Andalucía Opinión y blogs

Sobre este blog

La portada de mañana
Acceder
España tiene más de un millón de viviendas en manos de grandes propietarios
La Confederación lanzó un ultimátum para aprobar parte del proyecto del barranco del Poyo
OPINIÓN | Aldama, bomba de racimo, por Antón Losada

Es urgente

El miedo, de tanto miedo, perdió el miedo. El ego, harto de personalismo, suena hueco, eco, eco, llorando por los rincones. Pruebe el sabor de la derrota, señora de la soberbia. Tenga un pañuelo blanco, y una canción de redención, y vaya haciendo mutis por el foro. Y usted, reina de la morería, no vaya a abusar mucho de su autonomía.

Qué ratito más agradable echamos el otro día. Todo tiene su fin, los Módulos. Se va el caimán. La chulería inicia una ronda de negociaciones, entre el asombro de la parroquia, y la fiscalía mete un paquete a Ramoncín, piden cuatro años y medio por él. Tampoco parecían tan malos sus discos, su señoría. Doblará la pena si se le ocurre cantar. Como Santa Rita. Lo que se da, sí se quita.

Más humor. Dice Sánchez que el PSOE va a liderar el cambio en este país. Susana, por su parte, echa un rentoy a su sombra codificada, esta mujer vive en permanente campaña personal, encantada de buscar enemigos, externos e internos. La izquierda, o así, ha encontrado la oportunidad de inaugurar un par de décadas de progresismo, o así, en este paradójico rincón del mundo. El run run y el coraje de Ada Colau, la dignidad de Manuela Carmena, los pasodobles del Kichi y Teresa Rodríguez. Nuevos tiempos salvajes. Convengamos que los políticos se acercan a la categoría de personas, dicho sea de broma, y que las personas expañolas no se antojan tan chungas y aspiran a no ser un día dos, un par peleado, un par capaz de hacer grupitos en un congreso de suicidas. Conviene que los jóvenes de toda edad, los más jóvenes y los más viejos, hagan la tarea en común de una vez. Qué bonito, hijo. ¿Y los pactos?

Susana alienta pactos en todas partes menos en Cádiz, allá donde ha perdido. Como se produzca el pacto antipodemos, que tanto ansían los que aflojan la manteca, Pablo Iglesias contará los votos por centenares de miles. El bipartidismo va a morir matando. Ya estamos todos en minoría, ustedes y nosotros, así que vayan poniéndose de acuerdo. Aunque sea sin ganas, o por jorobar. La diferencia entre ustedes y nosotros es que uno de cada tres niños, uno de cada tres viejos, una de cada tres personas miran cara a cara a la pobreza, por sus miserables medidas sin medida. Al Caribe las mayorías obsoletas, quién dijo miedo, el futuro ya está aquí. Porca miseria. Cuarenta y tres por ciento de paro oficial en Cádiz, oh, Cádiz ya no puede ocultar su indignación. Uno de cada tres. Es urgente.

La última de Mariano, hemos cometido el error de ser perfectos.

A esta hora, en fila india, los que cambian de bando a peor, se temen lo mejor. La gestión y la digestión de la victoria también merece un capítulo aparte. La cosa se pone interesante. Los ladrones tumban las estanterías en pos de un libro de autoayuda en condiciones. Fallece la regla de tres en extrañas circunstancias. Por las buenas o por las malas. Y Susana, ere que ere, sólo piensa en Andalucía y en el futuro, el suyo, obstinada en desgastar al adversario, externo e interno, y la Carmena le da una lección sin tan siquiera tomar el bastón de mando, por no hablar de la última que se pierde. Flaco Favor se llama el caballo perdedor. ¿Y si nos dejamos de tonterías? ¿Lo dejamos para después de las generales? Menos liderazgos trasnochados, y heredados, y más papas con chocos. Esperanza, ríndete. Por cierto, a Esperanza se le olvidó mentar el otro día a la extrema derecha.

Por venir, fuertes emociones de censura , conoceremos la cara oculta del transfuguismo, haremos leña del árbol caído, miraremos de reojo al amigo desconocido, y ojaló que Carmena y Colau, Oltra y los demás héroes del 24-M nos den a todos una lección de humildad, diálogo y rebeldía. Por la reinserción de Esperanza. Todos somos Esperanza, gente desagradecida e ingobernable. Pedimos perdón. ¡Pero volverá a ocurrir!

El miedo, de tanto miedo, perdió el miedo. El ego, harto de personalismo, suena hueco, eco, eco, llorando por los rincones. Pruebe el sabor de la derrota, señora de la soberbia. Tenga un pañuelo blanco, y una canción de redención, y vaya haciendo mutis por el foro. Y usted, reina de la morería, no vaya a abusar mucho de su autonomía.

Qué ratito más agradable echamos el otro día. Todo tiene su fin, los Módulos. Se va el caimán. La chulería inicia una ronda de negociaciones, entre el asombro de la parroquia, y la fiscalía mete un paquete a Ramoncín, piden cuatro años y medio por él. Tampoco parecían tan malos sus discos, su señoría. Doblará la pena si se le ocurre cantar. Como Santa Rita. Lo que se da, sí se quita.