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Carmen Molina, candidata de Equo-Iniciativa Andalucía: “Desde mi punto de vista, sobran turistas”

Carmen Molina es candidata a la presidencia de la Junta de Andalucía por Equo-Iniciativa Andalucía, por la provincia de Málaga. Es técnico de laboratorio de la Universidad de Málaga, aunque desde febrero de 2016 ha sido diputada del Parlamento de Andalucía, al que llegó en sustitución de Félix Gil. En el Parlamento se integró en la disciplina de grupo de Podemos.

Durante meses, Equo, Podemos e Izquierda Unida diseñaron un programa común para las elecciones del 2D. Sin embargo, las negociaciones sobre la representatividad de Equo en los puestos de salida de Adelante Andalucía provocaron la ruptura, y la decisión de Equo de presentarse a las elecciones con una nueva coalición.

Molina lamenta la capacidad “limitada” de Equo para esta campaña y las dificultades de acceso a medios. “Hay mucha gente que nos presentamos en solitario y que no vamos dentro de Adelante Andalucía, que fue el camino que habíamos empezado a transitar”. Por eso, su campaña se centrará en las redes sociales.

¿Cuáles son los ejes de su programa?

Una transición ecológica de la economía. Ahondar en mejorar los niveles de desigualdad que tenemos en Andalucía. Los últimos datos decían, con relación a hace cinco años, que los niveles de desigualdad han aumentado mucho. Después de 40 años, es la evidencia de que las políticas del PSOE no han sacado a Andalucía del furgón de cola. Asegurar los servicios públicos de calidad, como la sanidad, la educación o la dependencia. Buscar empleos verdes y de calidad, revertir la precarización. Y focalizar los escasos niveles de democracia que tenemos, con los niveles de corrupción institucionales que llevamos tiempo viendo y que están desprestigiando a la clase política. Gestionar lo colectivo tiene que ser un compromiso con los andaluces y andaluzas, desde el tránsito a otro modelo económico.

Como partido verde, su preocupación principal son problemas de alcance global. Los retos ambientales no tienen límites autonómicos. ¿Qué se puede hacer desde Andalucía para incidir en estos asuntos globales?

Siempre decimos “piensa global y actúa local”. Desde lo más cercano se pueden atajar los problemas globales. El cambio climático es un tema prioritario. Anteayer escuchamos las propuestas del Gobierno del PSOE para abordar la ley de cambio climático antes de fin de año y las primeras filtraciones del borrador, en cuanto a los combustibles fósiles y eliminar los vehículos con motores de combustión. Ya hay países que están avanzando a la descarbonización de la economía, y el transporte es un punto en el que hay que incidir.

Esa es una ley estatal. ¿En Andalucía qué plantean ustedes?

Esto va asociado al tipo de infraestructuras para la movilidad, y en Andalucía tiene competencias el señor Fiscal López, consejero de Fomento y Vivienda. Hay que apostar por revertebrar Andalucía a través del ferrocarril. Se han dejado morir muchas líneas que funcionaban. Están todavía las vías y hay que recuperarlas antes de construir más autovía u otro tipo de infraestructuras de movilidad. En Urbanismo queremos favorecer otro modelo urbano en el que no sea necesaria la movilidad, porque tengas las necesidades cubiertas teniendo el centro educativo o de salud a las distancias adecuadas.

Tiene que haber colaboración interadministrativa y aquí vivimos a diario el enfrentamiento entre los partidos políticos que gobiernan ayuntamiento y Junta de Andalucía, con los problemas del Metro y la vertebración de la ciudad y la movilidad supramunicipal. ¿Cómo es posible que se diseñara el Metro sin concebir el pequeño tramo entre las cocheras y el PTA? Con los embotellamientos de horas y el despilfarro de combustible y tiempo… Somos partidarios del transporte público eficiente y sostenible. Hay que propiciar mejor servicio público de transporte. Que haya intermodalidad entre bicicletas, trenes y autobuses. Y que a los centros de las ciudades se desincentive el acceso en vehículo privado.

¿Metro en superficie o soterrado?

En superficie, por supuesto, porque es mucho más barato. Con lo que nos costaría hacerlo soterrado somos capaces de articular toda el área metropolitana de Málaga. Tren en superficie o BTR (Bus de Tránsito Rápido), que abarata los costes y soluciona la movilidad.

