Tres noticias víricas asomado a mi balcón

Recluido y asomado a la luz de mi ciudad. No se ve a nadie y se oye menos. Enfrente, la sonrisa amable y cómplice de una vecina ya mayorcita. Un guiri despistado con su inconfundible ruido a rueda de maleta pasa por debajo.

De estas saldremos y ojalá salgamos mejores, más leídos y más solidarios. Vamos a tener tiempo para pensar.

No se me va de la cabeza la imagen de Valle Inclán asomado a la calle desde su celda, consciente de su aislamiento forzoso, provocante con su boina, echando de menos un paseo por la calle Echegaray, de Madrid, en busca de Juan Belmonte y vino de Jerez. Yo también . De momento, libros. Pronto volveré.

Es momento de guardar un silencio maestrante pero flotan algunas ideas. Ser responsables, sí, tiempo muerto para todo, no. De observar y pensar va a depender nuestro futuro. Tres ideas, en este primer domingo valleinclaniano.

Paradoja

En Europa todo empezó en Lombardia, la zona más rica de Italia y también de las más de la UE. De allí surgió la Lega Lombarda, la locura secesionista y egoísta de los ricos de Italia, ahora dirigida por Salvini. No tenían fratelli, eran solo ellos, sin hermanos. El virus no distingue entre ricos y pobres aunque los primeros resisten mejor. Nadie se acuerda de los inmigrantes, de los pobres de solemnidad, refugiados, de los sin techo.

Pues resulta que su egoísmo flojea. Ahora se acuerdan de chinos, a los que ridiculizaron, cubanos y hasta médicos ¡venezolanos! Piden ayuda, los mayores exhibicionistas de la extrema derecha, el supremacismo y la xenofobia.

No es de extrañar, el egoísmo sabe que Biocubafarma ya ha anunciado que tiene 22 medicamentos listos para luchar contra el COVID-19. Sí , los comunistas caribeños. Los chinos les están enviando materiales y sobre todo, solidaridad para curarlos.

Recuerdo que un buen amigo de Turín, de la mismita Padania rica, me contó que se echó una novia del sur. Su mamá se negaba a hablar a su novia en italiano, sólo lo hacía en torinés. No le gustaba porque era del Mezzogiorno, del sur, a los que despectivamente llamaban terroni.

Patriotas

Los patriotas capitalinos exhiben su inmerecida capitalidad y patriotismo pregonado con desprecio desde los púlpitos, tribunas , palcos y mentideros de la corte. Del grupo de Casa Lucio, José María Aznar, que fue presidente, como Ana Botella, alcaldesa de Madrid, están ya en Marbella, dándolo todo por España. Otros de su pandilla, que estas últimas semanas daban clases de patriotismo y sentido de Estado, andan escondidos en sus dominios. Volverán a su buitrera capitalina cuando se sientan seguros pero nos siguen ordeñando a distancia.

Madrid no se aísla porque Madrid es todo y somos solo su patio trastero. Somos de provincias. La pobre gente trabajadora de la capital tiene que sufrir en sus carnes la inclemencia crítica contra sus dirigentes y la poca vergüenza de los patriotas cortesanos que parasitan Madrid como parásitos son en tus bolsillos.

Algunos de ellos , porque hay gente pa tó, y más si se trata de postureo, se asoman a sus balcones aplaudiendo, después de meses con sus banderas, mientras han saqueado la sanidad pública y puesto sus empeños y sus votos en destruir uno de nuestros mejores logros. Honor a los médicos y todos los trabajadores de la sanidad pública.

Espero que el próximo Día de la Patria desfilen todos los médicos de las Españas para orgullo de los patriotas trabajadores y vergüenza de los aprovechaos del régimen que dura y dura.

A la sombra de la montaña vírica, los patriotas monárquicos tratan de esconder el escándalo del rey emérito y las sospechas sobre el rey heredero. No tienen el virus pero España sigue con el virus de la restauración monárquica que no atiende ni se pliega a los más elementales principios de la democracia constitucional ni a la enésima confianza otorgada por los demócratas españoles a los Borbones, incluidos los monárquicos.

El silencio

Callar es un mérito y hasta una responsabilidad. Mientras que el presidente del Gobierno comparecía para declarar el estado de alarma, el jefe de la oposición, Pablo Casado, esperaba acechante para descargar su miseria. Apenas escuchamos su desabrido discurso de perdedor e irresponsable, los aplausos lo pusieron en la gandinga, pero sí que se recuerda su base crítica al Gobierno por ponerse en manos de la ciencia. No todos los dirigentes del PP están reaccionando igual, pero bien harían en reaccionar ante la poca responsabilidad y nulo patriotismo de su líder.

Por las mismas calles de mi barrio de Sevilla, donde el silencio apenas se interrumpe por las campanas de una iglesia cercana, trajinó Fernando de Magallanes antes de liderar la gesta, quizá más importante de la historia. No siempre la Semana Santa fue lo más importante. De él, hombre recio, luchador y leal, dice Stefan Zweig que “sabía callar de modo admirable”. Nada que ver con los líderes de esta derecha intempestiva y una izquierda –en este caso, sevillana–, cateta.

Muy cerca de donde vivo, tras comprometerse con el rey y los suyos, en una iglesia, antes de emprender su gran epopeya, don Fernando dijo: “La Iglesia dice que la Tierra es plana, pero yo se que es redonda , porque vi su sombra en la Luna. Y tengo más fe en un sombra que en la Iglesia”.

Recluido y asomado a la luz de mi ciudad. No se ve a nadie y se oye menos. Enfrente, la sonrisa amable y cómplice de una vecina ya mayorcita. Un guiri despistado con su inconfundible ruido a rueda de maleta pasa por debajo.

De estas saldremos y ojalá salgamos mejores, más leídos y más solidarios. Vamos a tener tiempo para pensar.