EL TIEMPO EN ANDALUCÍA
De nuevo la calima. Como en 2022, la dinámica atmosférica del Atlántico Norte en el último tercio del invierno comienza a favorecer la llegada de depresiones aisladas hasta el entorno peninsular. El descuelgue de estas áreas de baja presión hasta las proximidades de la costa marroquí, además de dejar pocas precipitaciones en nuestro territorio, sirve como eje de atracción al polvo sahariano. Los vientos en superficie y altura asociados a estas bajas sobre el interior norteafricano facilitan el transporte de partículas en suspensión hasta la vertical andaluza. Es lo que va a ocurrir durante los próximos días en nuestra región, en el que será el primer episodio de calima de todo el 2023 a imagen y semejanza de lo ocurrido el pasado año.
La llegada de una DANA al entorno del Cabo de San Vicente va a dejar mucho polvo en suspensión y poca lluvia sobre el territorio andaluz a partir del fin de semana. Además, el viento de componente sur-suroeste mantendrá el régimen de levante a lo largo de todo el litoral, lo que prolongará el temporal marítimo durante los próximos días, teniendo un nuevo punto álgido de cara a las jornadas del martes 21 al miércoles 22 de febrero. Para entonces los vientos podrán dejar de nuevo rachas superiores a los 90 km/h en el litoral atlántico gaditano, en una jornada que debería mantener el reguero de avisos por viento y mala mar que desde el pasado fin de semana tiene activados la Agencia Estatal de Meteorología entre las provincias de Cádiz y Almería.
Pero más allá del viento, el fenómeno atmosférico que de manera generalizada llegará a toda la geografía andaluza será la calima. El polvo en suspensión irá aumentando su presencia desde el sur hasta el norte de la región a lo largo del fin de semana, registrándose las mayores concentraciones entre las tardes del viernes al sábado. La calima, sin embargo, no será tan intensa como en los episodios vividos en marzo del pasado año. El polvo en suspensión se entremezclará además con nubosidad de tipo medio y alto, aumentando la mala visibilidad general cuanto más al sur del territorio. Además, la presencia de la DANA al suroeste peninsular, podrá dejar algunas precipitaciones débiles y dispersas que en todo caso serían en forma de barro, más probables durante la jornada del domingo 19 de febrero.
El polvo irá acompañado de aire templado en altura, lo que provocará un ascenso de las temperaturas en superficie de entre 3 a 5 grados. Así, las máximas escalarán de nuevo por encima de los 20 grados en la mayor parte de la geografía andaluza a partir de la tarde del viernes, donde quedarán estabilizadas hasta comienzos de la próxima semana. De hecho, algunas zonas de la región podrán alcanzar temperaturas puramente primaverales durante los próximos días. Zonas como la campiña sevillana y el resto del curso medio y bajo del Guadalquivir podrán alcanzar los 24 o 25 grados durante las tardes del viernes 17 al martes 21 de febrero. Incluso algunos puntos, y siempre que la nubosidad y la calima lo permitan, podrían llegar hasta los 26 o 27 grados a comienzos de la próxima semana en el punto álgido de un episodio que dejará temperaturas hasta ocho grados por encima de lo normal.
Las temperaturas serán elevadas en toda la región, con máximas que también superarán los 22 o 23 grados en cotas medias de la mitad oriental, pudiendo incluso darse registros de entre 25 y 26 grados a comienzos de la próxima semana en la vega del Genil. De hecho, el ascenso también se dará en las mínimas, que de manera generalizada se situarán en el entorno de los 10 grados a partir del fin de semana.
Por fortuna, y a pesar de que el tiempo durante los próximos días quiera indicar lo contrario, al invierno aún le podrían quedar balas en la recámara. Justo a mediados de la próxima semana podría darse un importante cambio atmosférico en el Atlántico Norte que desemboque en un nuevo periodo húmedo y frío. La consolidación de las altas presiones al norte de las Islas Británicas podría abrir un pasillo húmedo justo sobre la vertical de la Península Ibérica. De confirmarse, el cierre de febrero recuperaría buena parte de la lluvia que ha faltado desde que comenzase el año, y que resultaría esencial para poner de nuevo en positivo el balance hídrico anual de los embalses andaluces.
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