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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

Recuperar el Plan Centro

Fernando Pavón

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Cada año ocurre en Sevilla, desde comienzos de diciembre hasta el fin de las fiestas navideñas, un hecho que ya hemos asumido sin ningún problema: el Plan Especial de Tráfico de Navidad que restringe (parcialmente) el acceso de los coches al casco histórico. Durante esos días los vehículos privados no residentes sólo pueden acceder hasta que se llenan las plazas de aparcamiento en superficie de la zona azul y los aparcamientos subterráneos de uso público. Nadie cuestiona la necesidad y los beneficios de poner en marcha este Plan Especial, ni las personas que acceden al

centro (en su mayoría) en transporte público, ni los comerciantes, que reconocen que esta medida no les afecta en sus ventas durante este periodo, cuando más difícil es circular y aparcar, ni las vecinas y vecinos que ven reducido el tráfico de vehículos privados por las calles de su barrio.

¿Se imagina que esa restricción se mantuviera durante todo el año? Es lo que intentó el alcalde Monteseirín a finales del año 2010 cuando instauró el Plan Centro instalando cámaras para el control de acceso y salidas del casco antiguo. Pero dicho Plan fue derogado por el gobierno de Juan Ignacio Zoido apenas dos meses después de lograr el sillón de la Plaza Nueva, pese a que las encuestas de opinión arrojaban una apoyo mayoritario creciente por parte de la población afectada.

Mientras estamos continuamente oyendo hablar de movilidad sostenible, uso del transporte público, etc, en Sevilla llevamos perdidos demasiados años en los que no se han puesto en marcha políticas valientes para reducir las emisiones producidas por los coches. La sostenibilidad en las ciudades pasa obligatoriamente por apostar por un transporte público eficiente, el uso de la bicicleta y por la reducción de tráfico privado para reducir las emisiones a la atmósfera. Lo contrario es una ciudad con tráfico, con contaminación, con efectos nocivos para la salud de sus habitantes.

España va totalmente a la zaga en vetar la entrada y circulación de vehículos que emiten sustancias tóxicas para la salud y también CO2, primera causa del cambio climático. Hay 280 ciudades en Europa con zonas de restricción al tráfico; en España solo una, Madrid, y su nuevo alcalde ya ha intentado su derogación a pesar de los beneficios que ha producido para la calidad del aire, el nivel de ruidos y el estrés en las calles, haciendo una ciudad más habitable. Solo la movilización ciudadana y la decisión de un juez ha permitido que, de momento, siga en vigor, evitando las

importantes sanciones (se llega a hablar de unos 200 millones de €) que Europa podría imponer a España si se llegara a culminar tan irresponsable decisión.

El anteproyecto de Ley de Cambio Climático y Transición Energética que presentó el Gobierno de Pedro Sánchez a finales del año pasado establece a los municipios de más de 50.000 habitantes la obligatoriedad de poner en marcha planes de actuación que restrinjan la circulación de coches. Haría bien Juan Espadas en anticiparse a la tramitación y posible entrada en vigor de dicha Ley y recuperar más pronto que tarde el Plan Centro, aprovechando la infraestructura ya existente, en funcionamiento desde junio de 2017 recopilando datos para el próximo (y esperado) Plan de Movilidad Urbana Sostenible.

¿Qué modelo de restricciones utilizar? La tendencia en las grandes ciudades europeas en los últimos años es permitir la circulación por el centro solamente a los vehículos de residentes y de aquellos que cumplan ciertas normas en cuanto a la emisión de gases reflejado en el distintivo ambiental que lleve el vehículo. Estas ciudades están anunciando un endurecimiento de las restricciones. De hecho París prohibirá la circulación en toda la ciudad de los vehículos diésel en 2024. El modelo definitivo que se fije en Sevilla debería ser consensuado entre el gobierno municipal y aquellos agentes sociales afectados o interesados en esta medida, como pueden ser los colectivos que defienden la movilidad sostenible, asociaciones ecologistas, las personas residentes o los comerciantes del centro.

Es el momento de actuar. No hay tiempo que perder. El cambio climático es una realidad que avanza sin freno tal y como denuncia la comunidad científica y ya sentimos en nuestro día a día. Dejemos a un lado las declaraciones efectistas y reclamemos políticas valientes y efectivas que mantengan el bienestar en nuestra ciudad reduciendo el uso del automóvil privado y fomentando la movilidad activa (en bici y a pie) y el transporte público.

Fernando Pavón, secretario de Modelo de Ciudad de Podemos Sevilla

Cada año ocurre en Sevilla, desde comienzos de diciembre hasta el fin de las fiestas navideñas, un hecho que ya hemos asumido sin ningún problema: el Plan Especial de Tráfico de Navidad que restringe (parcialmente) el acceso de los coches al casco histórico. Durante esos días los vehículos privados no residentes sólo pueden acceder hasta que se llenan las plazas de aparcamiento en superficie de la zona azul y los aparcamientos subterráneos de uso público. Nadie cuestiona la necesidad y los beneficios de poner en marcha este Plan Especial, ni las personas que acceden al

centro (en su mayoría) en transporte público, ni los comerciantes, que reconocen que esta medida no les afecta en sus ventas durante este periodo, cuando más difícil es circular y aparcar, ni las vecinas y vecinos que ven reducido el tráfico de vehículos privados por las calles de su barrio.