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¿Conviene a los andaluces que gane Susana Díaz?
Una pregunta recorre el sur: ¿conviene a los andaluces que Susana Díaz gane? La he oído en la calle. Con frecuencia ni llega a verbalizarse. Flota en el aire. La otra noche, además, un colega, la formuló en nuestro círculo. Su mirada interpeló a otra amiga y yo contuve el impulso de apretar el pulsador. Me sabía la respuesta. Nuestra amiga, mujer de valores, se resistía al planteamiento. “Pasó palabra” y me tocó. ¿Nos conviene? ¿Sí o no? No es un tema ético o moral. Como nada ya. Hemos madurado. Hace tanto que ni nos acordamos.
¿Convenía a los madrileños el Eurovegas que defendía el PP con sus casinos y prostíbulos? ¿Conviene a los gaditanos el contrato, que respalda Podemos, de fragatas para Arabia Saudí hechas por Navantia? Se trata de creación de riqueza y empleo. En ninguno de los tres casos hay duda. La respuesta es sí.
Sabemos que lo del primer AVE Sevilla-Madrid fue consecuencia de la presidencia bicéfala de los socialistas sevillanos Felipe y Guerra. El ex alcalde popular, también de Sevilla, Juan Ignacio Zoido acaba de dar nueva prueba de que un paisano tira de otro como las cerezas de una cesta al rodearse de andaluces en la cúpula del Ministerio del Interior. O sea que, a este respecto, dudas, cero.
No obstante, hice una addenda a mi respuesta: “Dando por sentado que tener una paisana en la cumbre -primero del PSOE, quizá mañana de España- nos conviene de forma relativa, ¿nos conviene de forma absoluta?”
Quiero decir, ¿fue mejor tener al andaluz Felipe González en Moncloa de lo que habría sido tener a otro presidente socialista, madrileño o vasco -son sólo dos ejemplos, obviamente no a voleo- que no hubiera amparado, a la vez que impulsaba el desarrollo económico y social de España, la cultura del pelotazo, la desideologicación que diluyó al PSOE en el PPSOE, la corrupción, a los Barrionuevo y Vera de la guerra sucia contra ETA a los que dejó de la mano en prisión, o la patada en la puerta de Corcuera?
Ojo, que sigo sin hablar de ética, ni moral. Hablo de dinero, la verdad única. ¿Qué habría sido de este país con un socialismo que no se hubiera hecho el harakiri, dejándose vampirizar por este neoliberalismo incapaz de emplear a las generaciones más brillantes?
Vaya, pues a la pregunta de si nos conviene la victoria de Susana Díaz de forma absoluta la respuesta es que no, que depende. Que tener ocho apellidos andaluces no basta para ser la mejor presidenta del PSOE y/o de España. Más aún, que no es condición ni suficiente, ni necesaria.
Conste que soy contraria entre los contrarios a que se ataquen las opciones de Susana Díaz desde el machismo y el clasismo de quien nos mira a las mujeres, y más a las sureñas, con desprecio. Pero mis preferencias no las dicta la biología:
- Como mujer y feminista, estoy más cerca de un hombre progresista que de mujeres como Esperanza Aguirre o Margaret Thatcher.
- Como demócrata de izquierdas, prefiero a un demócrata conservador que a un dictador de puño en alto.
- Como andaluza, no nacionalista, universalista, igual que nuestro himno y ADN orgullosamente mestizo, deseo representantes de los ciudadanos que, nacieran donde naciesen, vertebren un proyecto colectivo, inclusivo, que corrija, vía impuestos y educación pública, las injustas diferencias sociales de partida, que garantice servicios, y haga que las oportunidades dependan de la formación y competencia, no de amiguismos y arribismos. Autocrítico. Menos de conveniencias espurias que de principios.
¿Que eso pueda encarnarlo Susana Díaz, hija de un PSOE andaluz cuyo poder omnímodo estos 40 años hace reactivo a la más leve crítica? Yo creo en el libre albedrío, no soy determinista. Por eso doy estas respuestas y escribo estas líneas que, acertadas o erradas, no dicta mi conveniencia. Siempre estoy abierta a llevarme una sorpresa. Y, en tal caso, a reconocerla. A ver qué manifiestan, en su inminente congreso, los socialistas, de dentro y fuera de Andalucía.
Los populares andaluces, por su parte, acaban de celebrar su cónclave y, dando por hecho que ganará Susana Díaz, se ven presidiendo ellos la Junta en dos años. Eso también se verá. El deseo, como dejó escrito Luis Cernuda, no siempre deviene realidad.
Una pregunta recorre el sur: ¿conviene a los andaluces que Susana Díaz gane? La he oído en la calle. Con frecuencia ni llega a verbalizarse. Flota en el aire. La otra noche, además, un colega, la formuló en nuestro círculo. Su mirada interpeló a otra amiga y yo contuve el impulso de apretar el pulsador. Me sabía la respuesta. Nuestra amiga, mujer de valores, se resistía al planteamiento. “Pasó palabra” y me tocó. ¿Nos conviene? ¿Sí o no? No es un tema ético o moral. Como nada ya. Hemos madurado. Hace tanto que ni nos acordamos.
¿Convenía a los madrileños el Eurovegas que defendía el PP con sus casinos y prostíbulos? ¿Conviene a los gaditanos el contrato, que respalda Podemos, de fragatas para Arabia Saudí hechas por Navantia? Se trata de creación de riqueza y empleo. En ninguno de los tres casos hay duda. La respuesta es sí.