¿Qué plantean para los tramos de AVE que quedaron a medio construir?

El AVE ha supuesto un agujero brutal en los presupuestos y la economía. La apuesta unilateral por el AVE ha sido la causa del abandono del tren convencional y de las líneas que vertebraban nuestro territorio, que se han ido desmantelando por falta de mantenimiento. Más del 70% de las partidas para el transporte van al AVE, y se abandona el resto. El AVE es elitista y a pesar de ello su uso está subvencionado.

¿Pero qué alternativa plantean para los tramos construidos y abandonados?

Un tren como el que teníamos, que tiene altas prestaciones y mejor relación calidad-coste, y que se ha abandonado. El corredor mediterráneo es fundamental. No puede ser que menos del 3% del transporte de mercancías sea por tren, que es la manera más eficiente y menos costosa de moverlas. Vemos largas ristras de camiones saliendo de Almería hacia el norte de Europa. El puerto de Algeciras, el que más mueve de todo el Estado, también necesita conexión ferroviaria a través del corredor mediterráneo.

Insisto: para los kilómetros ya hechos, ¿qué proponen?

Es que para mover a los usuarios no necesitas AVE. Por supuesto que hay que aprovecharlo, pero los proyectos que ya hay se pueden modificar para adaptarlos a otras alternativas. De hecho, se empezó el tramo entre Antequera y Marchena que ahora está abandonado. Hay que darle otra funcionalidad a lo que se ha hecho, pero no necesariamente tiene que ser una línea de AVE. En la línea con Granada es menos lo que queda que lo que hay hecho, así que no tiene sentido no acabarlo, ajustándolo a las necesidades. Pero hay que fomentar el mantenimiento de las líneas y recuperar las líneas que se han dejado morir.

Tendría que haber un eje transversal, una A-92 ferroviaria, que conecte las distintas líneas con zonas que dejaron de estar comunicadas, como el norte de las provincias de Granada, Almería o Huelva. El PP siempre plantea pedir más autovías, una autovía en la cuenca minera de Huelva, con una población tan escasa, no tiene ningún sentido. Las vías verdes las puedes hacer paralelas o en otro sitio, pero no justificar un desmantelamiento de líneas para hacer vías verdes.

Otro tema de preocupación general de su posible electorado son las minas…

Tenemos una Junta de Andalucía que en la última legislatura ha hecho una apuesta muy clara por fomentar la minería, y a cielo abierto. Tenemos una amenaza en Aznalcóllar, donde hay concedidos permisos para extracción. Sigue siendo muy preocupante la situación de las balsas, que se quedaron como estaba Aznalcóllar cuando sucedió la catástrofe. Tenemos también las balsas de fosfoyesos en Huelva o el vertedero de Nerva, donde hay residuos de las cuencas mineras. Hay que reconvertir buena parte de esas cuencas hacia otra economía no extractiva.

La economía andaluza tiene dos ejes: el turismo y la agricultura. Los dos se verían fuertemente afectados por problemas mineros, en sitios donde se recupere la minería a cielo abierto. Nosotros planteamos un cambio de modelo, que esté basado en las capacidades y potencialidades de los territorios.

¿Sobran turistas?

Desde mi punto de vista, sí. De hecho, lo estamos viendo. Málaga la hemos convertido en un parque temático. Susana Díaz presume de alcanzar los 30 millones de turistas, pero no dice que este año ha disminuido. Tenemos puestos todos los huevos en la cesta de ese turismo, que está dejando una clara lacra en nuestro litoral. Es una sobreexplotación turística. Hay que apostar por otro tipo de turismo. Hay que reconvertir el sector a un turismo más sostenible. Ese turismo no está revertiendo en un empleo de calidad. Estamos malogrando buena parte de un turismo de calidad en el litoral, con el cemento que tenemos.

Muchas de sus propuestas se han incorporado al programa de Adelante Andalucía, en cuyo programa participaron activamente antes de quedar fuera de la candidatura. ¿Qué les diferencia?

Tenemos muchos puntos en común, pero nosotros planteamos un cambio de modelo integral, no parches. Tenemos la experiencia del tiempo que yo he estado en el Parlamento en representación de Equo dentro del grupo de Podemos. Han sido pocos los enfrentamientos que he tenido en el grupo, he trabajado muy bien con ellos, hemos llegado a puntos de encuentro, y me parecía que la pluralidad y la diversidad de Adelante Andalucía era una riqueza. Quedándonos fuera la visión global desaparece.

