Beneficiar con su acción no sólo a quienes dirigen la iniciativa, sino también al conjunto de la sociedad. Ésta es la base del modelo de la Economía Social. Un sector formado mayoritariamente por cooperativas y sociedades laborales que basan sus principios empresariales en la gestión participativa y en la primacía del trabajo y del factor humano sobre el capital; tanto en los procesos de toma de decisiones como en la distribución del beneficio.
En Andalucía, representa un 13% del PIB, liderando a nivel nacional con una de cada cuatro empresas cooperativas y aumentando cuantitativa y cualitativamente su presencia en el tejido productivo andaluz. Posible, entre otros factores, gracias a la apuesta de la Junta de Andalucía por este modelo, que apoya de forma específica en el marco del III Pacto Andaluz por la Economía Social. Cada año destina una partida de sus presupuestos al sector. En 2016, 15 millones de euros; un 30% más que el ejercicio anterior. Asimismo, lo impulsa con propuestas y acciones concretas, como la creación en 2015 de la primera red de Centros de Referencia de la Economía Social a iniciativa de Andalucía Emprende, Fundación Pública de la Junta de Andalucía.
La Red de Centros de Referencia de la Economía Social nace para dar un paso más en la especialización del impulso al emprendimiento colectivo y al apoyo de las empresas de economía social, con la vocación de convertirse en un aliado de excepción para la creación y consolidación de empresas en este sector. Labor que ya venía desarrollando Andalucía Emprende desde su nacimiento, en 1999, y que se traduce en cifras en el impulso de una de cada dos empresas de economía social de las que nacen en la región desde que existe esta red especializada.
Los Centros de Apoyo al Desarrollo Empresarial (CADE) son el principal instrumento de esta red especializada en la prestación de servicios de apoyo a emprendedores de la Economía Social. El asesoramiento, el estudio de la idea de negocio, la creación de un plan de viabilidad, la ayuda en la búsqueda de financiación pública y privada, la formación empresarial personalizada y los alojamientos empresariales gratuitos son algunos de esos servicios, que ofrece un personal técnico cualificado, con amplia experiencia en este sector. Actualmente, son nueve los CADE que configuran esta red en Andalucía, siendo el pionero el CADE Estrategias Sevilla, que desde que integra la red en 2015 ha apoyado la creación de 41 empresas de economía social y 148 empleos. Visto en porcentajes, supone un 39% de las empresas creadas en su seno y un 41,6% del empleo.
En el CADE Estrategias Sevilla comenzaron a trabajar con empresas de economía social en 1999. De ahí que, por su especialización, hayan sido un referente para la creación de esta red. En total, desde sus inicios a hoy, Estrategias Sevilla ha apoyado la creación de 270 empresas y 2.065 empleos en este sector. Y en concreto, ha trabajado mucho con las cooperativas, un modelo de éxito desde la economía social que, a exigencia de la nueva realidad laboral, se ha extendido al resto de las provincias andaluzas en los últimos años. Si en los orígenes de este CADE apoyaron a cuatro cooperativas en su puesta a punto, en 2016 lo hacían con 20. Un paso cuantitativo fruto del devenir laboral y también del creciente conocimiento que se está tiendo de esta fórmula empresarial. Ya que, si antes se pensaba en las cooperativas en relación a la agricultura o el aceite, actualmente cada vez más personas conocen que, por su ser, permite que las más variopintas profesiones se asocien para llevar a cabo una actividad. De ahí que encontremos cooperativas formadas por artistas, ingenieros, arquitectos o periodistas, entre otras.
Las cooperativas, explica Marta Puch, técnica de este CADE, “son un modelo de fácil constitución y tienen grandes ventajas para los socios”. De ahí que insistan en darlas a conocer a emprendedores y profesionales que acuden solicitando asesoramiento. Facilidades como: “La constitución, que se puede hacer vía telemática por lo que no hay que acudir a una notaría, el nombramiento de los cargos, no hay que poner un importe mínimo en la constitución, las administraciones dan facilidades como capitalizar todo el paro en una cuota, se puede elegir entre el régimen de autónomo y el general, el movimiento de entrada y salida de los socios es más sencillo porque, por ejemplo, no es como en las sociedades capitalistas en las que para irte antes has tenido que vender tus acciones”. Entre las ventajas, están: “Permiten aunar esfuerzos profesionales para ofrecer servicios y es una fórmula generadora en sí misma de empleo, porque para crearlas tiene que haber un mínimo de tres socios”. Las profesiones que la eligen son de los más variopintas: arquitectos, periodistas, ingenieros, artesanos, psicólogos…
Trabajo externo e internoLos perfiles que acuden a los CADE solicitando su servicios, también son de lo más diversos. Desde quienes quieren emprender su proyecto y no saben por dónde empezar, a quienes ya tienen su negocio y buscan consolidarlo o reformularlo. Desde perfiles con herramientas personales y profesionales, a otros que no saben nada de gestión empresarial. De ahí que acompañen a los emprendedores y empresas en su situación específica, “incidiendo siempre en que ellos mismos aprendan a gestionar y tomar decisiones, porque no es suficiente con saber trabajar”, explica la técnico de Estrategias Sevilla. En el caso de las cooperativas, aprender a tomar decisiones juntos, porque se cumple el principio de un socio, un voto.
