de Francia, ministro pegón de Interior, concejal en Barcelona y allegado a Ciudadanos, no ha pasado a la segunda vuelta en las legislativas francesas. Estuvo en el meollo de la ruina del PS francés. Y me dirán ¿eso qué tiene que ver con un diario de campaña? Si no fuera por las fechas, quién nos asegura que Valls no se habría empadronado por aquí con esta Junta Electoral bernardina y bizcochable. Que esta gente da muchas vueltas y son electoralmente ubicuos.