Por ejemplo, nos enfrentamos con la posición del AVE, que Podemos no tenía nada clara, y al final conseguimos que nuestra visión se impusiera, y que ellos ahora defiendan nuestra postura. El último conflicto fue en la Serranía de Ronda, a cuenta de la petición de hasta tres autovías del PP. Yo hice enmiendas a la proposición del PP, pidiendo mejorar las vías de comunicación ferroviarias y dotarlas de mayor frecuencia, y mantener en buenas condiciones las carreteras que conectan la Serranía con Cádiz, Sevilla y Málaga, pero no desdoblarlas haciendo autovías. Podemos en Ronda estaba alineado con una plataforma y la contraria. Si no tenemos representación en el Parlamento, ese tipo de posturas no va a haber quien las defienda.

¿Y a qué tuvo que renunciar por el hecho de estar en un grupo con otras voces?

En la comisión de medio ambiente y ordenación del territorio, donde la portavoz del grupo era Mercedes Barranco, estoy descontenta con el resultado de la Ley de Cambio Climático, aprobada justo antes de disolver el Parlamento, en la que el PSOE quiso ponerse medalla.

¿Descontenta con la postura de su grupo?

Sí, porque fueron demasiado complacientes con esa ley, admitiendo más cosas de las que había que admitir. Salió por unanimidad, pero por unanimidad de los grupos. Yo no estaba de acuerdo, pero me lo tragué.

Sin ustedes, ¿el ecologismo político estaría ausente del Parlamento andaluz?

Sí. Totalmente. Hemos participado, pero en el programa que llevábamos en 2015, lo del AVE estaba en el programa, yo lo defendí y Podemos no, quizá porque no se creía su propio programa. Si no estamos ahí para defender esa propuesta no estamos seguros de que ellos, que no lo tienen interiorizado, lo defiendan.

¿Por qué salieron de Adelante Andalucía?

Porque no se nos daba la capacidad de estar representados en el Parlamento.

¿La capacidad era tener dos escaños?

No, no, no, no. En ningún momento pedimos dos escaños. Son bulos que no sé quién está difundiendo, pero es total y absolutamente falso. Pedíamos representación, como hemos estado esta legislatura.

¿En qué consistía estar representado, cuando no se puede garantizar la representación con unas elecciones de por medio?

En tener un diputado, al menos.

¿Cómo se garantiza? ¿Con unos determinados puestos de salida?

Evidentemente. Eso es así. Eso es política. Se habla de vieja política y nueva política. Es política. Pero si te dan puestos de relleno sabes que no vas a salir. Aspirábamos a un puesto de salida. Considerábamos que era suficiente, nos conformábamos. En ningún momento pedimos dos. Pero uno como mínimo para garantizarnos la representación, sí. Con la opción de que el resultado puede variar. Si nos hubieran dado otro, lo hubiéramos aceptado, pero no. Pedíamos uno con garantías de salida. Al no garantizárnoslo…

¿A cuántos escaños aspiran ahora?

[Sonríe]. Pues… Tenemos esperanzas. Sabemos que es muy difícil, porque hay mucha gente que cree que vamos en Adelante Andalucía. El esfuerzo tenemos que ponerlo en que se nos conozca, porque la coalición que hemos hecho tiene un recorrido corto todavía. Pero tenemos esperanzas en que sigamos la estela de lo que están consiguiendo los partidos verdes en Europa, de ser el dique contra los partidos xenófobos y racistas.

Existe el riesgo obvio de que no consigan ningún escaño. ¿Habrá merecido la pena el riesgo?

Sí, sí. Seguro. De hecho, estamos en una ola ascendente de ilusión, y de ver las expectativas que estamos generando. En el CIS que acaba de salir no aparecemos, porque no tenemos representación previa…

Tampoco la ha tenido Vox, que sí aparece.

Bueno… Pues sí, es verdad. Pero Vox tiene una trayectoria bastante más larga que la opción que presentamos de Equo-Iniciativa Andalucía. Entonces el desconocimiento es mayor. Muchas de las propuestas que llevamos las está demandando la ciudadanía. Aunque no consigamos representación, podemos sacar un buen resultado que permita que en las posteriores elecciones aparezcamos de alguna manera.