“Uno de los aspectos en los que más trabajamos con las cooperativas es la relación entre los socios, porque es donde más problemas se dan a la hora de mantenerse en el tiempo. Porque una cosa es trabajar y otra montar un negocio juntos. O está bien consolidado, o explota”, señala. De ahí que haya profesionales que decidan colaborar entre ellos pero en régimen de autónomo. “Nosotros siempre promovemos las sinergias y la colaboración, aunque también detectamos este tipo de dificultades”.
ISOLUCIONA es una de las cooperativas que llegó al CADE Estrategias Sevilla en 2008. Hasta entonces, desconocían lo que era una cooperativa, ni nada sobre creación y gestión empresarial. Tras un año de formación con los técnicos del CADE, montaron su cooperativa, apostando por Sevilla y el desarrollo local. Al principio eran tres ingenieros que se conocieron en la universidad. “Durante el primer año, además de aprender a gestionar una empresa, fuimos conociéndonos profesionalmente”, señala Javier Roldán, representante legal de la empresa y gerente. Al carro del trabajo común, se sumaron dos socios más, un químico y un diseñador gráfico. Y encontraron su lugar en el ámbito de la ingeniería y las tecnologías, con gran ingenio, creatividad y constante afán de innovación. En los siete años que llevan, explica Javier, “no nos hemos quedado parados nunca, porque el inmovilismo es una cosa malísima y porque lo duro de una empresa es perdurar. Sumado a que nosotros nacemos en plena crisis y no conocemos otra cosa”. Además de hacer frente a los desafíos externos, han afrontado desafíos internos. Por ejemplo, gestionar más trabajo, más nóminas y más dinámicas internas.
ISOLUCIONA es un ejemplo de cooperativa de trabajo, modalidad ya recogida en las leyes andaluzas. “Son un ejemplo de innovación social, en la medida que son rompedoras con las formas habituales de cooperativa y en que dan salida a la economía sumergida”, expone Puig. De ahí que estén creciendo y consolidándose, porque “ya no son las grandes desconocidas”. Entre los trabajos más conocidos de ISOLUCIONA está la app de la Cabalgata de los Reyes Magos de Sevilla.
Si bien en un principio eligieron la cooperativa como modelo empresarial casi por casualidad, “porque nos encajó principalmente por la base de la igualdad entre los socios y por la toma democrática de decisiones”, hoy, están convencidos de su efectividad. “Nos gusta diferenciar la manera de hacer empresa, y a la vez ponernos en valor como una empresa más.”
Otra modalidad es la de cooperativas mixtas que está bien ejemplificada con Smart Ibérica, que colabora con el CADE Estrategias Sevilla. Smart Ibérica es la primera cooperativa de impulso empresarial que se crea en España y su filosofía se inspira en una suerte de “yo solo no puedo”, como decía aquel programa de televisión. El sentido de este tipo de cooperativas es dar respuesta a profesionales que no quieren ni pueden montar su propia marca o empresa pero les viene bien un marco legal amigo.
En el caso de Smart Ibérica, es una estructura empresarial que ofrece servicios mutualizados a artistas, creativos, artesanos, técnicos, periodistas, gestores y demás profesionales del sector cultural y creativo. Un sector en el que es habitual trabajar por servicios, por días o temporadas. “En esta situación, no les es rentable estar dados de alta o montar su empresa”, tal y como nos cuenta Laura Acosta, de Smart Ibérica. Y si lo hacen, “la mayoría están en régimen de autónomo pagando cuantías que se alejan de su actividad laboral real, pero que lo hacen porque no les queda otra”. Aquí es donde entra en juego la cooperativa, que ofrece a los socios servicios para que desarrollen su actividad en un marco legal adecuado, sin necesidad de ser autónomos o empresa.
Estos servicios, que actualmente disfrutan 2.600 profesionales, son: asesoramiento jurídico, legal y laboral, gestión de contratos con los clientes, facturación, fondo de garantía, seguro de responsabilidad civil, formación en prevención de riesgos laborales y pagar los impuestos en relación al periodo activo real y a la facturación realizada mes a mes. Entre los perfiles que acuden a Smart Ibérica, hay dos: jóvenes que quieren emprender sus proyectos o profesionales que están ya consolidados.
Añaden que estas fórmulas, y en sí el modelo de Economía Social, “no es solo una vía en tiempo de crisis, sino que tiene que perdurar y convertirse en una constante” en el tejido empresarial.
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